Tuesday, February 10, 2009

Ex rector de Chapingo impulsa programa contra pobreza rural

Alrededor de 20.3 millones de personas que habitan en el campo viven en condiciones precarias; las entidades del sur y del sureste del país son las más afectadas


Para combatir la pobreza rural, en la que vive 82% de los habitantes del campo, es necesario abandonar el “discurso paternalista” postulado por los gobiernos e involucrarse con la gente en la resolución de sus problemas técnicos y de organización, sostuvo Carlos Manuel Castaños, ex rector de la Universidad Autónoma Chapingo.
En entrevista telefónica, el ingeniero agrónomo expuso que se requiere que los egresados de las universidades públicas, las instituciones educativas, las ONG, las fundaciones y sociedad asesoren desinteresadamente a la población campesina, a fin de despertar en ella “la confianza en sus propias capacidades” y de que pueda mejorar su calidad de vida, lograr la autosuficiencia alimentaria y enfrentar la desnutrición infantil.
Con base en estas premisas y luego de la publicación de su libro Desarrollo rural, alternativa campesina —cuyo contenido puede consultarse en la página electrónica http://www.turismopuebla.com/castanos/—, hace seis meses Castaños y un equipo de colaboradores comenzaron a elaborar una propuesta para “rescatar” a los pobres rurales.
El grupo, que hoy consta de 47 integrantes, estudió 19 comunidades de la Sierra norte de Puebla y de la mixteca de Oaxaca, identificó los contratiempos que ahí se padecen y diseñó acciones para encararlos. “Hablando con la gente salió la posibilidad de aplicar un programa operativo”, señaló.
De acuerdo con su testimonio, en esos lugares habitan en promedio 150 personas, de las cuales alrededor de 60% son mujeres, mientras que muchos de los hombres en edad de trabajar emigran en busca de empleo.
Asimismo, una de las conclusiones a las que llegaron con esa investigación es que algunos problemas de los campesinos podrían resolverse con cierta facilidad. Por ello decidieron armar un “paquete tecnológico” que agrupara recomendaciones agronómicas y fitosanitarias susceptibles de llevarse a la práctica de manera inmediata, y que permitieran a las familias producir sus propios alimentos, insumos y forrajes para los animales domésticos.
Castaños enumeró las sugerencias que se transmiten a los pequeños productores. Para preparar y alimentar el suelo, por ejemplo, se debe cavar a 30 centímetros de profundidad e incorporar a la tierra materia orgánica como compostas y estiércoles. Mencionó también que para combatir a las plagas se debe utilizar insecticidas naturales como ajo o cebolla, en vez de sustancias químicas, así como rotar los cultivos.
Actualmente, con el propósito de echar a andar esta propuesta, el equipo del que forma parte pretende conseguir financiamiento para editar cuadernillos ilustrados con temas específicos que puedan distribuirse entre los pobladores del campo. Otro de los objetivos, añadió, es que a esa información la acompañe una historieta en la que se explique a la gente por qué los gobiernos o los políticos en campaña “la manipulan” y las razones por las que debe organizarse.
El también ex profesor de la Universidad de Sonora y del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey campus Ciudad Obregón recordó que alrededor de 20.3 millones de personas que habitan en zonas rurales viven en condiciones precarias, y que las entidades de la República más afectadas por esta situación son Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Puebla, Veracruz, Hidalgo, Yucatán y Campeche.
A su juicio, la pobreza se agrava porque la mayoría de los campesinos “no tienen acceso a los programas oficiales”, y porque los análisis y propuestas que se realizan desde las dependencias gubernamentales parten de un enfoque “macro” que no se relaciona con los productores en cuestiones operativas ni distingue las características de las distintas regiones del país.
Frente a esos obstáculos el agrónomo pugna por la colaboración directa con los habitantes del campo, de manera que primero se les ayude a resolver problemas simples como la selección de semillas y después otros de mayor complejidad como la ordenación del terreno y la cosecha de agua. Pese a las deficiencias que padecen las zonas rurales, afirmó, éstas son remediables “mediante la interacción de las experiencias de los profesionistas y los conocimientos de los propios campesinos”.

Nota: Este texto aparece hoy en e-joven. A la vida, por un año más.

1 comment:

Necio Hutopo said...

A la vida, por un año más?
Andamos de cumpleaños?

Y bueno... "Para combatir la pobreza rural, en la que vive 82% de los habitantes del campo, es necesario abandonar el discurso paternalista"... Qué cómo? Si algo ha caracterizado a las últimas administraciones es, justamente, su abandono del campo... No prácticas paternalistas... Al menos que se entienda por ello el abandonar la casa sin dar pensión alimenticia...