Tuesday, December 08, 2009

La mano al balón

A excepción del árbitro, todos lo vimos: fue mano. La imagen de Thierry Henry ayudándose con brazo y antebrazo para detener el balón en el área y después acomodarlo a su compañero William Gallas, quien remató de cabeza y marcó el gol que otorgó a Francia la clasificación al Mundial de Sudáfrica 2010, dejando fuera a Irlanda, ha dado nota durante las últimas tres semanas.
He ahí un primer dato llamativo de este caso. A diferencia de otros escándalos futbolísticos que se apagan con rapidez, éste ha seguido con vida. Sin darlo por seguro, esta peculiaridad puede significar que el hecho tendrá consecuencias o, cuando menos, podría sentar un precedente para que en el futuro las autoridades del balompié mundial sepan cómo proceder con justicia en situaciones similares.
Naturalmente, el suceso ha despertado numerosas reacciones.
En primera instancia, los airados e inmediatos reclamos por el polémico tanto trascendieron la cancha. Tanto la federación de futbol como el gobierno de Irlanda demandaron a la FIFA la repetición del partido eliminatorio o que su seleccionado fuera incluido en el Mundial como el equipo 33. Ambas exigencias, sin embargo, fueron rechazadas.
Del lado del equipo galo, una vez conseguido el triunfo no parece haber una autocrítica seria. El técnico Raymond Domenech, evocando la vieja fórmula de escudarse en el azar, declaró: “La suerte te beneficia a veces y te perjudica otras”. Por su parte, aunque el propio Henry admitió que cometió mano, ha querido mostrarse arrepentido e incluso dijo que lo más justo habría sido repetir el juego, concluyó que esa decisión no estaba en su poder y que “lo más importante es que estamos clasificados”.
Fuera del círculo de la actual selección francesa las opiniones son distintas. Zinedine Zidane, ex capitán de Les Bleus, defendió a Henry al considerar que las críticas en su contra han sido exageradas. No obstante, Bixente Lizarazu, compañero de ambas figuras en la escuadra que se coronó campeona en 1998, reconoció sentirse incómodo con la jugada que dio a Francia el pase al Mundial: “Los franceses estuvieron catastróficos y los irlandeses fueron robados”.
Más aún, la prensa ha reportado cierto desánimo de la afición gala por la forma en que su seleccionado se clasificó a Sudáfrica 2010. O en palabras de Roselyne Bachelot, ministra de Deportes: “El pueblo francés está preocupado y decepcionado”.
Al validar el partido, la FIFA se inclinó por evitar que las controversias tuvieran algún impacto en la competencia que arranca ya en junio próximo (con México, ahora lo sabemos, enfrentando al país anfitrión), pero el organismo rector del futbol mundial debe abandonar su pasividad e indolencia para definir cómo actuar en casos en los que una artimaña tan evidente repercute en el resultado de encuentros de ese nivel.
En ese sentido, la anunciada decisión de abrir una investigación por la mano de Henry puede ser un paso en la dirección correcta, y más lo sería que todas las federaciones, como lo hace la de Irlanda, exijan a la institución liderada por Joseph Blatter que “tome medidas para asegurarse de que estos dañinos casos de trampa no vuelvan a ocurrir”.
No se trata de erigir un pesado y burocrático tribunal inquisidor del futbol que juzgue hasta el más mínimo silbatazo, ni mucho menos de linchar a los árbitros o a jugadores como Thierry Henry. Se trata de entender, como señaló Dermont Ahern, ministro de Justicia irlandés, que si se mantienen resultados ilegítimos, “se refuerza la creencia de que si haces trampa ganas”.
Pensar en “la suerte” o en que “así son las cosas” y tolerar este tipo de actitudes y actos indebidos, aun si están a la vista de todos, nos deja un muy mal ejemplo que se extiende más allá de los estadios.


Nota: Este texto aparece en los Dardos de diasiete.com.

1 comment:

Necio Hutopo said...

Pues no que ya no más dardos del día siete?

En fin... creo que ya he ecpresado mi opinión sobre cuando escribe de deportes, verdad?

(ojo, no es que lo haga mal... pero, de verdad, no es lo suyo, don Mau)