Thursday, December 03, 2009

El cambio de hábitos, o de las despedidas que no lo son

Para Eli, por todo


Los seres humanos vivimos entre costumbres. Individuales o colectivas, propias o ajenas, buenas o malas, esas sumas de actividades recurrentes delínean nuestro día a día, influyen en la forma de relacionarnos con otros e, incluso, configuran rasgos de nuestra personalidad.
En su Manual para un nuevo periodismo, Raymundo Riva Palacio aplica ese razonamiento a quienes ejercemos esta profesión: “El periodista es una persona de hábitos. Hábito de leer, hábito de escribir, hábito de observar serían los más comunes. Pero no los únicos”.
Por mi parte, durante los últimos tres años me he habituado a despertar alrededor de las 9 am (nunca he sido disciplinado para madrugar), leer, ir a correr o a dar clase a la UNAM antes de mediodía, entrar a la Redacción a las 2 pm, colaborar en la edición de las páginas de este diario y terminar la jornada laboral por la noche, entre las 10 y las 11 (o un poco más). Esas costumbres, sin embargo, están por llegar a su fin.
Mañana, 4 de diciembre —curiosamente, fecha en la que se cumple el tercer aniversario de mi ingreso a esta casa editorial—, emigro de El Universal para incorporarme a un nuevo proyecto. Con ello concluyo una etapa no sólo de mi carrera profesional sino de mi vida personal, por lo que deseo cerrar este ciclo con una despedida significativa.
No encuentro mejor manera de hacerlo que agradecer, primero, al medio de comunicación en el que inicié mi breve trayectoria y, más todavía, a las personas que de una u otra forma me han acompañado en el camino. Comienzo por los directores de los que pude aprender, desde Roberto Rock hasta Jorge Zepeda Patterson, el actual, pasando por el propio Raymundo Riva Palacio. De la presente administración, asimismo, correspondo al apoyo y a la confianza de Alejandro Irigoyen Ponce y de Alejandro Páez Varela, por quien me integré a los
Dardos de diasiete.com.
Reconozco también al resto de mis compañeros en la Redacción: secretarios, diseñadores, correctores, reporteros, editores. En estos tres años he tenido la oportunidad de trabajar con gente tan capaz como Lizbeth Hernández, Mario Andrés Landeros, Elena Hernández, Samuel Ocampo, Alberto Morales, Natalia Gómez Quintero, Sara Pantoja, Edith Martínez, Miguel Ángel Sosa, Hedilberto Sámano, Marisela Loza o Francisco Vega, por mencionar algunos.
En cuanto a mi área, Opinión, he contado con la buena fortuna de tener excelentes jefes. Tanto de la vigorosidad de Rossana Fuentes-Berain como de la bonhomía de José Carreño Figueras y del compromiso con la democracia de Ricardo Raphael me llevo numerosas lecciones. De ellas quizá la más grande sea la importancia de valorar la labor en equipo en el trabajo y en la vida diaria.
Y, en ese sentido, envío toda mi gratitud a quienes en este o en otros momentos han sido mis colegas más cercanos: Alejandra Morón, Claudia Martínez, José Luis Espinosa, Ana Belén Ortiz, Carlos Zetina, Dunia Campos, Esteban Román y Alejandro Jiménez, al igual que a colaboradores como Sara Sefchovich, Katia D’Artigues, Jean Meyer, Francisco Valdés Ugalde, Javier Corral Jurado, José Sarukhán, José Fernández Santillán, Macario Schettino y Mauricio Merino.
Honor a quien honor merece, agradezco por último a todos aquellos que me hayan leído. Ya fuera en alguna de mis
primeras notas, en textos más recientes o en este espacio en el que busqué dar cabida a propuestas ciudadanas, impulsar reclamos generalizados, alertar sobre problemas latentes o simplemente expresar mis ideas; ya fuera para criticar, aprobar o aportar otros enfoques a lo escrito, el tiempo y el esfuerzo invertidos por los pocos o muchos lectores siempre fueron apreciados.
A todos, pues, mil gracias. Como explicaba al principio, mis actividades, o sea, mis hábitos, están por cambiar, mas he de conservar las experiencias y la entrega por el periodismo que conocí en El Universal. A quienes se quedan en esta casa editorial les mando un fuerte abrazo y les deseo lo mejor... Carajo, los voy a extrañar. Pero sé que nos seguiremos encontrando.


Nota: Este texto es mi última publicación en e-joven.

2 comments:

Katia D'Artigues said...

Querido amigo: Mucha suerte en tus nuevos vuelos. Nos volveremos a encontrar, verás... siempre es así. Además, la amistad es LA AMISTAD así que trabajando juntos o no... segumos en contacto.
Un beso, Katia

Necio Hutopo said...

Y bueno... venga... Suerte en el nuevo proyecto.

llego tarde para expresar mi opinión respecto a la anterior publicación..: pero, bueno, supongo que ya sabe de qué iba y en qué sentido