Friday, June 19, 2009

El debate que no fue

Habían acordado debatir el miércoles. Sin embargo, hacia el mediodía del martes, la idea se desplomó. Los líderes nacionales del PRI y del PAN, Beatriz Paredes y Germán Martínez Cázares, sostendrían el encuentro con miras a las elecciones del 5 de julio, pero ante la inconformidad del IFE, del PRD y del PSD —afirmaron—, decidieron cancelar el acto.
Mientras el instituto había advertido que transmitir en los medios electrónicos un debate únicamente entre dos agrupaciones partidistas vulneraría la equidad en la contienda, perredistas y socialdemócratas acusaban que eran excluidos de la discusión. En contraste,
según la reconstrucción de la periodista Martha Anaya, de parte de blanquiazules y tricolores no se hacían esperar las quejas por lo que consideraban una incongruencia del IFE: impedir la polémica en lugar de fomentarla.
Frente a este episodio es posible cuestionar las fallas de la reforma electoral aprobada en 2007 (una legislación que, de acuerdo con sus críticos, fomenta la censura). También se pueden enjuiciar las obligaciones y las atribuciones que ese nuevo marco jurídico dio al IFE, así como la ineficacia de éste para cumplir sus funciones y mantener en la legalidad a partidos y concesionarios de la radio y la televisión (tal como ocurrió cuando, al inicio de estas campañas, las televisoras emitieron en bloque los spots institucionales buscando azuzar el descontento de la audiencia).
No obstante, pienso que lo que este caso exhibe con mayor claridad es el carácter excluyente e incluso sectario de nuestro sistema político y, por supuesto, de quienes lo controlan.
Este debate frustrado pone de manifiesto que quienes están en la cúpula del poder sólo miran hacia su entorno cercano o a lo sumo a la ventana de enfrente, pero no son capaces de tomar en cuenta a otras fuerzas políticas. En ese contexto, menos lo son de establecer una relación genuina con la ciudadanía a la que gobiernan o dicen representar.
Como si fueran los únicos dos partidos en la República, el PRI y el PAN habían programado su encuentro, desdeñando el llamado de otras organizaciones por participar. Y no es que el PRD con sus fraudes internos y sus clientelas o el PSD con candidatos surrealistas como La Chiva o Pancho Cachondo sean ejemplo de democracia, sino que Acción Nacional y el Revolucionario Institucional, las agrupaciones más fuertes de México, por el solo hecho de serlo se permiten excluir a los demás de la discusión sobre la vida pública.
Ambos actúan como si sus idearios y plataformas hablaran por todos los mexicanos o como si sus visiones —nunca otras distintas— bastasen para definir el rumbo del país. Y lo peor parece ser que, dadas las reglas escritas y no escritas de nuestro sistema, la situación quizá no sería diferente si otros colores se ubicaran en la cúspide: el o los grupos en el poder verían sólo para sí mismos, en vez de incluir a otros en alguna suerte de proyecto de nación y de construir los consensos que tanto pregonan.
De ese modo, no es de sorprender que si entre los políticos predomina un nivel de cerrazón que imposibilita la realización de simples acercamientos, esa misma actitud los mantenga alejados de conocer el sentir, las necesidades y los problemas de la población, al igual que de cualquier oportunidad de trabajar con ella.
Más allá de la mera anécdota, este debate malogrado tendría que alertar a gobernantes, legisladores y dirigentes partidistas sobre el grado de absurdo al que llega su intransigencia, así como sobre sus potenciales consecuencias. Debería recordarles que todo aquel que sin razón es ignorado y excluido, llámense otras fuerzas políticas o ciudadanos, encuentra tarde o temprano la manera de ser escuchado y tomado en cuenta. Por las buenas o por las malas.

Nota: Este texto aparece en los Dardos de diasiete.com.

2 comments:

Elizabeth García said...

Es un artículo muy interesante, por el tema y el contexto en el que se encuentra enmarcado.
Concuerdo con tu postura, y claro, ahora que estoy un tanto metida en esto, cada día confirmo que la "democracia" en este país es una utopía difícil de alcanzar.
Los medios, políticos y ciudadanos se encuentran sumergidos en sus adentros, y aunque hay que reconocer que hay reacciones y activismo, aún nos falta mucho por recorrer.
Te quiero, un beso.

Necio Hutopo said...

Pues.. Aún si el pretendido debate se hubiera dado, no creo que mucho debate hubiera... Finalemente, PRI y PAN no son sino caras de un mismo sistema