Tuesday, April 14, 2009

La responsabilidad en el olvido

Movimientos recientes a la cabeza de algunas instituciones públicas confirman una penosa costumbre de la política mexicana: el uso del cargo sólo como una plataforma para un proyecto personal, o bien para fortalecer intereses partidistas o de grupo, pero siempre haciendo a un lado las responsabilidades por atender.
La práctica no es exclusiva de un nivel del gobierno; se da tanto en el federal como en estatal y en el local. Tampoco distingue colores; la reproducen el PAN, el PRI y el PRD, y en los partidos minoritarios no hay muchos visos de un actuar diferente.
Primer botón de muestra: hace algunas semanas, en el DF, la panista Gabriela Cuevas dejó la jefatura delegacional en Miguel Hidalgo en busca de una curul en la siguiente Cámara de Diputados. Militante de Acción Nacional desde los 15 años, durante su gestión fue crítica constante de las obras emprendidas por la administración del perredista Marcelo Ebrard, aunque ella misma, aun después de renunciar al puesto, ha enfrentado duros señalamientos de vecinos de esa demarcación debido a la construcción todavía no concluida de ejes viales y pasos a desnivel.
El segundo ejemplo, curiosamente, también gira en torno de aquella delegación. En la disputa electoral, el PRD pretende aumentar su hegemonía en la capital del país lanzando a Ana Gabriela Guevara como candidata a jefa delegacional.
Sin embargo, la otrora reconocida atleta, única medallista olímpica mexicana en pruebas de velocidad y quien tanto reprochara la desatención oficial a las actividades deportivas, comienza su campaña con el antecedente negativo de aspirar a un nuevo cargo habiendo estado menos de un año en la titularidad del Instituto del Deporte del DF. Frente a ese hecho resulta casi inevitable pensar que la ex velocista sonorense simplemente cambió de prioridades y demostró poco compromiso con la causa que decía defender.
Muy similar es el caso del ex futbolista Carlos Hermosillo. Luego de ocupar desde principios de sexenio la dirección de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), el máximo goleador en la historia del balompié mexicano también decidió dejar la oficina para ir tras una diputación federal por el blanquiazul. A su relevó llegó Bernardo de la Garza, quien en 2006 fuera candidato presidencial por el indefendible Partido Verde Ecologista de México y no parece acreditar experiencia en materia deportiva.
De lo anterior es posible resaltar al menos tres aspectos: la forma en que el PAN echa mano de figuras conocidas como ex deportistas con el mero afán de recabar votos, que los hombres cercanos a Los Pinos gozan de preferencia al momento de los nombramientos en dependencias federales y, en lo que toca a la Conade, que todo indica que el deporte seguirá esperando un proyecto real y de largo aliento que lo saque del atraso.
El cuarto y último ejemplo al que quiero remitirme tiene que ver con otro doloroso rezago, el educativo. Como se sabe, Josefina Vázquez Mota dejó la Secretaría de Educación Pública (SEP) para ocupar el primer sitio en la lista de diputados plurinominales del PAN y, quizá, la coordinación de su bancada. Alonso Lujambio, antes comisionado presidente del Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI), fue designado en su lugar.
Aun sin considerar las fundadas críticas a la gestión de Vázquez Mota y al pacto entre el gobierno federal y el sindicato magisterial comandado por Elba Esther Gordillo, el solo hecho de que con motivo de las elecciones de julio próximo el Ejecutivo realizara cambios en el despacho encargado de la educación evidencia que este tema no ocupa un primer plano en su agenda. Y aunque Lujambio podría demostrar lo contrario, un sano escepticismo conduce a no generar demasiadas expectativas.
Los expedientes citados y muchos otros de los que podría darse cuenta corroboran que, como hace unos días nos escribía el lector José Jesús Sierra, la política ha perdido su virtud “porque el compromiso de servicio se cambió por la ambición del poder y del dinero”. Sin más, un diagnóstico tan certero debería llamarnos a todos buscar terminar con esa situación.


Nota: Este texto aparece hoy en e-joven.

1 comment:

Necio Hutopo said...

Pues como Lujambio lleve la SEP como llevó el IFAI...