Wednesday, February 04, 2009

El presidente cocalero



Indígena de la etnia aymara, líder de campesinos cocaleros, socialista y presidente de la República de Bolivia desde el 22 de enero de 2006, Evo Morales recién se adjudicó el domingo antepasado una victoria en el referéndum para aprobar una nueva Constitución impulsada por su gobierno.
A nivel nacional, el “sí” a este proyecto de Carta Magna —en el que se define al país como un Estado intercultural, se imponen límites a la propiedad de la tierra, se protege a la hoja de coca como patrimonio de la nación y se establece la reelección inmediata por una sola vez— obtuvo alrededor de 60% de los votos. Sin embargo, en el ámbito local fue rechazado con porcentajes similares en los departamentos de Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando, cuyos prefectos buscan mayor autonomía respecto de la administración central.
Por lo tanto, es probable que la consulta del fin de semana, lejos de representar la fundación de “una nueva Bolivia con igualdad de oportunidades para todos los bolivianos”, como celebró el mandatario, signifique que continuará la división entre el gobierno y los grupos proautonómicos. Y, en ese sentido, la defensa de este texto constitucional sería una batalla más en el historial de este político que ha enfrentado a autoridades anteriores, a compañías petroleras e incluso a Estados Unidos.
Juan Evo Morales Ayma nació el 26 de octubre de 1959 en la comunidad de Isallavi, ubicada en el departamento occidental de Oruro. De acuerdo con la página electrónica de la Presidencia boliviana, son tres las enseñanzas fundamentales de los indígenas aymaras: ama sua, no seas ladrón; ama quella, no seas flojo; y ama hulla, no seas mentiroso.
Según la misma fuente, Morales trabajó desde niño en labores agrícolas y de pastoreo de llamas, y después, con el propósito de pagar sus estudios, como ladrillero, panadero y trompetero. No cuenta con instrucción superior, pero ha recibido doctorados honoris causa por las universidades de Panamá y Autónoma de Santo Domingo, en República Dominicana.
En 1982, luego de una intensa sequía en la región del altiplano, su familia decidió migrar al Chapare, situado en Cochabamba. Aficionado declarado al futbol soccer, un año más tarde fue nombrado secretario de deportes del sindicato local de cocaleros y, para 1985, secretario general. A ese cargo sumaría los de secretario ejecutivo de la Federación del Trópico y presidente del Comité de Coordinación de las Seis Federaciones del Trópico Cochabambino.
Posteriormente, bajo las siglas de la coalición Izquierda Unida, en 1997 fue elegido diputado por la circunscripción 27 del Chapare. Desde esa posición dirigió el rechazo a las políticas para erradicar los cultivos de coca, promovidas con el apoyo de Estados Unidos por el entonces presidente Hugo Banzer Suárez. Los campesinos defendían el significado de la planta en su cultura y argumentaban que las medidas oficiales antidrogas no distinguían entre coca y cocaína.
Su participación en las manifestaciones contra el gobierno le valió ser desaforado a principios de 2002, aunque ese mismo año, ya con el Movimiento al Socialismo (MAS), Morales quedó en segundo lugar en las elecciones presidenciales, sólo 1.6% detrás de Gonzalo Sánchez de Lozada.
La “guerra del gas”, es decir, el desacuerdo popular con las decisiones gubernamentales que permitían la explotación del energético por parte de compañías extranjeras, le brindó la fuerza suficiente para lograr 53.7% de los sufragios en los comicios del 18 de diciembre de 2005 y convertirse en el primer mandatario indígena en la historia del país. Una vez en el cargo, el 1 de mayo de 2006 decretó la nacionalización de los hidrocarburos y, con la ayuda de Cuba y Venezuela, ha puesto en marcha programas sociales como “Yo sí puedo”, dedicado a la alfabetización.
Ahora parece concretarse su plan de dotar a Bolivia de una nueva Constitución. No obstante, dicho proyecto deberá sortear el repudio que su administración despierta entre los habitantes de la próspera media luna oriental, una actitud que en 2008 derivó en enfrentamientos y que es retratada en Cocalero, un documental de Alejandro Landes.
Las siguientes semanas, pues, auguran más batallas para Morales. Pero, a diferencia de sus tiempos de sindicalista o legislador, en esta ocasión no ocupará el sitio de la oposición, sino el de la autoridad.


Nota: Este perfil fue publicado hoy en el espacio Retratos de El Universal, que en esta edición no apareció, como de costumbre, en la página 2, sino en la 4.


1 comment:

Necio Hutopo said...

Bueno, debo reconocerle lo completista del retrato... pero, qué sé yo, no le parece que le quedó un tanto cuanto desangelado?