Monday, May 17, 2010

Expertos: desaparición de Diego refleja el avance de la delincuencia


Agentes federales y estatales realizan investigaciones en el rancho de Fernández de Cevallos, en Querétaro (foto: Cuartoscuro).


La desaparición de Diego Fernández de Cevallos indica que la inseguridad pública llega a altos niveles, señalaron


De confirmarse la participación de la delincuencia organizada en el hecho, los criminales darían signos de querer influir en la vida política


La respuesta gubernamental inmediata, dijeron, debe ser perseguir a los responsables y replantear la estrategia de seguridad


La desaparición del ex candidato presidencial panista Diego Fernández de Cevallos refleja que la inseguridad ha alcanzado a la élite política de México y, de confirmarse la participación de la delincuencia organizada en el hecho, mostraría la gran fuerza que ésta ha cobrado, coincidieron académicos.
Aunque ya se han registrado casos de alcaldes y funcionarios locales amenazados o asesinados, “es la primera vez que se toca a un miembro de la élite política, y esto nos da una idea de la inseguridad pública que ya llega a altos niveles”, aseguró José Luis Piñeyro, especialista en seguridad de la Universidad Autónoma Metropolitana, campus Azcapotzalco (UAM-A).
El académico señaló que un posible móvil de la desaparición es un ajuste de cuentas de parte de los cárteles de la droga, pues existen rumores de que Fernández de Cevallos, abogado de profesión, llegó a defender a narcotraficantes. Otra hipótesis es que la delincuencia busca enviar un mensaje de intimidación al gobierno.
En todo caso, aclaró Piñeyro, la desaparición del político panista indica que la inseguridad se ha generalizado en el país.
Según la Procuraduría General de la República (PGR), Fernández de Cevallos, de 69 años, llegó el viernes por la noche a su rancho ubicado en Querétaro, estado central de México.
Al día siguiente su vehículo fue encontrado vacío con huellas de violencia. Hasta el momento se desconoce su paradero y no se ha pedido el rescate por un presunto secuestro, aunque el Partido Acción Nacional (PAN) declaró que no hay elementos para pensar que esté muerto. Ningún otro organismo ni autoridad ha mencionado la posibilidad de que El Jefe Diego haya perdido la vida.
De confirmarse que el narcotráfico participó en este hecho, dijo Piñeyro, México recibiría una señal de la “situación difícil” que encara frente a la intervención de las organizaciones criminales en la vida política, lo que incluye la posibilidad de que busquen influir en elecciones locales y nacionales.
Para Mauricio Merino, politólogo del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), luego del primer impacto que el hecho tuvo en la sociedad —con el presidente Felipe Calderón retrasando un viaje de trabajo a España e instruyendo a su gabinete para seguir el caso, y con los medios generando coberturas informativas especiales—, la población puede percibir que la delincuencia ha cobrado gran fuerza en el país.
“Hasta ahora no habíamos tenido una seña tan fuerte. Pienso que la gente va a sentir que el crimen organizado está avanzando”, dijo.
Como Piñeyro, Merino señaló que este hecho indica que la delincuencia organizada “está dando golpes que cada vez se acercan más a la vida política del país”.
Además, ambos académicos concordaron en que la desaparición de Fernández de Cevallos a manos de criminales sería un llamado más a que el gobierno federal replantee su estrategia de seguridad.
“La respuesta oficial en el plano inmediato —dijo Piñeyro— debería ser una persecución de quienes resulten responsables de esta forma de intimidación. Y en un sentido más profundo y amplio, esto debería servir para discutir la estrategia de seguridad nacional (…) Si esto no conmueve a la élite política, ¿qué lo hará?”, puntualizó el especialista.


Nota: Este texto fue publicado en CNN México.

2 comments:

Necio Hutopo said...

Los criminales darían signos de querer influir en la vida política? Qué? No lo hacen ya?... De verdad? Porque, justamente, Fernández de Cevallos era* un buen ejemplo de los criminales influyendo en la vida política del país.

Sé que usted se limita a transcribir la opinión de los consultados, pero me parece que se olvida convenientemente de cierta parte de la historia...

*Sí, efectivamente, empleo el pasado.

Almohada Carnívora said...

Cabría destacar, mi estiMao, que más allá del lamentable hecho que representa un secuestro, éste resulta singularísimo, como bien aborda Granados Chapa (http://www.etcetera.com.mx/articulo.php?articulo=3927) y que pone de manifiesto no sólo la situación de inseguridad y violencia que seguimos padeciendo, sino que ha generado una cantidad de reacciones interesantísimas de analizar: desde los torpes zarpazos tirados desde la presidencia hasta los pronunciamientos de Ebrard, pasando por el desmarcamiento y lamento (¿?) del EPR y la ridícula decisión de Televisa de hacer mutis, sin olvidar, claro, el oleaje de odio desatado vía Twitter y Facebook. Las lecturas pueden ser tantas como las descabelladas hipótesis que abundan en los medios, pero una cosa queda clara: nadie sabe nada a ciencia cierta. Además de secuestrar a tan tremendo personaje (al que por supuesto no le deseo ningún mal pero que está lejos muy lejos de ser una persona digna de mi respeto), los autores de este hecho también han secuestrado la gobernabilidad de este país, de por sí bastante ingobernable.