Thursday, December 31, 2009

Un dardo para 2010

No soy muy aficionado a las tradiciones de Año Nuevo. No barro las “malas vibras” fuera de casa, no hago maletas, nunca me he preocupado por el color de los calzones que lleve puestos y me da igual comer 12 uvas o no. Sin embargo, existen dos prácticas relacionadas con esta fecha de las que no puedo ni deseo escapar: realizar un balance del ciclo que termina y fijar mis propósitos para el que está por empezar.
Comienzo la primera tarea con una necesaria autocrítica: no cumplí con dos de mis principales metas de 2009, escribir mi tesis y aprender a manejar. Me llevo ambos pendientes para 2010, con la intención de rendir mejores cuentas el próximo diciembre.
A pesar de lo anterior, este año ha sido generoso pues me ha traído lo mismo logros que gratas sorpresas. Entre los primeros cuento haberme desempeñado profesional y académicamente en el diario El Universal y en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, debutar en los Dardos de Día Siete e integrarme a un nuevo e interesante reto en Grupo Editorial Expansión. Entre las segundas ubico la colaboración con los compañeros de trabajo, las viejas y nuevas amistades, así como haber encontrado a una gran mujer con quien compartir peripecias.
El 2009 también me ha brindado numerosas lecciones. Una de ellas fue conocer la importancia de la ciudadanía en la construcción de nuestra endeble democracia, y otra entender que los periodistas debemos asumirnos como los responsables de salvar nuestra profesión en tiempos de complejos cambios en la sociedad, la economía y la tecnología.
Por si fuera poco, cada día del año que termina me permitió reiterar el valor de los lazos sociales, de la solidaridad, de la cooperación; en resumen, del trabajo en equipo. Esto, además, me ha hecho recordar la fortuna que he tenido de verme rodeado de personas que de una forma u otra, con sus palabras o con su ejemplo, me han impulsado en el camino.
De todos esos fallos, logros, sorpresas y lecciones se desprenden mis propósitos para 2010. No sólo me refiero al afán ya expreso de escribir mi tesis y aprender a manejar, sino al compromiso de tomar mis experiencias previas —tanto las buenas como las malas— para superar mis errores y poder enfrentar los retos profesionales, académicos, personales y existenciales que me plante la vida.
No es mi objetivo crearme la falsa impresión de que los problemas se acabarán junto con las 12 campanadas que despidan este año y reciban al entrante. Tampoco pretendo caer en ese hueco optimismo prefabricado de las frases hechas para la época.
De arranque estoy consciente, como muchos, de que los contextos global, nacional y local, marcados por la crisis, el desempleo, la pobreza, la desigualdad, la intolerancia, el desacuerdo y la violencia, no son los más favorables para ejecutar y consolidar proyectos. Y sé, también como muchos, que superar esas desventajas requerirá de un esfuerzo amplio, constante.
Lo que sí quiero con estas líneas, por lo tanto, es recordarme —y quizá a usted, lectora, lector— que estos días son el momento propicio para tomar un respiro, así sea simbólico, y cobrar las fuerzas suficientes para encarar los retos por venir.
A unas horas de concluir este 2009, agradezco con sinceridad a quienes se hayan asomado a estos dardos y me despido con el anhelo tanto de haberles aportado algo como de seguirnos encontrando durante los siguientes 12 meses. Pasen una grata noche, diviértanse y que el 2010 les traiga prosperidad, satisfacciones y mucha, mucha felicidad. Un abrazo.


Nota: Este texto, el último del año, aparece en los Dardos de diasiete.com.

Tuesday, December 29, 2009

Alza al Metro afectará a 3.76 millones

El 93.7% de los usuarios diarios del Metro pagará tres pesos por boleto a partir del 2 de enero; dicen que avalan el alza, pero esperan un mejor servicio


Dunia Campos viaja en el Metro del Distrito Federal cuando menos seis días a la semana, cinco de ellos para ir al trabajo y uno para acudir a su maestría. Hasta ahora, por dos viajes diarios, gasta 24 pesos semanales. A partir del 2 de enero desembolsará 36.
En promedio, el Metro transporta diariamente a 4 millones de personas. El 6.3% de esos traslados corresponde a viajes de cortesía —para adultos mayores, por ejemplo— y 93.7% a viajes pagados.
Dunia es uno de esos 3.76 millones de usurarios diarios que se verán afectados por el alza al precio del boleto del Metro. Se trata del primer incremento en ocho años, de dos a tres pesos, propuesto por el gobierno capitalino y aprobado la semana pasada por la Asamblea Legislativa local. El último ocurrió en enero de 2002, cuando la tarifa subió de 1.50 a dos pesos.
Pese al aumento, Dunia no se muestra molesta: “Yo amo el Metro y no tengo problemas con pagar más, sólo quisiera que me dijeran en qué se va a emplear lo que se gane, si va a mejorar el servicio o qué”.
Arturo Jiménez tiene una opinión distinta. Él también usa el Metro todos los días, pero frente al alza ya planea una estrategia: comprar la mayor cantidad de boletos posible antes del cambio de tarifa, a fin de pagarlos a un precio menor. Otros manifiestan ya la misma idea.
Entre irónico y resignado, Arturo añade: “Yo pago cinco varos (pesos) si quitan a los vagoneros (vendedores ambulantes en los convoyes)”.
Sus palabras parecen confirmar los datos de la encuesta que el Sistema de Transporte Colectivo Metro realizó los pasados 2 y 3 de diciembre. En ella, 92% de los usuarios se declaró a favor del alza al precio del boleto, 73% dijo estar dispuesto a pagar tres pesos y 17% señaló que avalaría un incremento de hasta cinco pesos.
El director del Metro, Francisco Bojórquez, señaló entonces: “Hay una conciencia plena de los usuarios de que el Metro está muy barato. De que el Metro requiere apoyo de sus usuarios para seguir siendo eficiente”. Mencionó además que los recursos adicionales se emplearían para rehabilitar la Línea A y dar mantenimiento a una infraestructura que en 2009 cumplió 40 años de funcionamiento.
Es un hecho: en 2010 el Metro cobrará más y obtendrá más recursos pero, en voz de quienes en él viajan, también tendrá el reto de brindar un mejor servicio.


Nota: Aunque no fue publicado, este ejercicio para el portal de CNN Expansión es de los que más me han gustado hasta ahora.

Tuesday, December 22, 2009

Moverse en el DF

Largas filas de vehículos se observan en Periférico y en Insurgentes, en Viaducto y en Constituyentes. El tráfico en la capital del país se torna pesado en horas pico, es decir, cuando menos tres veces al día: antes de las 9 de la mañana, entre la 1 y las 3 de la tarde y de 7 a 9 de la noche. También se complica cuando se suscita algún accidente. O en aquellas zonas en obra. O en quincena. O cuando llueve.
En una ciudad con cerca de 9 millones de habitantes y alrededor de 5.5 millones de automóviles, a los que según Armando Quintero, titular de la Secretaría de Transportes y Vialidad del gobierno capitalino (Setravi), se suman cada año 250 mil nuevos automotores, la movilidad de la población —tenga coche o no— encuentra dificultades y se convierte en un reto que debe ser atendido por las autoridades.
Recientemente, para enfrentar esta problemática la administración del Distrito Federal, a cargo de Marcelo Ebrard, publicó en su Gaceta Oficial la declaratoria de necesidad para construir dos vialidades: un segundo piso del Periférico entre el antiguo Toreo de Cuatro Caminos y el distribuidor vial de San Antonio, y un tramo de cuota que una las avenidas San Jerónimo y Centenario, en el poniente de esta urbe. El GDF aclaró que esta infraestructura se edificará con inversión privada y, en el caso de la segunda obra, que el cobro de peaje servirá para que los propios automovilistas financien su construcción y funcionamiento.
La medida ha despertado opiniones encontradas. Dos analistas a quienes conozco, ambos asiduos twitteros con estudios sobre urbanismo en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), intercambiaron puntos de vista al respecto.
Por un lado, Onésimo Flores (@oneflores) calificó de positiva la idea del gobierno de Ebrard pues consideró que las cuotas que se cobrarían bien podrían brindar recursos para mejorar servicios masivos como el Metro, el Metrobús o el Corredor Cero Emisiones. Por el otro, Andrés Lajous (@andreslajous) manifestó que la propuesta es mala porque continúa con el patrón de invertir en infraestructura para coches, cuando de acuerdo con datos de la Encuesta Origen-Destino 2007 únicamente 33% de los viajes que se realizan en la ciudad son en automóvil.
Más allá del diferendo, los dos coinciden en que para cubrir eficazmente las necesidades de movilidad de los capitalinos urge dar prioridad al transporte público sobre el particular. Onésimo Flores lo explicó de esta manera: “Hay que ofrecerle a la gente una alternativa eficiente y segura al auto: Metro, bicis, Metrobús, taxi”.
Para ello plantea una estrategia concreta: vincular las políticas de transporte con las de uso de suelos. El punto, a grandes rasgos, consiste en que si el gobierno autoriza la construcción de fraccionamientos de vivienda, se asegure de que éstos no estén tan dispersos entre sí y de que cerca de ellos existan vías de movilización masiva; de lo contrario, el coche seguirá siendo el medio dominante para trasladarse de un lugar a otro y se generarán embotellamientos, con los costos económicos, ambientales e incluso anímicos que ello representa.
Este enfoque de integrar las políticas públicas constituye una de las facetas del desarrollo sustentable e implica la cooperación a largo plazo tanto entre las dependencias de una administración como entre niveles de gobierno: delegaciones o municipios, entidades y Federación.
Resolver las necesidades de transporte del DF y de otras grandes urbes requiere una mirada que comprenda todos los factores relacionados con este tema y que, en principio, entendamos que seguir llenándonos de autos no soluciona nuestros problemas de movilidad. Tener más coches en las calles no traza la ruta hacia una respuesta, sino a que permanezcamos atorados en el tráfico.


Nota: Este texto aparece en los Dardos de diasiete.com.

Tuesday, December 15, 2009

Política ambiental a media luz

La política ambiental del gobierno federal da la impresión de quedarse siempre a medio camino. Sistemáticamente presenta buenas intenciones, pero no las acompaña de la ambición y de los mecanismos suficientes como para lograr concretarlas.
En sus respectivos momentos, el diario El Universal documentó serias fallas en ProÁrbol, mientras que Alejandro Calvillo, director de la asociación civil El Poder del Consumidor, cuestionó la congruencia y la eficacia del Programa Especial de Cambio Climático (PECC). Ahora, metafóricamente hablando, la estrategia nacional de sustitución de focos “Luz sustentable” deja muchas sombras.
“Luz sustentable” fue presentada el viernes pasado por Felipe Calderón. Se trata de un conjunto de acciones en colaboración con la iniciativa privada para reemplazar en distintas etapas 30 millones de lámparas incandescentes por otras de tipo fluorescente. El objetivo es ahorrar energía eléctrica y recursos financieros, así como disminuir impactos ecológicos. No obstante, la ruta para llegar a esos loables propósitos ya ha sido cuestionada.
Entrevistada al respecto para el portal CNN Expansión, Beatriz Olivera, responsable de la campaña de eficiencia energética de la organización Greenpeace, consideró que la estrategia anunciada por el jefe del Ejecutivo demuestra preocupación por el ambiente de parte del gobierno, pero resulta una medida insuficiente.
Olivera señaló a quien esto escribe que a estas alturas se necesita una ley que prohíba la producción y comercialización de focos, más que programas que los sustituyan por lámparas ahorradoras.
Para reforzar su opinión expuso que países como Argentina, Australia, Canadá, Cuba, Colombia, Irlanda, Nueva Zelanda y Rusia ya tienen o están en proceso promulgar legislaciones que prohíben producir y comercializar lámparas incandescentes, que son contaminantes porque consumen 75% más de electricidad en comparación con las fluorescentes y tienen un periodo de vida 10 veces menor.
En ese sentido, informó que Greenpeace impulsa modificar la Ley para el Aprovechamiento Sustentable de la Energía, para que se prohíban los focos a partir del 1 de enero de 2012. Este año ya fueron presentadas dos iniciativas en la materia ante la Cámara de Diputados, una del PVEM y otra del PAN, en cuya elaboración participó la organización ecologista.
Según Olivera, esta propuesta es apoyada por compañías como Philips y Luminova, pues pasar del uso de lámparas incandescentes al de ahorradoras “representa una oportunidad de mercado para los empresarios”. Su conclusión fue clara: “Llevamos 18 años con programas de sustitución, ya tenemos que caminar hacia una legislación”.
Trascienda o no en el Congreso de la Unión, el polémico planteamiento de Greenpeace pone en la mesa de debate una idea: si el gobierno federal en verdad desea alcanzar las metas de su política ambiental, convendría que escuchara a las organizaciones con mayor experiencia en el tema, que volteara a mirar lo que ocurre en otros países y, sobre todo, que fuera más audaz en sus acciones. Una actitud así sería consistente con el supuesto afán presidencial de abandonar la lógica de los cambios posibles para entrar a la lógica de las transformaciones de fondo.
Por otra parte, por lo anunciado el viernes se entiende que “Luz sustentable” no contempla incluir una fuerte participación social en su ejecución, lo que puede significar una grave omisión. Una estrategia que implica a los usuarios domésticos al menos debería conllevar una amplia campaña de concienciación acerca de los beneficios económicos y ambientales que trae consigo, en este caso, sustituir focos convencionales por lámparas ahorradoras.
Es probable que, como mencionó Beatriz Olivera, con “Luz sustentable” el gobierno esté mostrando interés en la ecología. Pero hacerlo sin el arrojo suficiente y sin convocar el apoyo de la sociedad da indicios de que este programa, como otros, se quedará a oscuras.


Nota: Este texto aparece en los Dardos de diasiete.com.

Tuesday, December 08, 2009

La mano al balón

A excepción del árbitro, todos lo vimos: fue mano. La imagen de Thierry Henry ayudándose con brazo y antebrazo para detener el balón en el área y después acomodarlo a su compañero William Gallas, quien remató de cabeza y marcó el gol que otorgó a Francia la clasificación al Mundial de Sudáfrica 2010, dejando fuera a Irlanda, ha dado nota durante las últimas tres semanas.
He ahí un primer dato llamativo de este caso. A diferencia de otros escándalos futbolísticos que se apagan con rapidez, éste ha seguido con vida. Sin darlo por seguro, esta peculiaridad puede significar que el hecho tendrá consecuencias o, cuando menos, podría sentar un precedente para que en el futuro las autoridades del balompié mundial sepan cómo proceder con justicia en situaciones similares.
Naturalmente, el suceso ha despertado numerosas reacciones.
En primera instancia, los airados e inmediatos reclamos por el polémico tanto trascendieron la cancha. Tanto la federación de futbol como el gobierno de Irlanda demandaron a la FIFA la repetición del partido eliminatorio o que su seleccionado fuera incluido en el Mundial como el equipo 33. Ambas exigencias, sin embargo, fueron rechazadas.
Del lado del equipo galo, una vez conseguido el triunfo no parece haber una autocrítica seria. El técnico Raymond Domenech, evocando la vieja fórmula de escudarse en el azar, declaró: “La suerte te beneficia a veces y te perjudica otras”. Por su parte, aunque el propio Henry admitió que cometió mano, ha querido mostrarse arrepentido e incluso dijo que lo más justo habría sido repetir el juego, concluyó que esa decisión no estaba en su poder y que “lo más importante es que estamos clasificados”.
Fuera del círculo de la actual selección francesa las opiniones son distintas. Zinedine Zidane, ex capitán de Les Bleus, defendió a Henry al considerar que las críticas en su contra han sido exageradas. No obstante, Bixente Lizarazu, compañero de ambas figuras en la escuadra que se coronó campeona en 1998, reconoció sentirse incómodo con la jugada que dio a Francia el pase al Mundial: “Los franceses estuvieron catastróficos y los irlandeses fueron robados”.
Más aún, la prensa ha reportado cierto desánimo de la afición gala por la forma en que su seleccionado se clasificó a Sudáfrica 2010. O en palabras de Roselyne Bachelot, ministra de Deportes: “El pueblo francés está preocupado y decepcionado”.
Al validar el partido, la FIFA se inclinó por evitar que las controversias tuvieran algún impacto en la competencia que arranca ya en junio próximo (con México, ahora lo sabemos, enfrentando al país anfitrión), pero el organismo rector del futbol mundial debe abandonar su pasividad e indolencia para definir cómo actuar en casos en los que una artimaña tan evidente repercute en el resultado de encuentros de ese nivel.
En ese sentido, la anunciada decisión de abrir una investigación por la mano de Henry puede ser un paso en la dirección correcta, y más lo sería que todas las federaciones, como lo hace la de Irlanda, exijan a la institución liderada por Joseph Blatter que “tome medidas para asegurarse de que estos dañinos casos de trampa no vuelvan a ocurrir”.
No se trata de erigir un pesado y burocrático tribunal inquisidor del futbol que juzgue hasta el más mínimo silbatazo, ni mucho menos de linchar a los árbitros o a jugadores como Thierry Henry. Se trata de entender, como señaló Dermont Ahern, ministro de Justicia irlandés, que si se mantienen resultados ilegítimos, “se refuerza la creencia de que si haces trampa ganas”.
Pensar en “la suerte” o en que “así son las cosas” y tolerar este tipo de actitudes y actos indebidos, aun si están a la vista de todos, nos deja un muy mal ejemplo que se extiende más allá de los estadios.


Nota: Este texto aparece en los Dardos de diasiete.com.

Thursday, December 03, 2009

El cambio de hábitos, o de las despedidas que no lo son

Para Eli, por todo


Los seres humanos vivimos entre costumbres. Individuales o colectivas, propias o ajenas, buenas o malas, esas sumas de actividades recurrentes delínean nuestro día a día, influyen en la forma de relacionarnos con otros e, incluso, configuran rasgos de nuestra personalidad.
En su Manual para un nuevo periodismo, Raymundo Riva Palacio aplica ese razonamiento a quienes ejercemos esta profesión: “El periodista es una persona de hábitos. Hábito de leer, hábito de escribir, hábito de observar serían los más comunes. Pero no los únicos”.
Por mi parte, durante los últimos tres años me he habituado a despertar alrededor de las 9 am (nunca he sido disciplinado para madrugar), leer, ir a correr o a dar clase a la UNAM antes de mediodía, entrar a la Redacción a las 2 pm, colaborar en la edición de las páginas de este diario y terminar la jornada laboral por la noche, entre las 10 y las 11 (o un poco más). Esas costumbres, sin embargo, están por llegar a su fin.
Mañana, 4 de diciembre —curiosamente, fecha en la que se cumple el tercer aniversario de mi ingreso a esta casa editorial—, emigro de El Universal para incorporarme a un nuevo proyecto. Con ello concluyo una etapa no sólo de mi carrera profesional sino de mi vida personal, por lo que deseo cerrar este ciclo con una despedida significativa.
No encuentro mejor manera de hacerlo que agradecer, primero, al medio de comunicación en el que inicié mi breve trayectoria y, más todavía, a las personas que de una u otra forma me han acompañado en el camino. Comienzo por los directores de los que pude aprender, desde Roberto Rock hasta Jorge Zepeda Patterson, el actual, pasando por el propio Raymundo Riva Palacio. De la presente administración, asimismo, correspondo al apoyo y a la confianza de Alejandro Irigoyen Ponce y de Alejandro Páez Varela, por quien me integré a los
Dardos de diasiete.com.
Reconozco también al resto de mis compañeros en la Redacción: secretarios, diseñadores, correctores, reporteros, editores. En estos tres años he tenido la oportunidad de trabajar con gente tan capaz como Lizbeth Hernández, Mario Andrés Landeros, Elena Hernández, Samuel Ocampo, Alberto Morales, Natalia Gómez Quintero, Sara Pantoja, Edith Martínez, Miguel Ángel Sosa, Hedilberto Sámano, Marisela Loza o Francisco Vega, por mencionar algunos.
En cuanto a mi área, Opinión, he contado con la buena fortuna de tener excelentes jefes. Tanto de la vigorosidad de Rossana Fuentes-Berain como de la bonhomía de José Carreño Figueras y del compromiso con la democracia de Ricardo Raphael me llevo numerosas lecciones. De ellas quizá la más grande sea la importancia de valorar la labor en equipo en el trabajo y en la vida diaria.
Y, en ese sentido, envío toda mi gratitud a quienes en este o en otros momentos han sido mis colegas más cercanos: Alejandra Morón, Claudia Martínez, José Luis Espinosa, Ana Belén Ortiz, Carlos Zetina, Dunia Campos, Esteban Román y Alejandro Jiménez, al igual que a colaboradores como Sara Sefchovich, Katia D’Artigues, Jean Meyer, Francisco Valdés Ugalde, Javier Corral Jurado, José Sarukhán, José Fernández Santillán, Macario Schettino y Mauricio Merino.
Honor a quien honor merece, agradezco por último a todos aquellos que me hayan leído. Ya fuera en alguna de mis
primeras notas, en textos más recientes o en este espacio en el que busqué dar cabida a propuestas ciudadanas, impulsar reclamos generalizados, alertar sobre problemas latentes o simplemente expresar mis ideas; ya fuera para criticar, aprobar o aportar otros enfoques a lo escrito, el tiempo y el esfuerzo invertidos por los pocos o muchos lectores siempre fueron apreciados.
A todos, pues, mil gracias. Como explicaba al principio, mis actividades, o sea, mis hábitos, están por cambiar, mas he de conservar las experiencias y la entrega por el periodismo que conocí en El Universal. A quienes se quedan en esta casa editorial les mando un fuerte abrazo y les deseo lo mejor... Carajo, los voy a extrañar. Pero sé que nos seguiremos encontrando.


Nota: Este texto es mi última publicación en e-joven.

Tuesday, December 01, 2009

El sexenio a medias

La toma de posesión de Felipe Calderón anunciaba ya un sexenio complicado. Tras unas elecciones reñidas y sobre las que planearon la sombra del fraude y la polarización, y frente al temor de que la oposición encabezada por el PRD impidiera que asumiera como presidente, Calderón recurrió al factor sorpresa.
En los primeros minutos del 1 de diciembre de 2006, en un inesperado acto transmitido en cadena nacional, el panista tomó el poder. Por la mañana, luego de que su equipo negociara con el PRI y con parte del PRD, acudió al Congreso para rendir protesta y cumplir con esa obligación constitucional. Aquella ceremonia duró sólo cinco minutos. Más tarde, señalaría las prioridades de su administración: seguridad, combate a la pobreza y generación de empleos.
A tres años de distancia, sin embargo, dificultades e incapacidades se han sumado de forma que, pese a las acciones gubernamentales, la violencia ha aumentado, el número de personas en la miseria ha crecido en 6 millones, la tasa de desocupación en septiembre de 2009 alcanzó 6.41%, la más alta desde 1995, y los problemas amenazan con agravarse.


Los primeros pasos
El primer año de esta gestión estuvo marcado por la búsqueda de legitimidad, apuntó en su momento el analista Alberto Aziz Nassif. Para lograrlo, el Ejecutivo enarboló la bandera de la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado y ordenó el despliegue de operativos policiaco-militares en distintas entidades del país, comenzando por su estado natal, Michoacán.
Las operaciones han continuado en Sinaloa, Durango, Baja California, Guerrero, Nuevo León, Tamaulipas y Chihuahua. Sus resultados han dividido opiniones: de un lado, se les defiende bajo el argumento de que había que intentar frenar el avance del hampa y se resaltan las detenciones y los decomisos; del otro, se critica la carencia de un enfoque integral que no sólo emplee la fuerza sino que ataque la corrupción, y se advierte del incremento en las muertes ligadas al narco, más de 15 mil en el sexenio.
En marzo de 2007, por otra parte, el gobierno se anotó una victoria al lograr la aprobación de reformas a la Ley del ISSSTE. Los cambios permitieron modificar el sistema de pensiones de los trabajadores del Estado y, se afirmaba, evitar la quiebra del instituto. Descontentos, miles de burócratas promovieron amparos que finalmente fueron desechados.
Ya hacia septiembre se daría el primero de varios cambios en el gabinete presidencial. Germán Martínez, secretario de la Función Pública, dejaría su puesto para dirigir el PAN. El objetivo: que un hombre cercano al mandatario preparara la estrategia electoral con miras a los comicios intermedios de 2009.


El “catarrito”
Tres asuntos marcaron el segundo año de este sexenio: la reforma energética, el estallido de la crisis global y la trágica muerte de Juan Camilo Mouriño.
La intención de transformar el régimen de Pemex despertó rechazo de la oposición y de la sociedad, en especial de sectores afines a Andrés Manuel López Obrador que advertían que se trataría privatizar la industria petrolera. Al final, en octubre de 2008, sin dar mayor entrada a particulares, se aprobó la creación de la figura de consejeros independientes de la paraestatal y la construcción de una nueva refinería cuya sede será Tula, Hidalgo.
Ese mismo mes explotó en Estados Unidos la crisis que impactaría al mundo. A pesar que funcionarios minimizaron el suceso, el desplome del sistema financiero estadounidense golpeó a la economía mexicana puesto que el vecino del norte redujo su demanda de productos nacionales y esto repercutió en bajo consumo y desempleo.
El 4 de noviembre, por último, una noticia sacudió al país: el jet en el que viajaba el secretario de Gobernación y amigo del presidente, Juan Camilo Mouriño, se estrellaba sobre avenida Reforma, en el DF. Con él murieron 13 personas más, entre tripulación y transeúntes. Concluido el duelo, Calderón designaría como encargado de la política interior a Fernando Gómez Mont.


Tragedias, derrotas, retos
Eventos negativos han caracterizado el tercer año de gestión. Desde la continuación de la crisis hasta el brote de influenza A H1N1 de abril-mayo, pasando por la muerte de 49 menores en una guardería subrogada por el IMSS en Hermosillo, Sonora, han quedado de manifiesto problemas estructurales del Estado y errores de gobierno.
Además, la administración calderonista sufrió una dura derrota en las elecciones del 5 de julio de 2009, en las que el PRI junto con el PVEM logró la mayoría en la Cámara de Diputados y el PAN perdió frente al tricolor cinco de seis gubernaturas: Campeche, Colima, Nuevo León, Querétaro y San Luis Potosí; el blanquiazul sólo ganó en Sonora.
En ese contexto de debilidad el gobierno asumió dos batallas más: decretar la extinción de Luz y Fuerza, argumentando su ineficiencia y pese a las protestas de los electricistas, e impulsar su paquete económico 2010, para el que propuso aumentar impuestos.
La segunda mitad del sexenio, así, plantea los mismos retos de la primera: falta de acuerdos, inseguridad, pobreza y desempleo. Calderón, no obstante, deberá encararlos con menos tiempo a su favor y en un escenario de creciente descontento social.


Nota: Este recuento fue redactado a petición de mi colega Alejandro Brofft para la edición de diciembre de la revista Black. Con motivo del tercer año de gobierno de Felipe Calderón también se planeó entrevistar a representantes de distintas áreas de la vida pública; yo hablé con Patricia Arendar, directora ejecutiva de Greenpeace México (ambientalista); con José Luis Méndez, coordinador de la maestría en Ciencia Política de El Colegio de México (académico); con Carlos Bazdresch, investigador del CIDE y ex director del Conacyt (experto en ciencia y tecnología); con Javier Corral, diputado federal por el PAN ajeno al círculo del presidente (político); y, a nivel institucional, con la Coparmex (iniciativa privada).