Wednesday, December 31, 2008

De Washington a Reforma, desde el interior de la Redacción [crónica]

A la mañana siguiente, cuando menos dos diarios de circulación nacional, La Jornada y Excélsior, coincidirían en el titular de su nota de ocho columnas. Quizá muy clara y directa, quizá muy obvia e incompleta, la cabeza resumiría en dos palabras parte de lo ocurrido en el día informativamente más intenso de 2008: “Muere Mouriño”.
Otros medios optarían por un enfoque distinto. Reforma, por ejemplo, consignaría “Tragedia deja dudas”. En El Universal —donde se desarrolla este relato—, se elegiría “Indagan sabotaje”. Inevitable: frente a lo impactante del hecho, o sea, la caída de la aeronave en la que viajaban altos funcionarios federales sobre una de las principales avenidas de la ciudad de México, a poco más de un kilómetro de Los Pinos, en el gobierno y especialmente en la población se levantaban las sospechas de que el siniestro había sido provocado.
Martes 4 de noviembre. Las noticias se esperaban del norte. En Estados Unidos, los comicios para elegir al presidente número 44 de ese país representaban la posibilidad de que, por primera vez en la historia, un afroamericano llegara a la Casa Blanca. Y así habría de ocurrir.
Barack Obama, el candidato demócrata, un abogado graduado de Harvard hijo de madre estadounidense y de padre keniano, obtendría 338 votos electorales, 68 más de los 270 que necesitaba para ganar. Sin embargo, aunque de antemano los sondeos favorecían al también senador por Illinois y por la noche el republicano John McCain aceptaría su derrota, por la mañana nada aseguraba que el carismático político cuyo lema de campaña fue Yes, we can se llevaría la contienda.
Para la edición de ese día, pues, había que plantear escenarios, estar atentos, mantenerse listos para corroborar datos, redactar textos, pensar sumarios y cabezas, elegir fotografías. Todas las previsiones, empero, se vieron rebasadas. La sorpresa no llegó de la Unión Americana. Vino de mucho más cerca.
Hacia las 7 PM la noticia comenzaba a difundirse por radio, tv e internet: una aeronave se había estrellado sobre Reforma a la altura de la Fuente de Petróleos. No se sabía si se trataba de un helicóptero o de un aeroplano, de una avioneta o de un artefacto de mayor tamaño, del vehículo de un particular o perteneciente a alguna dependencia de gobierno.
Luego se fue aclarando la información. Un Learjet 45, de la Secretaría de Gobernación (Segob), fue el que cayó. Provenía de San Luis Potosí, adonde habían acudido funcionarios federales para atestiguar la firma del Acuerdo Estatal por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad. “Dicen que iba Mouriño”, comentaba una compañera del Centro de Documentación, a quien habían encargado elaborar un perfil del titular de la Segob. Lo que había sido un rumor ya cobraba forma y otro matiz: Juan Camilo Mouriño, brazo derecho y amigo del presidente, podía haber muerto en tal hecho.
Un columnista alertaba: “Esta noche va a ser larga”. Dentro y fuera de la Redacción crecían la expectación, la ansiedad y, claro, las especulaciones. Con el secretario viajaba también José Luis Santiago Vasconcelos, ex subprocurador de la PGR. Llamado también el “zar antidrogas”, amenazado de muerte por narcotraficantes y de buena relación con las Fuerzas Armadas —lo que quedaría de manifiesto con el homenaje que éstas le rendirían después—, su presencia en el vuelo alimentaba la hipótesis de un atentado.
“¡Está confirmado, está confirmado!”, advertía el coordinador de la información de justicia. Acababa de hablar con Max Cortázar, vocero de la Presidencia. Mouriño y Santiago Vasconcelos habían fallecido, así como Norma Díaz, Miguel Monterrubio y Arcadio Echeverría, de Gobernación, y los tres miembros de la tripulación: la sobrecargo Gisel Carrillo, el capitán Julio César Ramírez y el copiloto Álvaro Sánchez. Con el tiempo, las pesquisas oficiales apuntarían a la impericia de ambos aviadores como causa del accidente.
Felipe Calderón emitía un mensaje a las 10 PM. La voz se le quebraría en un par de ocasiones. Exhortaba a su equipo a no doblegarse, instruía que las investigaciones aclarasen la tragedia, afirmaba que se informaría de la evolución de las indagatorias. Muy poco espacio dedicaba a los 14 transeúntes muertos o a los 40 heridos tras el impacto del avión. La Redacción entera escuchaba atenta.
Terminaba su alocución el mandatario. Subdirectores, editores, diseñadores, secretarios, reporteros… todos volvían a su labor. Recién habían sido testigos en primera fila de algunas de las noticias más importantes del año y su velada, no obstante, apenas empezaba. Había que hacer la habitual talacha. Quedaba aún un producto colectivo que elaborar, el periódico del día. Así es el trajín de contribuir a escribir la historia del presente: continuo pero lleno de sorpresas, como la vida misma.


Horas de cierre... Este relato de un día de trabajo fue publicado ayer en e-joven. Con este texto me despido de 2008. Para todos, lectores de este blog o no, y en especial para las personas que me son cercanas —familia, amigas y amigos de la prepa, alumnos, compañeros y ex compañeros en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, los colegas en el periódico, la banda de casa—, gracias por las experiencias compartidas, por el aprendizaje, por los ánimos. Para todos, igual, abrazos y mis mejores deseos para 2009.

Tuesday, December 23, 2008

Madurar entre patos y lagos




Por segunda ocasión, Fernando Eimbcke demuestra que no se requiere un gran despliegue de recursos técnicos ni una amplia disertación filosófica para lograr una película que conduzca a reflexionar sobre el ser humano. Es así que en torno a elementos como la ternura, la nostalgia y el humor, el director mexicano construye su más reciente largometraje: Lake Tahoe.
Juan (Diego Cataño), un adolescente de 16 años de edad, choca contra un poste el auto de la familia y debe emprender un largo y cansado recorrido bajo el sol de Puerto Progreso, Yucatán, para encontrar a alguien que le ayude a repararlo.
Durante ese periplo plagado de absurdos, el protagonista se topa con don Heber (Héctor Herrera), un mecánico retirado cuya única compañía es una perra bóxer de nombre Sica; con Lucía (Daniela Valentine), una muy joven madre soltera aficionada al rock; y con David (Juan Carlos Lara), un muchacho obsesionado con las artes marciales lo mismo que con las enseñanzas de una de sus leyendas, Bruce Lee.
Hasta aquí, como en Temporada de patos (2004), ópera prima de Eimbcke, la anécdota no revela mucho de los verdaderos conflictos de los personajes. Si en aquel laureado filme en blanco y negro tres adolescentes y un adulto se enfrentaban más inconsciente que conscientemente a sus carencias y frustraciones, en éste secuencia a secuencia van quedando al descubierto los problemas que Juan se ve obligado a encarar: la muerte de su padre, la depresión de su madre, la inocencia de su hermano menor, Joaquín (Yemil Sefani), así como su propio duelo.
Igualmente, en otra similitud con su primera producción, el realizador opta por revisar la cotidianidad, sus reglas y sus disparates, a la luz de un hecho que llega a romper con ella, a cuestionarla, a plantear cambios tanto más difíciles y dolorosos en la medida en que son repentinos e indeseados. De ese modo, reunir a personas que en circunstancias “normales” no tendrían motivos para relacionarse no sólo enfatiza la sensación de enrarecimiento, sino que da pie a situaciones tan simples como cómicas.
En cuanto al discurso cinematográfico, ya en la edición de este mes de la revista Letras Libres Fernanda Solórzano señaló que uno de los méritos del estilo de Eimbcke —quien ha dirigido videoclips para bandas como Zurdok, Los Rabanes y Molotov— radica en que, gracias a él, el cineasta “demuestra ser de los pocos directores mexicanos capaces de dar sentido al silencio y a la inacción”.
Los planos abiertos, por su parte, transmiten la inmensidad del ambiente de la costa, mientras que el recurso de la cámara en movimiento evoca el constante peregrinar de Juan en busca de la pieza que necesita el auto que averió, de una retribución al apoyo que le brindan los otros o de respuestas para sí mismo.
Escrita por Paula Markovitch en colaboración con Eimbcke, y producida con financiamiento de CinePantera, del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine), del Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (Fidecine) y del Grupo Bal (Peñoles, GNP, El Palacio de Hierro, ITAM, entre otras empresas), Lake Tahoe fue nominada apenas el viernes pasado para un premio Goya en la categoría de Mejor Película Extranjera. Ahí competirá con La buena vida, de Andrés Word, proveniente de Chile; con Acné, de Federico Veiroj, originaria de Uruguay; y con Perro come perro, de Carlos Moreno, de Colombia.
Sea o no galardonada con la presea española, el cineasta que comenzó a adquirir fama con su divertido cortometraje La suerte de la fea… a la bonita no le importa (2001) ya se declaró orgulloso de la nominación para el filme pues, a su juicio, representa un merecido reconocimiento para todos los que participaron en su realización.
Entretanto, y muy dentro del espíritu de estas fechas, de Lake Tahoe ya es posible tomar una idea, un consejo, una invitación: que, a pesar de las adversidades, los seres humanos podemos esforzarnos por hacer un favor a los otros. Y aunque nada garantiza que ese gesto resulte conforme a lo imaginado, bien vale la pena intentar ayudar.


Nota: Esta reseña también fue publicada en el blog e-joven del diario El Universal.

Friday, December 12, 2008

Polémica por pena de muerte dividirá más a sociedad mexicana, advierte politólogo

Un sector del PRI busca explotar el tema con el propósito de captar votos rumbo a las elecciones de 2009: José Fernández Santillán


El Estado debe fortalecerse en todas sus ramas y apuntar a más eficacia en la aplicación de la ley, no a penas más severas


La discusión en torno a restablecer o no la pena de muerte en México, que ha cobrado fuerza a raíz de la propuesta del gobernador de Coahuila, el priísta Humberto Moreira, de aplicarla a los secuestradores que asesinen a sus víctimas, dividirá más a la sociedad en un momento en que ésta necesita estar unida para enfrentar a la delincuencia, alertó el politólogo José Fernández Santillán.
Para el académico del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Ciudad de México (ITESM-CCM), existen al menos tres razones para oponerse a la pena capital. La primera de ellas es su falta de efectividad, ya que su implantación “en ningún lugar ha reducido la criminalidad”. En ese sentido, el Estado mexicano debe apuntar “no a endurecer las penas, sino a hacer efectiva la ley”, pues actualmente sólo se castiga entre 2% y 3% de los delitos que se cometen.
Al respecto, 70% de los participantes en una encuesta recién publicada por el diario El Universal se declaró a favor de la pena de muerte, principalmente en casos de secuestro y violación, mientras que 63% consideró que con ello se reduciría la inseguridad. Sin embargo, en el mismo estudio, 79% de los encuestados reconoció que tomando en cuenta cómo funciona el sistema de justicia en México podría condenarse a inocentes, al tiempo que 86% creyó que los acusados con dinero tendrían posibilidades de salir impunes y 63% opinó que para aumentar la seguridad pública se requiere mayor eficacia en la detención de criminales en vez de penas más severas.
Fernández Santillán explicó que el segundo motivo para rechazar esta medida, eliminada de la Constitución mexicana desde 2005, es de carácter ético. A su juicio, el objetivo de la civilidad en la sociedad debe ser “salir de la barbarie, no caer en ella”. Por tanto, si ante la desesperación provocada por la violencia y el clima de inseguridad se opta por matar a los delincuentes, “corremos el peligro de regresar a caminar en cuatro patas”.
De acuerdo con el académico, el tercer argumento para decir no a este castigo radica en los convenios internacionales a través de los cuales México se ha comprometido a no volver a instaurarlo. En un comunicado difundido el pasado 3 de diciembre, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) recordó que desde 2007 el país se adhirió al Protocolo a la Convención Americana sobre Derechos Humanos relativo a la Abolición de la Pena de Muerte, así como al Segundo Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. “La tendencia universal consiste en abolirla definitivamente”, señaló el organismo.
A finales de noviembre, el gobernador Humberto Moreira, militante del Partido Revolucionario Institucional (PRI), presentó ante el Congreso de Coahuila una iniciativa para modificar los artículos 14 y 22 de la Constitución federal, “a efecto de restablecer como garantía de seguridad jurídica el derecho a la vida y decretar la pena de muerte a los secuestradores que priven de la vida a sus víctimas”, según se consigna en la Gaceta Parlamentaria.
En opinión de Fernández Santillán, aunque la propuesta de Moreira ha recibido el apoyo de otros priístas como Manlio Fabio Beltrones, coordinador de los senadores del tricolor, el instituto político no apoya la idea “en bloque”. Un segmento del PRI, expuso, impulsa la pena capital con un “afán pragmático”, o sea, con el propósito de captar votos antes de las elecciones de 2009 aprovechando el descontento social provocado por la inseguridad. El sector “tradicional”, en cambio, se opone a ella.
El académico comentó que incluso si en el Congreso de la Unión se mantiene la desaprobación a la propuesta por parte del Partido Acción Nacional (PAN) y del Partido de la Revolución Democrática (PRD), el PRI obtendrá de este tema una ganancia electoral. Asimismo, denunció, el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) también pretende “sacar raja” de la pena de muerte aun cuando antes la rechazó.
Ante la crisis que padece México por causa de la criminalidad, el politólogo afirmó que el Estado, como sostenía Max Weber, debe recuperar el monopolio legítimo de la violencia. Para esto, dijo, se requiere fortalecerlo luego del proceso de reformas neoliberales que lo debilitaron al grado de impedirle cumplir sus funciones básicas como garantizar la seguridad de los ciudadanos.
Desde su punto de vista, se necesita abandonar el neoliberalismo, sustituir el conjunto de intereses de élite por un nuevo pacto social y rehabilitar al Estado no sólo en sus cuerpos policiacos, sino “en todas sus múltiples ramas”, como la administración pública, los servicios educativos y de salud y la política social.


Nota: Una versión editada de este texto fue publicada en la revista electrónica Terra Magazine.

Monday, December 08, 2008

Desempleo en México: en 2009 se agravará problema con más de 20 años

Tasa de desocupación llega a 4.2% en el tercer trimestre de 2008, la más alta del año

Economistas reiteran la necesidad de fortalecer el mercado interno para generar fuentes de trabajo


El desempleo es un problema que ha aquejado a México cuando menos desde las últimas dos décadas y que se agravará en 2009 debido a la recesión en la que entró la economía de Estados Unidos y a la insuficiencia de las políticas internas para generar fuentes de trabajo, coincidieron académicos consultados.
Por otra parte, datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEG), indican que la tasa de desocupación en el país alcanzó ya 4.2% durante el tercer trimestre de 2008. Tal porcentaje es el más elevado en lo que va del año —entre enero y marzo fue de 3.9%, mientras que de abril a junio de 3.5%— y equivale a un millón 909 mil 728 personas.
A esta cifra se suma, de acuerdo con la misma ENOE, que entre julio y septiembre se registraron 2 millones 945 mil 604 personas subocupadas, es decir, con la necesidad y la posibilidad de trabajar más, al igual que a 11 millones 834 mil 725 que laboraron en el sector informal. Igualmente, de los 43 millones 625 mil 738 que estuvieron ocupados, más de 10 millones ganaron apenas entre dos y tres salarios mínimos, o sea, poco más de 150 pesos diarios o 4 mil 500 al mes.
Rosa Albina Garavito, profesora investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana unidad Azcapotzalco (UAM-A), señaló que la generación de empleo en México ha experimentado una “tendencia regresiva” por más de 20 años. Dicha situación, apuntó en entrevista telefónica, se explica porque los gobiernos en funciones han dejado pendiente la ejecución de una reforma laboral que impulse la creación de plazas y fortalezca el salario, en lugar de flexibilizar la regulación en la materia y privilegiar al capital.
Frente a ese antecedente y a la expectativa de una disminución en la inversión y en el crecimiento para el año siguiente, dijo, la economía mexicana únicamente podrá producir entre 100 mil y 120 mil nuevos puestos de trabajo cuando el requerimiento anual es de un millón 200 mil.
En charla por separado, Moritz Alberto Cruz, académico del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (IIEC-UNAM), mencionó que el desempleo en el país “ya se ha resentido desde hace muchos años y se va a acentuar a lo largo de todo 2009”.
Cruz agregó que la recesión en la que oficialmente ya entró Estados Unidos, principal socio comercial de la República Mexicana, significará una caída en los ingresos de los estadounidenses, cierre del crédito y ajustes en su gasto. Lo anterior derivará en una menor demanda de las exportaciones nacionales y, a su vez, golpeará a sectores como el de los bienes manufacturados —desde computadoras hasta automóviles— y al de servicios como el turismo, cuyas ventas decrecerán, tendrán menos ganancias y recortarán personal.
De ese modo, aseguró en conversación vía telefónica, la tasa de desocupación podría llegar a 7%, y dado que el país ni siquiera contará con la “válvula de escape” para el desempleo que hasta ahora ha representado la migración a Estados Unidos, sobrevendrán un aumento de la informalidad, malestar social, baja recaudación fiscal y menor consumo de la población.
Ambos investigadores concordaron en la urgencia de que el gobierno federal, encabezado por Felipe Calderón, cambie de estrategia económica y la reoriente hacia la reactivación y fortalecimiento del mercado interno para poder fomentar la creación de empleos. Garavito aclaró que esto no implicaría cerrar las puertas al exterior, sino frenar la apertura comercial “nociva” que viene dándose desde 1983.
“El principal motor del crecimiento debe ser el mercado doméstico”, afirmó Cruz. Para lograr esta meta, expuso, las autoridades tendrían que modificar las políticas fiscal y monetaria a fin de reducir las tasas de interés y garantizar crédito y apoyos a las empresas. Asimismo, añadió, un plan de inversión pública bien diseñado podría contribuir a catapultar la economía.
En opinión del académico, resulta indispensable que el gobierno deje de minimizar las consecuencias de la crisis global en México y actúe para “sortear el vendaval”. “Hay que enfrentar las realidades; si se hubiera tomado medidas hace seis meses, el escenario quizá sería distinto”, enfatizó.

Nota: Una versión editada de este texto fue publicada en la revista electrónica Terra Magazine.

Friday, November 28, 2008

El PRI construye regreso al poder [reportaje]

Factores como el desencanto ciudadano con los gobiernos del PAN y las divisiones en el PRD han favorecido que el octogenario partido tricolor retome fuerza rumbo a 2009

El Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobernó México durante más de 70 años, ha tenido un 2008 casi perfecto en términos electorales. Cinco de los seis comicios locales efectuados en los últimos 11 meses han reportado victorias claras para el tricolor, que en la picaresca del país frecuentemente es comparado con un dinosaurio: no sólo es el instituto político más viejo, sino que, como en el cuento de Augusto Monterroso, sigue ahí.
De ese modo lo ha entendido, entre otros, el caricaturista Omar. En un cartón publicado el pasado sábado 15 de noviembre en el suplemento Ideas del diario El Universal, el dibujante plasmó a Beatriz Paredes Rangel, dirigente nacional del PRI, como en una nueva versión del flautista de Hamelín. Interpretando su instrumento, la tlaxcalteca llama a pequeños reptiles del jurásico, cada uno en representación de los triunfos que el organismo ha venido acumulando: Quintana Roo, Nayarit, Guerrero, Coahuila, Hidalgo.
Humorismo aparte, mientras los priístas se congratulan de sus logros y su presidenta señala que el PRI es “imprescindible” porque “es el partido que construyó el México del siglo XX, es el partido que construirá el México digno del siglo XXI”, analistas como Jorge Zepeda Patterson lamentan que, debido a las incapacidades mostradas por las administraciones del Partido Acción Nacional (PAN), entre otros factores, mucha gente extrañe a los gobernantes del tricolor porque —ironizó recientemente en su columna Rehilete— “al menos tenían oficio político”.


Eslabones verde, blanco y rojo
La cadena de victorias del PRI comenzó el domingo 3 de febrero en Quintana Roo. En aquella entidad del Caribe mexicano, el Revolucionario Institucional ganó siete de nueve municipios y la mayoría del Congreso local con 14 diputaciones. Ese mismo día el tricolor se quedó con las manos casi vacías en Baja California Sur, ya que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) se hizo con las cinco presidencias municipales en disputa y con nueve diputados en la Legislatura del estado. Sin embargo, esa sería la única derrota electoral que sufrirían los priístas en todo 2008.
Dos semanas más tarde, el 17 de febrero, en una jornada marcada por un abstencionismo superior a 70%, el PRI se erigió como primera fuerza política en el Congreso de Hidalgo con un total de 17 legisladores. Ya a mediados de año, el 6 de julio, los comicios de Nayarit dieron otro triunfo al otrora partido hegemónico: 12 de 20 municipios y 16 diputaciones.
Tres meses después, el 5 de octubre, el priísmo golpeó en una entidad considerada bastión del PRD: Guerrero. Ayudado por circunstancias como las divisiones en el perredismo, el Revolucionario Institucional obtuvo al menos 11 asientos en el Congreso local y 45 de 81 presidencias municipales, incluida la de Acapulco, uno de los puertos turísticos más importantes del país. Posteriormente, el 19 de octubre, los priístas afianzaron su fortaleza en la Legislatura de Coahuila al vencer en los 20 distritos electorales de ese estado del norte.
Y el pasado 9 de noviembre, de nueva cuenta en Hidalgo, concluyó esta cadena triunfalista para el PRI. Ahí, donde a principios de año ya había alcanzado la mayoría legislativa, conquistó 55 de los 84 municipios en juego. Balance final: cinco de seis elecciones con saldo positivo.


Tendencia “difícil de revertir”
Para César Cansino, director del Centro de Estudios de Política Comparada, las victorias del PRI se explican por tres motivos. El primero de ellos es el descontento de los ciudadanos con los gobiernos de partidos que antes eran de la oposición. Tras la salida del tricolor del poder presidencial, expuso el politólogo en entrevista telefónica, mucha gente generó expectativas de cambio “que no se han colmado”.
La segunda razón es el “voto de castigo” que el electorado ha ejercido en contra del PAN, mientras que la tercera radica en que el Revolucionario Institucional, “que se sabe el fiel de la balanza”, ha sido “discreto” con sus propios conflictos internos. A decir de Cansino, los priístas, al contrario de sus adversarios panistas y perredistas, han sabido apartar sus diferencias de la mirada pública, lo que ha redundado en la preservación de cierta unidad partidista al igual que en un menor deterioro de su imagen de cara a la ciudadanía.
Así, con rumbo a las elecciones de 2009, en las que se renovarán la Cámara de Diputados y las gubernaturas de los estados de Campeche, Colima, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí y Sonora, así como 12 legislaturas locales, 572 municipios y las 16 delegaciones del Distrito Federal, la tendencia a favor del PRI “difícilmente se va a revertir”. Esto se debe, argumentó, a que las divisiones dentro del PRD estallarán tarde o temprano y a que los fracasos del gobierno federal en materia de seguridad y economía contribuirán al declive electoral del PAN.
Frente a ese escenario de previsible triunfo del tricolor el próximo año y de su posible retorno a la Presidencia del país en 2012, Cansino planteó dos visiones.
De acuerdo con la optimista, si el priísmo vuelve al Ejecutivo por la vía de comicios, “quisiera pensar que ya existen las condiciones para que la alternancia de partidos en el poder no represente el retorno del autoritarismo de antaño”. Por otra parte, desde un enfoque pesimista, “también hay que reconocer que no se han hecho las reformas legales e institucionales necesarias para romper con ese pasado autoritario de abusos, negligencias y corporativismo”. En consecuencia, “nada asegura que con el regreso de PRI no vuelvan las prácticas de antes”.
Hoy, empero, lejos aún de confirmar o desechar alguna de las anteriores proyecciones, es factible ya observar al menos tres realidades. En primer lugar está un tricolor orgulloso de sus avances y seguro de obtener más. En segundo, una cadena de resultados electorales que da sustento a las expectativas priístas. Y en tercero, el desconcierto de quienes, como el citado Zepeda Patterson, sólo se explican el nuevo encumbramiento del octogenario partido porque “ante la incertidumbre, los mexicanos optan por un pasado maquillado, por la nostalgia distorsionada. Una especie de síndrome de Estocolmo colectivo: los antiguos victimarios ya no parecen tan malos”.


Nota: Una versión editada de este texto fue publicada en la revista electrónica Terra Magazine.

Monday, November 17, 2008

México no puede ser indiferente frente a los problemas globales: Olga Pellicer

En octubre pasado, la Asamblea General de Naciones Unidas eligió al país como uno de los 10 miembros no permanentes del Consejo de Seguridad para el bieno 2009-2010


Por su tamaño, población, participación en el comercio mundial, tradición dentro de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) “y, sobre todo, por su posición como uno de los países más grandes de América Latina”, México no puede “mantenerse indiferente” a las responsabilidades de los estados de la comunidad internacional, afirmó la diplomática y académica Olga Pellicer.
Como todos los integrantes de la ONU, señaló, México tiene deberes en materia de mantenimiento de la paz que se llevan a cabo de diversas maneras. Una de ellas es contribuir a los gastos de la institución, y otra, participar en el Consejo de Seguridad.
A mediados de octubre, con 185 votos la Asamblea General de Naciones Unidas eligió a la República Mexicana como uno de los 10 miembros no permanentes de ese organismo para el bienio 2009-2010. Durante su primer año, México participará en él con Austria, Burkina Faso, Croacia, Costa Rica, Japón, Libia, Turquía, Uganda y Vietnam, así como con los cinco miembros permanentes: China, Francia, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos.
La profesora investigadora del Instituto Tecnológico Autónomo de México y ex directora del Instituto Matías Romero de Estudios Diplomáticos consideró que “está superada” la vieja pelea que se efectuaba dentro de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) acerca de la ventaja de participar o no en esa instancia de la ONU. A su juicio, ya fueron dejados atrás los argumentos que apuntaban a que la nación debía tratar de no inmiscuirse en querellas que podían implicar un conflicto con Estados Unidos. De haber generalizado ese razonamiento, “a lo mejor nos quedamos sentados y nos retraemos de ser miembros más activos, lo cual no creo que sería conveniente para México”, aseguró.
Asimismo, revisar la posición de los otros “grandes” de América Latina, Argentina y Brasil, que tienen una política “de mucha proyección internacional” y han buscado estar siempre presentes en el consejo, debería conducir a “preguntarse si queremos dejar el campo libre a que las otras potencias del continente se erijan cada vez con mayor decisión en líderes de la región o si México también quiere hacer sentir su voz y su liderazgo latinoamericano”.
El rechazo de un sector de la opinión pública mexicana a que el país demuestre mayor protagonismo en el mundo, explicó, radica en que no se cuenta “con mucho conocimiento de cuestiones internacionales, somos muy provincianos; si se ve nuestros medios de comunicación escritos o la televisión, el análisis es mínimo, tenemos pocos especialistas, estamos metidos en la disputa interna. Si no hay una conciencia de la posibilidad o del papel que México debiera o pudiese desempeñar en las cuestiones internacionales, la reacción más inmediata y normal es ‘¿qué hacemos ahí?’”.


La agenda del consejo
México participará en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas por cuarta ocasión en su historia. Anteriormente lo había hecho en los periodos de 1946, 1980-1981 y 2002-2003. Este organismo, expuso la académica, “es un como un tren que ya está en marcha, es un órgano que tiene una agenda bastante cargada y esa agenda generalmente está preestablecida, lo cual no quiere decir que no lleguen eventos excepcionales como algún conflicto”.
En ese sentido, añadió, es muy importante que un nuevo miembro tenga la habilidad para conocer los temas a tratar al igual que las posiciones del resto de los países de la región a la que representa. México, por ende, debe estar al tanto de los puntos de vista de los otros estados latinoamericanos para pronunciarse en torno a conflictos como los de Haití, Georgia, Kosovo, Chipre, Nepal, Myanmar, Cachemira o el este del Congo, en algunos de los cuales se realizan operaciones de mantenimiento de la paz.
Igualmente, en la agenda del consejo se encuentran ejes temáticos: terrorismo, cambio climático, protección de civiles en choques armados. Frente a un abanico tan amplio de temas globales, dijo, no resulta fácil saber cómo se posicionará México en cada caso, pero en las decisiones del país puede haber “grandes líneas de orientación” como el respeto al derecho internacional, una visión integral del concepto de seguridad o favorecer la mediación y la conciliación antes que la aplicación de sanciones.
“Una de las primeras labores de la diplomacia mexicana, y creo que ya lo está haciendo, va a ser priorizar”, mencionó. “Tenemos que dirigir la mayor participación a ciertos conflictos y ciertos comités; debe haber algunos que nos interesen más que otros. Tenemos que decidir en cuáles nos involucramos más, en cuáles menos, así como los asuntos que para nosotros merecen una mayor acción del consejo y cuáles no”.


Superar los tropiezos diplomáticos
Pellicer recordó los errores en los que incurrió la Cancillería durante el sexenio de Vicente Fox (2000-2006), cuyas consecuencias más visibles fueron escándalos y el congelamiento de las relaciones con Cuba y Venezuela. Esas equivocaciones, estimó, derivaron, por un lado, de la poca capacidad de operación del primer titular de la SRE, Jorge Castañeda, y por el otro, del desconocimiento de las formas de quien lo sucedió en el cargo, Luis Ernesto Derbez.
La actual diplomacia mexicana, concluyó, ha comenzado a superar esos tropiezos porque ahora “hay profesionistas que saben cómo hacer las cosas”. Sin embargo, aclaró: “No estoy diciendo que haya líneas directivas y proyectos muy claros; ésos tienen que provenir del presidente (Felipe Calderón), que no parece ser una persona muy fascinada por la política exterior, no es su fuerte, pero le faltan cuatro años, dos de los cuales pasaremos en el Consejo de Seguridad. Pueden ser dos años interesantes”.


Nota: Este texto fue publicado en la revista electrónica Terra Magazine.

Thursday, November 13, 2008

Panista de cepa y abogado de casos polémicos llega a Secretaría de Gobernación

Fernando Gómez Mont ocupa el lugar de Juan Camilo Mouriño, muerto el 4 de noviembre; diputado federal y representante del PAN ante el IFE, como litigante ha defendido, entre otros, a Carlos Salinas de Gortari, Napoleón Gómez Urrutia y Rogelio Montemayor


Al presentar a Fernando Francisco Gómez Mont Ureta como el nuevo secretario de Gobernación de México, el presidente Felipe Calderón dijo estar convencido de que el funcionario “cuenta con las credenciales y la experiencia necesaria para desempeñar el alto cargo que le ha sido encomendado”.
Gómez Mont, abogado egresado de la Escuela Libre de Derecho —al igual que Calderón y su esposa, Margarita Zavala—, llega a la cartera encargada de la política interior para ocupar el lugar que dejó Juan Camilo Mouriño, fallecido el martes 4 de noviembre al caer el avión en el que viajaba sobre Periférico y Reforma, dos de las principales avenidas de la capital mexicana. En este hecho, aún investigado por el gobierno federal, murieron 13 personas más, entre ellas el ex subprocurador José Luis Santiago Vasconcelos y cinco transeúntes.
Su designación constituyó una sorpresa ya que su nombre no había figurado entre los aspirantes al puesto. Algunos de los personajes citados por los medios como posibles sucesores de Mouriño fueron Josefina Vázquez Mota, secretaria de Educación Pública; César Nava, secretario particular de Calderón; Juan Molinar Horcasitas, director del Instituto Mexicano del Seguro Social; Héctor Larios, coordinador de los diputados del Partido Acción Nacional (PAN); Jorge Tello Peón, asesor de seguridad; y Diódoro Carrasco, ex integrante del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y ahora legislador panista.
El nuevo titular de la Secretaría de Gobernación nació en la ciudad de México en 1963. Es el más joven de los 13 hijos de Felipe Gómez Mont, fundador e ideólogo del PAN, y militante de ese organismo desde su adolescencia. Fue diputado en la 55 Legislatura (1991-1994), durante la que participó en la Comisión de Justicia, y también miembro de la Comisión Federal Electoral, representante de su partido ante el Instituto Federal Electoral (IFE) e impulsor de la reforma a la credencial para votar a partir de la cual se decidió que ésta incluyera fotografía.


Defensor de clientes controvertidos
Renunció al servicio público en 1995 para abrir una consultoría. Trabajó como asesor en la presidencia de Ernesto Zedillo (1994-2000) y con el entonces procurador general de la República, Antonio Lozano Gracia, en asuntos como los asesinatos de los priístas Luis Donaldo Colosio y José Francisco Ruiz Massieu.
Cercano al también litigante y ex candidato presidencial panista Diego Fernández de Cevallos, El Jefe, defendió casos polémicos como los del ex mandatario Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) y su hermano Raúl, lo mismo que los de banqueros acusados de fraude como Carlos Cabal Peniche, de Banca Cremi-Unión, y Jorge Lankenau, de Ábaco Grupo Financiero.
Otros de sus clientes han sido Napoleón Gómez Urrutia, líder minero hoy autoexiliado en Canadá, y Rogelio Montemayor, ex director de Petróleos Mexicanos (Pemex) señalado por haber tomado parte en el llamado Pemexgate, el desvío de recursos del sindicato de trabajadores de la paraestatal a la campaña del priísta Francisco Labastida Ochoa en el año 2000. Hasta el día de su nombramiento, fue socio del despacho Zinser, Esponda y Gómez Mont.


Las tareas inmediatas
Según declaró Calderón a la prensa, el conocimiento del funcionario en materia penal y de elecciones le será “muy útil” para encarar dos grandes temas: por un lado, la seguridad; por el otro, los comicios de 2009, en los que se renovarán la Cámara Baja y habrá contienda en nueve entidades del país.
Fernando Gómez Mont, indicó el jefe del Ejecutivo, deberá estar pendiente de la etapa de implementación de la reforma judicial, así como del cumplimiento de los 75 compromisos contenidos en el Acuerdo Nacional para la Seguridad, la Justicia y la Legalidad firmado el pasado 21 de agosto. Algunos de estos puntos son destinar mayores recursos al combate a la criminalidad, construir dos penales federales y 10 estatales y crear una base de datos nacional de teléfonos móviles para evitar la comisión de delitos por ese medio.
En cuanto al proceso electoral del próximo año, expuso Calderón, el secretario tendrá “la misión de coadyuvar a que el mismo se desarrolle en un clima de paz, de respeto y de plena legalidad”. Para ello, añadió, Gómez Mont ha sido instruido a mantener la comunicación con partidos políticos y autoridades comiciales con el propósito de obstruir “cualquier tipo de intromisión del crimen organizado”.
De acuerdo con el mandatario, el nuevo titular de Gobernación —cuya designación ya fue criticada por figuras como Ricardo Monreal, senador del Partido de la Revolución Democrática (PRD)— también contará entre sus obligaciones promover el diálogo con poderes de la Unión y gobernadores de los estados “a fin de avanzar en los acuerdos que se traduzcan en las reformas que requiere nuestro país para enfrentar los desafíos del siglo XXI”.

Nota: Este perfil fue publicado en la revista electrónica Terra Magazine.

Monday, October 27, 2008

México debe evitar que dinero del narco entre a la política: embajador de Colombia

El diplomático resalta la necesidad de que exista cooperación internacional para enfrentar un problema "que no respeta fronteras"


Luis Camilo Osorio, embajador de Colombia en México, relata: la historia del narcotráfico en el país sudamericano “tiene un punto clímax cuando a mitad de los 90 los dineros de los cárteles empiezan a penetrar las campañas políticas al más alto nivel; ahí se da una situación en la que el Estado colombiano en su totalidad —organismos de seguridad, de investigación, de justicia, autoridades electorales— toma una respuesta fuerte para combatir esa penetración”.
En su despacho, el diplomático recuerda que en ese contexto surgió “lo que se conoce como el Proceso 8000”, acción judicial emprendida contra el entonces presidente Ernesto Samper en la que se le acusaba de haber recibido financiamiento del narco antes de las elecciones de 1994. La Cámara de Representantes finalmente absolvió al mandatario en 1996, pero en el caso se vieron involucrados “dirigentes políticos, congresistas y hombres públicos de muy alto nivel”, entre ellos el ex ministro de Defensa Fernando Botero Zea, quien purgó una condena de 30 meses prisión.
“A partir de ese momento comienza una lucha frontal contra el narcotráfico”, apunta. Así, en los 90 fueron capturados los hermanos Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela, líderes del Cártel de Cali hoy extraditados a Estados Unidos, y murió Pablo Escobar, cabecilla del Cártel de Medellín “que utilizó instrumentos de terrorismo y sobornos contra la policía, y desató toda una guerra contra el Estado en la que éste tuvo que poner todas sus capacidades y las armas de la República para enfrentarlo”.
No obstante, el abogado de profesión enfatiza que la lucha contra la criminalidad no cesa. Y respecto del temor que existe en México de que recursos del narcotráfico lleguen a las campañas rumbo a los comicios de 2009 para renovar la Cámara de Diputados, reitera la necesidad de que, como se busca en Colombia, las autoridades electorales vigilen “el ingreso de dineros, el origen, los montos máximos”.


La lucha “valerosa” de Calderón
Responsable de la embajada desde septiembre de 2006, Osorio ha podido observar desde el principio la ofensiva que el gobierno de Felipe Calderón ha lanzado contra el crimen organizado. A su juicio, el presidente mexicano asumió, “desde el primer momento, una muy valerosa posición de lucha contra la criminalidad”, que ha redundado en la caída de bandas de delincuentes, algunas de ellas procedentes de territorio colombiano.
“El propósito de tener seguridad democrática, como le llamamos en Colombia —expone—, es una situación previa, sine qua non, para que los estados tengan viabilidad de crecimiento, de expansión de los empleos, de inversión internacional, de confianza de los empresarios para seguir ampliando sus negocios, para que la sociedad tenga calidad de vida, se sienta segura, no objeto de extorsión o chantaje”.
Al señalarle que los críticos del mandatario mexicano han reiterado que su forma de encarar a la delincuencia —por ejemplo, recurriendo al Ejército— encierra riesgos para los derechos humanos, el embajador responde: “El combate contra la criminalidad tiene que guardar el debido respeto por la dignidad de las personas, por sus derechos fundamentales, aun cuando esa no es la misma norma que sigue la criminalidad, que no respeta vidas. Mal haría el Estado en combatir al crimen y a la delincuencia con más crimen y más delincuencia”.
Por ello, asegura, “en Colombia una de las cosas en la que mayor énfasis ponemos es en que haya mano dura, mucha eficacia, pero cero violación de los derechos humanos”.


Despenalizar el consumo, un error
Puesto que el de las drogas es un problema mundial, sostiene Osorio, “la cooperación tiene que ser internacional y muy estrecha porque la criminalidad no respeta fronteras, soberanía o territorios”. Fue en ese marco de colaboración que, en 2007, Colombia invitó a México y a otros países de Centroamérica y el Caribe a una reunión en Cartagena para discutir sobre el tema. De hecho, “México tomó el liderazgo para repetirla aquí el próximo año”.
Durante esa cumbre “llegamos a la conclusión de que ya se rompió la barrera de los que se decían países productores, países tránsito y países consumidores. Esa es una situación gravísima porque genera dificultades laborales, familiares, personales, hace mucho daño a la sociedad”. Por tal motivo, insiste, “el combate debe ser muy de la mano de todas las naciones”.
En cuanto a la posibilidad de que la pobreza en América Latina sea un factor que fomente la delincuencia y que los gobiernos del continente estén descuidando, el diplomático afirma que “no puede la criminalidad ser soporte para que nadie se gane la vida y tenga un sustento decoroso. Lo que ocurre, es verdad, es que hay que abrir nuevos escenarios en los que la gente tenga acceso a un empleo digno”.
Sobre la propuesta de despenalizar el consumo de ciertas drogas, que en México ha entrado a debate a partir de iniciativas de los partidos de la Revolución Democrática (PRD) y Socialdemócrata (PSD), Osorio se remite al criterio del presidente colombiano Álvaro Uribe: “Él cree que es una gran equivocación despenalizar el consumo. No es posible que consideremos que eso es una actividad lícita. Creemos que la manera más eficaz de combatir la droga es cerrando todos los tapones, y uno de ellos es el consumo. Nuestra política ha sido esa. No creo que haya posibilidades, elementos que nos indiquen que debemos cambiar de posición”.

Nota: Una versión editada de este texto fue publicada en la revista electrónica Terra Magazine.

Friday, October 24, 2008

Plan anticrisis de Calderón, correcto pero insuficiente: Aurora Gómez Galvarriato

Investigadora del CIDE califica como positiva la intención de invertir en infraestructura y de construir una refinería; por el contrario, señala, bajar los aranceles afectaría los productos nacionales y las fuentes de empleo


Aunque el gobierno de México camina “en la dirección correcta” con el paquete de medidas que recién propuso para enfrentar el impacto de la crisis financiera global desatada en Estados Unidos, debió haber actuado antes y tendría que destinar más recursos tanto para la construcción de infraestructura como para la creación de fuentes de trabajo, consideró Aurora Gómez Galvarriato, académica del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
Hasta hace algunas semanas, recordó, la administración del presidente Felipe Calderón “vino diciendo que la economía mexicana estaba blindada, que no iba a afectar la recesión, cuando a todas luces eso no podía ser”. El pasado 8 de octubre, sin embargo, el mandatario admitió que la menor actividad económica mundial golpeará al país en la forma de una baja en el precio del petróleo, en la demanda de las exportaciones nacionales, en el envío de remesas de mexicanos que viven en el exterior, así como en una disminución del turismo y de la inversión extranjera.
El mismo día, acompañado de los secretarios de Hacienda, Agustín Carstens, y de Economía, Gerardo Ruiz Mateos, Calderón anunció el Programa para Impulsar el Crecimiento y el Empleo, compuesto por cinco puntos: aumentar el gasto público en infraestructura, agilizar el ejercicio del presupuesto en esta materia, construir una nueva refinería, brindar mayor apoyo a pequeñas y medianas empresas, y promover la desregulación y desgravación arancelaria.
Según el jefe del Ejecutivo, de aprobar el Congreso de la Unión los cambios legales que implica su programa —como eliminar el esquema de Proyectos de Impacto Diferido en el Registro del Gasto (pidiregas) para asumirlos como deuda de Pemex—, el país contaría con 78 mil millones de pesos que podrían emplearse para aminorar los efectos de la crisis. De ese monto, Calderón planteó dirigir 53 mil millones a obras de infraestructura energética, carretera, ferroviaria, educativa, de salud, de seguridad, agropecuaria y de vivienda.
De acuerdo con Gómez Galvarriato, en las circunstancias actuales “es importante que el gobierno tenga la capacidad de actuar contracíclicamente”. Para ello “tiene que dejar atrás la idea del déficit público cero, de tener una balanza pública completamente equilibrada, que fue su objetivo desde hace varios años. Gracias a que ha mantenido ese presupuesto relativamente equilibrado, hoy puede gastar”.
No obstante, la doctora en Historia por la Universidad de Harvard señaló que las cantidades proyectadas le parecen insuficientes. Los 53 mil millones de pesos, por ejemplo, “ya era dinero que estaba destinado para infraestructura y no se gastó porque no se hicieron las licitaciones a tiempo o por otras razones”. Por ende, “el gobierno tiene que volverse expedito en eliminar trámites y en ver que ese dinero empiece a entrar a la economía ya”.
La investigadora calificó como positiva la idea de edificar una refinería porque esto permitiría dar un mayor valor agregado al petróleo. Igualmente, se expresó en favor de los proyectos de infraestructura “porque en México, para ser más productivos, necesitamos mejores carreteras, más presas, una inversión mucho más grande en rubros que han descuidado los gobiernos de las últimas décadas”.
Por otra parte, criticó la propuesta de bajar los aranceles puesto que tal medida podría afectar a los productos nacionales y por tanto a las fuentes de empleo. Asimismo, agregó, la tasa de interés interbancaria, de alrededor de 8.25%, no resulta “congruente” con el propósito de incentivar el crecimiento.


Excesivo optimismo ante crisis larga
La crisis actual, expuso Gómez Galvarriato, es “completamente distinta” a las que sufrió México en 1982 y en 1994-1995 porque, mientras aquéllas tuvieron un origen interno debido a la fragilidad del sistema financiero y al endeudamiento, ésta partió de causas externas como la falta de regulación en los mercados y el hecho de que “desde hace varios años EU ha venido gastando más de lo que percibe”.
El episodio que vivimos, explicó, encuentra muchas similitudes con la crisis de 1929. En aquella ocasión, el país se vio afectado porque otras naciones dejaron de importar mercancías como plata y petróleo y porque muchos mexicanos que laboraban en EU tuvieron que volver. Hoy, indicó, se espera que en el transcurso de 2009 regresen al país 800 mil personas que aumentarían el número de desempleados.
“A diferencia de las crisis internas —mencionó—, las externas tienden a ser más largas. Mi impresión es que esta crisis global va a ser menos profunda que la del 29, pero muy larga”. Ante esta situación, habrá que esperar tanto las políticas que apliquen estadounidenses como la respuesta de Europa, mientras que México debe prepararse para dificultades que se extenderán durante años.
Para la académica, el gobierno no está dimensionando el tamaño de la crisis que va a venir y esto se refleja en los indicadores macroeconómicos “excesivamente optimistas” que manejan las autoridades, por ejemplo, el precio del petróleo o la estimación de crecimiento para 2009. “Creo que en estas circunstancias conviene pecar de pesimistas”, comentó.
En ese sentido, el Ejecutivo tendría que reparar con mayor atención en el caso de los migrantes que regresarán de EU y en las familias que ya no recibirán un ingreso por envío de remesas. Del mismo modo, añadió, habría que pensar en zonas como el norte del país, que se verán “muy seriamente afectadas” como consecuencia de una menor demanda de las exportaciones mexicanas, y diseñar acciones coordinadas entre los gobiernos federal, estatales y municipales.
Sobre el panorama que aguarda a la población, concluyó: “Siguen tiempos de vacas flacas, no sabemos cuánto va a durar, pero es un tiempo de apretarse el cinturón, de ahorrar, de no gastar de más, de no hacer gastos innecesarios, de no endeudarse en tarjeta de crédito, de ser bastante cautos, conservadores en las decisiones que uno hace. Eso es lo que me planteo a mí misma y es lo que sugeriría”.


Nota: Una versión editada de este texto fue publicada en la revista electrónica Terra Magazine.

Tuesday, October 21, 2008

El grunge lució en el Motorokr [crónica]

Una mujer de cabello rojo se movía sobre el escenario. Vestía playera blanca y, al igual que muchos de los espectadores, jeans entubados. Se trataba de Hayley Williams, vocalista de Paramore, una de las 14 bandas reunidas en el Motorokr Fest 2008.
Jimena corrió un largo tramo desde el estacionamiento del Foro Sol con tal de llegar a tiempo para ver a los oriundos de Tennessee, Estados Unidos. No le importó haber tenido gripa ni estar muy abrigada para evitar una recaída. La carrera valió la pena. El grupo cumplió sus expectativas: sabe rockear.
A Paramore le siguieron The Kooks. Amalia y Arturo querían escucharlos. Y, como ellos, muchos jóvenes se emocionaron con el rock pop de la agrupación originaria de Brighton, Inglaterra. Para entonces el viento ya era más fuerte, el cielo se había despejado, la gente continuaba arribando, los amigos se saludaban, se armaban los pequeños o grandes núcleos, circulaban los vasos de cerveza y salían los celulares y las cámaras digitales que habían logrado burlar la revisión a la entrada.
Tras una pausa, en el escenario negro aparecieron The Flaming Lips, a quienes Scott Weiland, vocalista de Stone Temple Piltos, habría de calificar como “una de las mejores bandas de los últimos 20 años”.
Miriam los observaba atenta. Le interesaba apreciar no sólo su música, sino también el espectáculo que los de Oklahoma montan para sus presentaciones: desde la esfera de plástico en la que se introduce el cantante Wayne M Coyne hasta las imágenes en pantalla que acompañan el show, pasando por máquinas que arrojan humo, serpentinas y confeti, así como por un pelotón de teletubbies a cada lado del grupo.
The Flaming Lips concluyeron su acto pero quedaba aún el plato fuerte del cartel: Stone Temple Pilots y Nine Inch Nails. Y aunque los segundos, comandados por Trent Reznor, fueron los encargados de cerrar y prendieron al público con un impresionante juego de luces lo mismo que con clásicos del rock industrial como “Wish”, “Closer”, “March of the pigs”, “Hurt” y “Head like a hole”, muchos —como este cronista— aguardaban con mayor ansiedad a uno de los pocos sobrevivientes del grunge de los 90.
Horas antes así lo había expuesto un sondeo realizado por una estación de radio. El público deseaba ver a Stone Temple Pilots porque, a diferencia de Nine Inch Nails, nunca habían visitado México y porque después de una separación que amenazaba con ser definitiva la banda se volvió a juntar.
La noche había caído. Eran las 8:15. En el escenario, sound chek incluido, todo parecía listo. Sin embargo, no se veía a los integrantes del grupo por ningún lado. A unos 50 metros del proscenio era difícil moverse. La expectación crecía; el cansancio también. Los entusiastas llamados de los fans se alternaban con los desesperados “¡A ver a qué hora…!”.
Pero finalmente, alrededor de las 8:30, Stone Temple Pilots saludó a la gente. Llegó la apertura y, con ella, los empujones de quienes buscaron justo el momento en que arrancara el toquín para colarse hasta el frente. Hecho: la falta de civilidad rara vez se ausenta los espectáculos masivos.
Scott Weiland en la voz, los hermanos Robert y Dean DeLeo en bajo y guitarra y Eric Kretz en la batería lucieron, física y musicalmente, como en sus mejores tiempos. Tocaron “Wicked garden”, “Big bang baby” y “Vasoline” hasta que, antes de “Lounge fly”, su carismático y controvertido cantante se dijera feliz de pisar territorio mexicano por primera ocasión. “¡Ya era hora, cabrón!”, le respondió alguien.
Continuaron con una balada de su disco No. 4, “Sour girl”, con “Crackerman” y con tres de las más solicitadas desde el principio: “Creep”, “Plush” e “Interstate love song”.
Ya casi para terminar, los Pilots hicieron brincar a los asistentes con “Sex type thing”, de su primer álbum, Core, y cuando parecía que se marchaban regresaron para culminar su presentación con “Trippin’ on a hole in a paper heart”.
Luego, los aplausos, los gritos, los puños levantados y, al borde del escenario, Kretz, los DeLeo, Weiland: la caravana de los cuatro músicos que agradecían un recibimiento intenso a pesar de la que había sido una larga espera para los grungeros de México. En resumen, la imagen que selló un concierto memorable.


Nota: Este relato (que, por cierto, también pudo titularse "Ruckeando en el Motorokr") fue publicado en el blog e-joven del portal de El Universal.

Friday, October 17, 2008

La nariz, una emotiva máquina del tiempo [traducción]

Natalie Anger


The New York Times
Agosto 5 de 2008


He aquí un divertido y fácil experimento que Rachel Herz, de la Universidad de Brown, sugiere intentar en casa, pero sólo si usted promete antes comer sus vegetales, utilizar hilo dental y no está en riesgo de sufrir un coma diabético. Compre una bolsa surtida de frijoles de jalea de calidad suficiente como para calificar como “gourmet”. Después, pruebe sistemáticamente todos los sabores hasta estar seguro de poder distinguir entre uno y otro, porque esa habilidad es importante... y quizá nunca obtenga de nuevo una excusa así de buena.
Ahora, a lo que nos interesa: presione sus fosas nasales hasta cerrarlas y repita la rutina de probar los caramelos. ¿Percibe las diferencias? En efecto: esta vez no hay ninguna. Cada uno tiene un sabor dulce, pero sin el sentido del olfato usted también podría estar comiendo gomas de borrar azucaradas. ¿Y qué pasa si libera su nariz mientras está masticando? Una vez que los cándidos aromas regresan, usted puede distinguir entre golosinas de naranja y palomitas de maíz con mantequilla.
Todos hemos escuchado de los misteriosos poderes del olfato y su importancia en el amor, la amistad y la comida. Pero incluso un simple juego como “Cuál es mi caramelo” y la consistente sorpresa ante el impacto de cerrar nuestros circuitos olfativos nos muestran que no nos percatamos realmente de qué tan hondo llega nuestra nariz. Durante el Simposio Internacional sobre Olfato y Gusto llevado a cabo en San Francisco el mes pasado, la doctora Herz y otros investigadores discutieron las muchas formas en que destaca nuestro sentido del olfato. Se trata de una capacidad ancestral, la clave a través de la cual nuestros primeros ancestros aprendieron a aproximarse o alejarse entre sí. El aroma correcto puede evocar sensaciones tan vívidas que podemos sentir tan presentes como el ahora.
Por un lado, explicó Jay A. Gottfried, de la Universidad Northwerstern, el olfato es un sentido lento, ya que depende de mensajes transportados no a la velocidad de la luz o el sonido, sino al ritmo más pausado de una brisa, una bolsa de aire enriquecida con gran cantidad de pequeñas y volátiles moléculas que nuestros receptores nasales pueden leer. Sin embargo, también es nuestro sentido más rápido. En tanto que las nuevas señales detectadas por nuestros ojos y oídos deben primero ser asimiladas por una estación estructural llamada tálamo antes de alcanzar las regiones interpretativas del cerebro, los mensajes odoríferos se transportan por caminos exclusivos directamente desde la nariz hasta la corteza olfatoria del cerebro, donde son procesadas en un instante.
Muy importante, la corteza olfatoria está conectada con el sistema nervioso límbico y con la amígdala, donde las emociones nacen y los recuerdos emotivos son almacenados. Por eso los olores, sentimientos y recuerdos se relacionan tan fácil e íntimamente, y por eso el simple acto de lavar los platos hizo que, recientemente, la prima de la doctora Herz rompiera en llanto. “El olor del jabón de platos provocó que ella recordara a su abuela”, dijo Herz, autora de La esencia del deseo.
Muchos mamíferos son claramente más nasales que nosotros. Considere que nuestro epitelio olfatorio, la membrana mucosa y amarillenta localizada a unas tres pulgadas arriba de nuestras fosas nasales, guarda alrededor de 20 millones de receptores olfativos diseñados para detectar moléculas de olor ubicadas ya sea frontalmente, cuando nosotros —por ejemplo— aspiramos una rosa, o detrás de sí mismas, como en el caso de los volátiles aromas que ascienden por la parte trasera de la boca y dan un significado a cada frijol de jalea. Las membranas nasales de un sabueso, en cambio, sostienen un ejército olfativo de 220 millones de receptores.
Sin embargo, a pesar de nuestra modesta estructura, los humanos podemos convertirnos en mejores oledores con cierta facilidad. En un experimento, relató el doctor Gottfried, sujetos expuestos a una sola esencia floral durante sólo tres minutos y medio mejoraron significativamente su habilidad para discriminar entre familias completas de flores. En otro, los participantes pronto aprendían a distinguir diferencias normalmente imperceptibles entre un aroma herbal y su gemelo molecular si recibían pequeñas descargas eléctricas cada vez que elegían equivocadamente.
Numerosos estudios, además, han demostrado que la memoria olfativa es larga y resistente, y que las primeras asociaciones olfativas que hacemos con frecuencia permanecen. “Con un número telefónico, si obtienes uno nuevo, es probable que una semana después hayas olvidado el viejo”, mencionó la doctora Herz. “Con los olores sucede justo lo contrario. La primera asociación es mejor que la segunda”.
Durante otra presentación, Maria Larsson, una profesora de psicología asociada a la Universidad de Estocolmo, describió el poder del olfato casi como una mágica máquina del tiempo, con el potencial para tratar demencia y depresión, la neblina de la edad. Johan Willander y otros investigadores en su laboratorio buscaron dar firme evidencia empírica a la vieja hipótesis acuñada por Marcel Proust: la idea de que los aromas, como el sabor de una magdalena sumergida en té, pueden ayudar a recuperar el pasado.
Al estudiar grupos compuestos por suecos cuya edad promedio era de 75 años, los investigadores ofrecieron tres diferentes juegos de las mismas 20 claves para la memoria —claves como una palabra, una imagen o un olor—. Los científicos hallaron que mientras las claves verbales y visuales atraían asociaciones en su mayoría provenientes de la adolescencia y el principio de la vida adulta de los sujetos, las claves olfativas evocaban pensamientos de su niñez temprana, por debajo de los 10 años de edad.
Y a pesar de la antigüedad de tales recuerdos, añadió la doctora Larsson, las personas los reconstruían en términos excepcionalmente ricos y emotivos, y tendían a expresar la sensación de haber sido traídas de regreso en el tiempo. Olían especias y de repente estaban en su cocina, con harina volando mientras ayudaban a mamá y a su nana a preparar la comida para las fiestas. Luego captaban el aroma del alquitrán, y estaban en la cochera con papá arreglando el fondo del bote familiar antes de las largas regatas de verano.
La doctora Larsson atribuye la juventud de las memorias olfativas al hecho de que el olfato es el primero de nuestros sentidos en madurar, y sólo hasta después cede la primacía cognitiva a la visión y las palabras, mientras el lazo cortical entre olfato y emoción se asegura de que esas sensaciones tempranas mantengan su aroma durante toda la vida.


Aclaraciones: Tres razones me motivaron a traducir este texto. La primera (y la más obvia): me gustó. La segunda: lo considero un buen ejemplo de cómo se puede escribir sobre ciencia de manera atractiva, y por eso he decidido llevarlo de muestra a la clase de Taller de Periodismo Especializado I para la que sigo intentando ser adjunto. La tercera: quise practicar mi inglés; si alguien desea echar un ojo al original, puede dar clic en “The Nose, an Emotional Time Machine”.

Monday, October 13, 2008

Autor busca reconstruir escenario del 68 mexicano

Después de publicar La otra guerra secreta en 2007, Jacinto Rodríguez Munguía presenta 1968: Todos los culpables


Una “obsesión” por el tema llevó al periodista mexicano Jacinto Rodríguez Munguía a escribir el libro 1968: Todos los culpables (editorial Debate, 2008). Para él, aunque ahora se conoce a los personajes y los grandes momentos de ese año, muchas personas se siguen preguntando “por qué tenía que ocurrir”, aquel 2 de octubre, la matanza de estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco.
De acuerdo con el autor, el conflicto del 68 no se reduce únicamente al enfrentamiento entre dos piezas: por un lado, el poder político encabezado por el entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz y su secretario de Gobernación, Luis Echeverría Álvarez, y por el otro, el movimiento estudiantil.
Además de estos personajes, explicó en entrevista, en el escenario estaban la iglesia, los empresarios, los medios de comunicación, el Poder Judicial, el Ejército, los intelectuales, y todos jugaron un papel. Expuso el ejemplo de muchos periódicos que solaparon las acciones de Echeverría, así como el de ministros, jueces y la Suprema Corte de Justicia de la Nación, “que no observaron que estos muchachos, por muy locos que estaban y por muy irreverentes que fueran, tenían derechos”.
Sin embargo, afirmó, después de la masacre cada uno de los actores pretendió tomar distancia de los hechos. Y si bien Díaz Ordaz asumió su responsabilidad por lo sucedido, lo hizo “como el presidente soberbio”.
El también coordinador académico de la Fundación Prensa y Democracia consideró necesario revisar el episodio del 68 a fin de consignar qué pasó, de que cada quien reconozca el rol que desempeñó y de reparar los agravios de la represión. A su juicio, esa tarea de revisión histórica se dificulta porque la sociedad mexicana tiene una tradición muy grande de respeto a las instituciones y, por tanto, calla los errores cometidos por las mismas.
“Lo que creo que aporta el libro —señaló— es tratar de entender por qué ocurrió (la matanza del 2 de octubre) no sólo en términos culturales, sino de los personajes, qué es lo que lleva a la toma de decisiones en un plano más de la condición humana. El 68 es una permanente batalla entre lealtades, deslealtades, traiciones, revanchas y pugnas, no sólo entre políticos, sino también en el Ejército. Hay que desmontar eso”.
Su intención: “No me interesa ni me corresponde juzgar, sino decir qué pasó. Veamos qué hicieron todos los personajes”.


Encuentros, documentos, casualidades
Luego de publicar La otra guerra secreta en 2007, Rodríguez Munguía retomó el tema que le atraía casi desde que se inició en el periodismo y trabajó aproximadamente un año en la elaboración de 1968: Todos los culpables. No obstante, aclaró, la obra contiene elementos que había venido recopilando de tiempo atrás.
A decir del autor, 1998 fue un año clave porque se abrió una parte de los archivos sobre el 68 y se creó una comisión investigadora dentro de la Cámara de Diputados que comenzó a acumular información y obtener algunas respuestas. En ese momento, “me propuse hurgar más pero no me metí a los archivos, me quedé con la idea de lo que tenía la comisión, con la versión oficial”.
Empero, la pasión por el tema lo condujo a tocar puertas y a conocer gente como Jorge Po, representante de un grupo de estudiantes que sí enfrentaba con armas al Ejército. Así, conversaciones, encuentros, documentos y casualidades se fueron conjugando hasta materializarse en un libro.
Por otra parte, no duda al indicar que la mayor limitación con la que se topó fue que se le negara el acceso a información en manos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). “Uno de mis propósitos es armar toda una estrategia para abrir los archivos de la Sedena. Hacer uso de las leyes nacionales e internacionales de frente. Esa información no tiene por qué estar resguardada”, aseguró.


El Ejército y el “poder real”
Rodríguez Munguía se mostró convencido de que si los implicados en el 68 asumieran su responsabilidad esto constituiría una lección que permitiría a los mexicanos encarar nuevas crisis políticas o sociales. De suceder algo así, “nos podríamos mirar a la cara y sentarnos juntos en un momento de coyuntura, aun cuando pensemos distinto”.
En ese sentido, argumentó, hitos como la matanza de Tlatelolco o la guerra sucia (la represión que las administraciones priístas dirigieron contra la oposición) conllevan una ruptura del tejido social que aún debe repararse.
Acerca de la posibilidad de que la lucha contra el crimen organizado que enarbola el gobierno de Felipe Calderón sirva como pretexto para reinstaurar un Estado autoritario como el de la década de los 60, el autor expresó: “A mí me preocupa el papel del Ejército. Yo no estoy del todo en contra de que esté en la calle, aunque preferiría que no estuviera. Debería estar en los cuarteles porque está para otros fines”.
Durante el 68 y los años siguientes, comentó, el Ejército, pese a su tradición de lealtad y disciplina, fue sacado de sus bases y “probó el poder real, un poder que en una democracia no es dado a las fuerzas armadas”.
En su opinión, en el contexto actual del combate a la delincuencia el Ejército también está detentando un poder similar, pero esto exhibe las carencias de los órganos de inteligencia y significa emplear el último recurso que se tiene para enfrentar enemigos como el narcotráfico. “Y si el Ejército no puede, ¿qué sigue?”, cuestionó.
“No quiero ser tan apocalíptico —finalizó—, pero creo que los saldos que va a dejar la salida del Ejército a las calles van a ser muy altos en contra de los derechos humanos, contra su credibilidad y contra la honestidad que pueda haber dentro de la institución”.


Nota: Esta entrevista fue publicada en la revista electrónica Terra Magazine.

Tuesday, September 30, 2008

López Obrador continúa con “defensa del petróleo” [crónica]

Impreso en cartulinas blancas con tintas negra, verde y roja, el mensaje volvió a recorrer las calles de la capital mexicana: “¡Pemex no se privatiza!”. Este domingo, miles de personas reunidas con motivo de la marcha y asamblea informativa del Movimiento en Defensa del Petróleo se manifestaron en contra de las propuestas de reforma a la paraestatal planteadas por Felipe Calderón.
El protagonista del acto, sin embargo, no fue el hidrocarburo, sino el ex candidato presidencial del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y autonombrado “presidente legítimo de México”, Andrés Manuel López Obrador.
Ya desde el Ángel de la Independencia, donde comenzó el recorrido, se escuchaba la célebre rima: “Es un honor estar con Obrador”. Más aún, otra consigna reafirmaba tanto la identidad de los presentes como el rechazo a los contrarios: “Este es el pueblo de López Obrador. ¿Cuál es el tuyo, espurio Calderón?”.
Las brigadas del movimiento llegaron a Paseo de la Reforma: banderas blancas, anaranjadas, rojas, amarillas, verdes. También arribaron, en respaldo de la educación pública, estudiantes del Instituto Politécnico Nacional, de la Universidad Autónoma Metropolitana y de la Universidad Nacional Autónoma de México. Y acudieron, igualmente, quienes sólo deseaban expresar su apoyo a Andrés Manuel.
Una mujer, por ejemplo, caminaba apresurada con el propósito de alcanzar al contingente encabezado por el ex jefe del Gobierno del DF. “Ándale, mamá”, presionaba a su acompañante. “¡Ahí está!”, apuntaba alegre.
Como ella, muchos de los asistentes, recién observaban al tabasqueño, se acercaban, lo saludaban, le aplaudían, le gritaban “¡Obrador, Obrador!”. Tal era la aglomeración que los reporteros batallaban para aproximarse. Luego de un par de intentos fallidos por captar una imagen, un fotógrafo volteaba hacia un colega y, entre sorprendido y resignado, alzaba los hombros. La marcha continuaba.
Al centro de la columna, el protagonista de la jornada correspondía a los saludos, sonreía. Lo flanqueaban, entre otros, Gerardo Fernández Noroña, su encargado de comunicación; Alejandro Encinas, ex aspirante a la dirigencia nacional del PRD; Rosario Ibarra, senadora y activista pro derechos humanos; y Porfirio Muñoz Ledo, coordinador del Frente Amplio Progresista (FAP). Poco después se les unirían la líder local perredista, Alejandra Barrales, y la también senadora Yeidckol Polevnsky.
Medio día: el zócalo recibió a la concentración. La gente empezó a distribuirse alrededor del escenario dispuesto para el acto. Algunas personas, principalmente adultos de más de 50 o 60 años, armaban las sillas plegables que habían llevado consigo. Arreciaba el sol. Se abrían algunas sombrillas.
Jorge Eduardo Navarrete, embajador y miembro del Comité de Intelectuales en Defensa del Petróleo, reseñó el más reciente libro del tabasqueño: La gran tentación. Afirmó que en esta obra (a la venta para recaudar fondos para el movimiento, explicaban los comerciantes) queda expuesto cómo durante el régimen de Porfirio Díaz a finales del siglo XIX e inicios del XX las compañías extranjeras saquearon los hidrocarburos de México, situación que podría repetirse con la reforma a Pemex propuesta por Calderón.
Subió a la palestra Javier González Garza, El Güero, coordinador de los diputados perredistas, quien se congratuló de que los legisladores del FAP (PRD, Partido del Trabajo y Convergencia) impidieran la aprobación de las iniciativas calderonistas gracias a la toma de las tribunas del Congreso de la Unión que efectuaron en abril.
Y tomó la palabra Andrés Manuel. Reiteró su oposición a la violencia “en todas sus formas”, en la resistencia civil contra la privatización de la industria petrolera y en actos como el atentado en Morelia, Michoacán, la pasada noche del 15 de septiembre. Asimismo, recordó la próxima conmemoración de los 40 años de la represión de estudiantes del 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco y exigió libertad para todos los presos políticos.
Pasó a su crítica al neoliberalismo que, aseguró, ha llevado a la ruina al país. Empero, expuso, es posible abandonar el bajo crecimiento económico si se destinan más recursos a Pemex con la finalidad de permitirle construir las refinerías que se necesitan.
Además, comentó, es indispensable instrumentar un “plan de emergencia ante la crisis” que, según sus cifras, podría realizarse si se recorta a la mitad el gasto corriente del gobierno federal, 400 mil millones de pesos, y con ello se busca atenuar el impacto en la población de la situación financiera global. Tal proyecto, señaló, ya fue entregado para su discusión en el Congreso a los legisladores del FAP. De éstos, por cierto, no estuvo presente ni fue mencionado Carlos Navarrete, coordinador de los senadores del PRD identificado con la corriente de Nueva Izquierda, oponente del lopezobradorismo.
El tabasqueño, por último, en una declaración que retomarían más tarde los medios nacionales, se dijo dispuesto a “negociar” con los otros partidos una iniciativa de reforma a Pemex, siempre que no se busque privatizarlo “de manera abierta o disfrazada” y se cumplan otras demandas como la renuncia del secretario de Gobernación, Juan Camilio Mouriño, un reclamo que de inmediato encontró eco y levantó el espíritu xenófobo de “¡Muera el gachupín!”.
Al final, no obstante, pese a esa aparente apertura al diálogo, ante sus miles de simpatizantes López Obrador recalcó: “Más vale que no lo intenten, ¡no se va a privatizar!”.


Nota: Una versión editada de este texto fue publicada en la revista electrónica Terra Magazine.

Sunday, September 28, 2008

Abrir mercados, reto de la Sogem: Salazar Machain

A unas semanas de haber asumido la presidencia de la Sociedad General de Escritores de México (Sogem), María Lorena de la Cruz Salazar Machain enumera algunos retos que enfrenta el gremio: pocas contrataciones, la imposibilidad de cobrar regalías de obras por encargo y la necesidad de presentar mejor material a los contratantes a fin de abrir nuevos mercados.
En entrevista al término de un chat con EL UNIVERSAL On-Line, describe como “muy agitados” sus primeros días al frente de esta organización dedicada a defender los derechos de los autores de obras de literatura y teatro, así como de guiones para cine, radio y televisión.
La dificultad inicial ha sido, explica, “llegar abriendo nuevos caminos”. A ese respecto, aunque el Consejo Directivo de la Sogem ya había tomado la decisión de recortar personal por falta de fondos, a ella correspondió “la horrible pena de despedir a los empleados”.
Ahora la meta es, por un lado, “volver a generar suficientes recursos para dar esos empleos nuevamente” y, por el otro, “promocionar al mundo el material de nuestros escritores, darlo a conocer”.
Narradora, poeta y guionista, admiradora de los escritores rusos y de otros como el francés Honoré de Balzac y el peruano-español Mario Vargas Llosa, Salazar Machain fue elegida para ocupar el cargo que dejó vacante el dramaturgo Víctor Hugo Rascón Banda, fallecido el pasado 31 de julio. La presidencia de la Sogem dura cuatro años.
Con relación al postulado del precio único contenido en la Ley de Fomento para la Lectura y el Libro, declara que, en desde su punto de vista, “es mejor que haya varias opciones porque se abre más el campo, se visitan más librerías buscando el mejor precio, se ven nuevos autores, vemos carátulas diferentes, es una manera de promocionarnos ya que no tenemos la debida publicidad”.
Sin embargo, aclara que habla sólo a título personal porque no ha recabado la postura general de los escritores agremiados. En ese sentido, agrega, “está muy dividida la opinión. De cualquier manera, tengo que defender la causa que apoye la mayoría. Así será. Puede ir muy en contra de lo que yo piense, pero estaré defendiéndola según lo que ellos me indiquen”.
Por otra parte, al referirse a las circunstancias de la lectura en el país, dice: “Tenemos que cambiarlas desde las bases, desde los niños, tenemos que enseñarles a leer, a comprender lo que están leyendo”. Asimismo, comenta, es conveniente que los textos estén “al alcance de todo el mundo”, lo que podría incentivarse si existen obras en diferentes precios y presentaciones a las que el público se pueda acercar.
“Tal vez los autores tengamos la culpa de no promocionarnos debidamente”, admite Salazar Machain. Ella, afirma, llegaría a repartir volantes afuera del Metro con el propósito de difundir su trabajo. “Estamos mal —concluye—. Se lee poco en México, aunque se produce mucho, pero se edita menos de lo que se produce y todavía se lee menos de lo que se edita. Esa es la situación ahora”.


Nota: Otra vez me uno al reciclaje. Una versión editada de este texto fue publicada en la página 5 de la sección Sociedad de El Universal del viernes pasado, y se reproduce íntegra hoy en el blog e-joven del portal del mismo diario.

Thursday, September 25, 2008

Las elecciones de 2009, desafío inmediato del IFE: Alfredo Figueroa

Además de organizar los comicios, el instituto debe cumplir con las nuevas tareas que le implica la reforma electoral y recuperar la confianza de la ciudadanía


Más allá de los discursos, el Instituto Federal Electoral (IFE) debe reconstruir la confianza de la ciudadanía mexicana en el organismo a través de “prácticas concretas” encaminadas a “la tutela de la democracia”, reconoció el consejero Alfredo Figueroa Fernández.
La institución, que tiene como tarea inmediata organizar los comicios del 5 julio de 2009 en los que se renovarán las 500 curules de la Cámara de Diputados, enfrenta retos “en distintos niveles”.
Uno de ellos, explicó Figueroa Fernández, integrante del Consejo General del IFE desde el pasado 15 de agosto, es terminar de desarrollar las capacidades con que le exige contar la reforma constitucional en materia electoral aprobada en 2007. Entre esas nuevas competencias está fungir como único administrador de los tiempos del Estado en radio y televisión de los que podrán disponer los partidos políticos.
Otro desafío, añadió en entrevista telefónica el también maestro en Sociología, radica en consolidar las atribuciones que ya tenía el instituto relativas a la organización de elecciones en toda la República.
Para los comicios del año próximo, según estimaciones de la Dirección Ejecutiva del Registro Federal de Electores, deberán instalarse alrededor de 146 mil 446 casillas y se requerirá capacitar como funcionarios de mesa de votación a un millón 25 mil 122 personas. Al 31 de julio pasado, 76 millones 688 mil 85 mexicanos estaban inscritos en el padrón electoral.
Un tercer reto, detalló el consejero, lo constituye superar la desconfianza social en el IFE producto de las quejas que se presentaron y no fueron resueltas con motivo del reñido proceso electoral de 2006 en el que Felipe Calderón, del Partido Acción Nacional (PAN), y Andrés Manuel López Obrador, del Partido de la Revolución Democrática (PRD), disputaron la Presidencia del país.
Para recobrar credibilidad —argumentó—, el organismo debe acercarse a los ciudadanos, cuya participación, ya sea en la conformación de los 32 consejos locales y de los 300 distritales, o en la atención de las casillas durante las jornadas comiciales, es indispensable para el desempeño de la institución.
Cuestionado acerca de si el IFE posee las herramientas presupuestales y técnicas para llevar a cabo sus actividades, señaló: “Estamos en la puesta a punto de muchas de ellas”. A su juicio, luego de la reforma a la Constitución aún quedan pendientes cambios a las leyes electorales secundarias, como los relacionados con el derecho de réplica o el papel de los medios de comunicación.
Sin embargo, aclaró que el IFE “deberá hacer uso del marco constitucional a su alcance”. En ese contexto, a principios de septiembre la Secretaría de Hacienda y Crédito Público acordó entregar al instituto 650 millones de pesos como parte de una ampliación presupuestal a fin de que éste cumpla con sus nuevas obligaciones.


Avance democrático “con pasos cortos pero firmes”
La reforma electoral de 2007 también incluyó la renovación escalonada del Consejo General del IFE. Dentro de ese proceso de renovación, en febrero de este año los diputados nombraron como nuevo presidente del instituto a Leonardo Valdés Zurita, en sustitución de Luis Carlos Ugalde, y como nuevos consejeros, en lugar de Alejandra Latapí y Rodrigo Morales, a Marco Antonio Baños y Benito Nacif.
Meses después, en un segundo relevo, fueron elegidos María Macarita Elizondo, Francisco Javier Guerrero y Alfredo Figueroa Fernández, quienes desde agosto ocupan los sitios que dejaron Lourdes López, Teresa González y Andrés Albo.
Este cambio no escapó a los reclamos. Sergio Sarmiento, colaborador del diario Reforma, escribió que en la designación de estos consejeros “no hubo ya siquiera un intento de los políticos por ocultar los criterios partidistas”. En el mismo tono, Salvador García Soto, columnista de El Universal, aseguró que el reparto de cuotas fue pragmático y que los partidos “hacen sus cuentas alegres por la influencia que tienen directamente sobre el órgano electoral”.
Ambos analistas vincularon a Elizondo con el PAN, a Guerrero con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y a Figueroa Fernández con el PRD. Respecto de tales señalamientos, este último consejero se declaró respetuoso de las opiniones que pueda haber sobre el instituto y su conformación aunque, para él, “lo razonable es juzgar el trabajo de las personas”.
El proceso de renovación del Consejo General del IFE, afirmó, fue “más abierto y transparente que nunca”. Por lo tanto, “habrá que juzgar a el funcionamiento de sus integrantes a partir de hechos y situaciones concretas; entretanto, no habrá sino que dar la bienvenida a las críticas, a los cuestionamientos y, sobre todo, al diálogo”.
Figueroa Fernández consideró que la reforma electoral “apunta a mejorar las condiciones de equidad y democracia en México”. No obstante, “tenemos que ser prudentes a la hora de festejar los avances democráticos”, puesto que hay evidencias históricas de que de un momento a otro pueden sobrevenir grandes retrocesos.
La construcción de la democracia mexicana, concluyó, debe efectuarse “con pasos cortos pero firmes” que corresponde dar al IFE, a las instituciones del Estado, a la academia, a los medios de comunicación, a las organizaciones civiles y a la sociedad en su conjunto.


Nota: Una versión editada de este texto fue publicada en la revista electrónica Terra Magazine.

Thursday, September 11, 2008

El gabinete, “punto flaco del sexenio calderonista”: Zepeda Patterson

Sus integrantes han exhibido que su mayor virtud "no son sus cualidades, sino su lealtad al presidente"


El desempeño que ha mostrado el gabinete presidencial de México “es uno de los puntos más flacos del sexenio de Felipe Calderón”, afirmó el analista político Jorge Zepeda Patterson.
Para el columnista y también director de la revista Día Siete, las deficiencias de los secretarios de Estado han tenido como resultado un “gobierno atrincherado” y han exhibido que el equipo de Calderón está integrado por personas cuya mayor virtud “no son sus cualidades, sino su lealtad al presidente”.
En entrevista telefónica, Zepeda Patterson criticó que, al asumir la Presidencia del país en diciembre de 2006, el mandatario mexicano conformara su gabinete únicamente con miembros de su círculo cercano en lugar de buscar una mayor inclusión de otras fuerzas políticas.
“No es usual que quienes operan el ‘cuarto de guerra’ durante una campaña electoral sean los mismos que ocupen los ministerios”, explicó. El analista expuso que en Estados Unidos, por ejemplo, los colaboradores más cercanos de quien es electo presidente constituyen la cúpula de la Casa Blanca cuando inicia un periodo de gobierno, pero no se convierten en secretarios de Estado puesto que en esos cargos se necesita a interlocutores que puedan comunicarse con distintos sectores como legisladores, empresarios, sindicatos y organizaciones sociales.
A juicio de Zepeda Patterson, los cambios que se han efectuado dentro del gabinete en casi dos años de gestión dejan ver que dentro del Ejecutivo el poder se concentra cada vez más en la fracción calderonista del Partido Acción Nacional (PAN).


Enroques
En septiembre de 2007, Germán Martínez Cázares renunció a la Secretaría de la Función Pública para buscar la dirigencia nacional del PAN, posición que actualmente ostenta. Esa cartera fue ocupada por Salvador Vega Casillas.
Meses después, en enero de 2008, se realizaron dos modificaciones más. Francisco Ramírez Acuña fue remplazado por Juan Camilo Mouriño al frente de la Secretaría de Gobernación, dependencia encargada de la política interior. Hasta ese momento Mouriño había sido jefe de la Oficina de la Presidencia, y antes, coordinador general de la campaña de Calderón, asesor y subsecretario en la Secretaría de Energía.
Por otra parte, Ernesto Cordero, otrora subsecretario de Egresos, llegó a la Secretaría de Desarrollo Social en sustitución de Beatriz Zavala. Durante la contienda de 2006, Codero, ahora responsable de programas como los destinados a combatir la pobreza, fungió como coordinador de Políticas Públicas en el staff de Calderón.
El último movimiento en el gabinete se llevó a cabo recién a principios de agosto pasado. Eduardo Sojo, quien trabajara en la gestión de Vicente Fox (2000-2006), dejó la Secretaría de Economía para instalarse en la Junta de Gobierno del Instituto Nacional de Estadística y Geografía. A la titularidad de ese ministerio llegó Gerardo Ruiz Mateos, ingeniero industrial y de sistemas que, de acuerdo con el sitio web de la Presidencia de la República, “cuenta con una especialidad en Economía y Finanzas”.


Sin liderazgo ante los retos
Acerca de la propuesta de que el gabinete presidencial tenga que ser ratificado por el Congreso de la Unión a fin de evitar amiguismos, Zepeda Patterson consideró esta opción “muy difícil” debido a que la oposición, que es mayoría en el Poder Legislativo, podría utilizar este recurso como un método de presión que originaría una “parálisis política” más severa que la que padece el país.
Desde su perspectiva, la sociedad tendría que apelar a la sensatez y la congruencia del presidente al momento de nombrar a los secretarios de Estado, así como exigir resultados de cada funcionario.
En ese sentido, enfatizó el analista, el gabinete de Calderón representa un “retroceso” con respecto de los anteriores, ya que si bien los equipos de Ernesto Zedillo (1994-2000) y Vicente Fox tuvieron muchos errores, en su composición había “un mensaje de pluralidad”, una convocatoria a distintas fuerzas políticas que no se percibe en este sexenio.
Frente a ese contexto, concluyó, el “gran telón de fondo” que deberá encarar en los próximos meses un equipo “sin capacidad, liderazgo ni legitimidad” se compone de dos retos: el aumento de la inseguridad pública y el deterioro de la economía popular, marcado por el alza de precios y un malestar social que va “in crescendo”.

Nota: Una versión editada de esta nota fue publicada en la revista electrónica Terra Magazine.

Sunday, August 31, 2008

Frente a la inseguridad, miles reclaman a autoridades [crónica]


La demanda de soluciones al problema de la inseguridad pública se materializó en la forma de una marea humana que se extendió desde el Ángel de la Independencia hasta el Zócalo capitalino. Este sábado por la tarde, en el Distrito Federal, miles de personas reunidas en la marcha Iluminemos México pronunciaron un reclamo hacia los funcionarios de todos los niveles de gobierno: “Si no pueden, ¡renuncien!”.
Convocada por 14 organizaciones civiles como Movimiento Pro Vecino, Convivencia sin Violencia y Fundación Nuevo Milenio, y realizada también en más de 70 ciudades del país como Tijuana, Monterrey, Guadalajara, Culiacán, Hermosillo, Villahermosa, Cuernavaca y Campeche, en la capital esta manifestación logró convocar a 90 mil personas, de acuerdo con la Secretaría de Seguridad Pública local. Los organizadores, por su parte, calcularon que fue un millón.
De la procesión emanaba una sensación de inconformidad, de enojo, de hartazgo ante la impunidad con la que opera el hampa. Recientemente, la ONG IKV Pax Christi aseguró que México ocupa el primer lugar mundial en secuestros, dato al que se suman las casi 3 mil muertes ligadas al narcotráfico en lo que va de 2008.
Cinco minutos antes del inicio oficial del recorrido, programado para las 6:00 PM, se suscitó un breve episodio de tensión. Sobre el camellón que divide ambos sentidos de avenida Reforma, un joven se puso de pie, alzó los brazos y exhibió una pancarta: “Hoy por la seguridad, mañana por el país. No a la venta del petróleo”.
El mensaje, alusivo a la concentración promovida por el político del Partido de la Revolución Democrática Andrés Manuel López Obrador en defensa de los energéticos, de inmediato generó descontento. “¡Fuera, fuera!”, abuchearon al muchacho. Un manifestante, tal vez de su misma edad, se le acercó, lo increpó. Otro hombre intentó jalarle de la camiseta. Al final, no hubo agresiones. El de la cartulina se retiró, la insatisfacción encontró un desahogo, la marcha comenzó.
Vestidos de blanco, algunos participantes aplaudían, agitaban banderas, gritaban “México quiere paz” y “Quiero salir seguro a la calle”. Otros más recordaban las manifestaciones similares efectuadas en 1997 y en 2004, intercambiaban opiniones sobre el aumento de la delincuencia, compartían sus propias experiencias con el crimen. Dentro del contingente había quienes incluso portaban carteles o mantas con la fotografía de algún familiar desaparecido, secuestrado o asesinado.
Entre la concurrencia se observaban amplios grupos, familias, parejas, personas caminando solas. Había mujeres con el maquillaje impecable, hombres con el gesto serio, jovencitas en blusas entalladas luciendo sus esbeltas figuras, adolescentes vistiendo playeras y tenis de futbol soccer de mil pesos. Y había, asimismo, quienes no traían ropa de diseñador, algunas señoras con delantal, niños que, animados, silbaban y exclamaban “¡México, México!”.
Destacaban quienes iban en silla de ruedas, como José Jasso, de más de 60 años. Llevado por una de sus hijas, había decidido participar en la manifestación por su “hambre de justicia”. En 2007, relató, mataron a uno de sus hijos en la puerta de su casa, mientras a él lo han asaltado en cinco ocasiones. Trabajó durante casi cuatro décadas en el servicio de recolección de basura del Departamento del DF —que dependía del gobierno federal—, y dijo estar convencido de que los policías son corrompidos desde que ingresan a la academia, de que situaciones como ésa “son conocidas por todos” y de que, por tanto, deben combatirse.
Ya cerca del centro histórico, donde las calles se estrechan, el reproche a las autoridades se tornaba cada vez más frecuente: “Si no pueden, ¡renuncien!”. De esa manera, tal frase, expresada por el empresario Alejandro Martí a raíz del secuestro y asesinato de su hijo Fernando, de 14 años, se convertía en el lema no oficial de la marcha, en el grito que habría de repetirse en la plancha del Zócalo capitalino hasta después de terminado el acto.
Hacia las 8:00 PM, con la caída de la noche, eran encendidas las primeras veladoras símbolo de la manifestación. En tanto todos los participantes arribaban al lugar, algunos habían optado por sentarse a descansar, otros iban en busca de agua o algún refrigerio, muchos se ubicaban alrededor del asta en cuya punta ondeaba, movida por un viento húmero y frío, la bandera tricolor.
Media hora más tarde llegó el momento culminante. No hubo discursos, sólo la invitación de los organizadores a permanecer en la plaza. Las campanas de la Catedral Metropolitana empezaron a sonar en apoyo a la procesión. Se prendieron todas las candelas. Inició la música del himno nacional y se entonó su primera estrofa. Luego de esto se escuchó un aplauso, una especie de festejo correspondiente al deber cumplido.
Ante la amenaza de lluvia, la mayoría de la gente se movilizó con rapidez, aunque otras personas, quizá con el afán de dejar un legado inmediato y tangible de la marcha, se quedaron a acomodar las velas en un camino en dirección al asta y en derredor de ésta. En distintos puntos del Zócalo, igualmente, cobrarían vida más de estas pequeñas islas luminosas.
Concluía el acto pero el reclamo enviado a la clase política con motivo de la inseguridad persistía. Persiste. Y en ese sentido, lo que sigue ahora, según declaró en entrevista María Elena Morera, presidenta de la asociación civil México Unido contra la Delincuencia, es “la evaluación de las autoridades”.

Nota: Una versión editada de este texto fue publicada en la revista electrónica Terra Magazine.