Thursday, May 01, 2008

Mayores oportunidades permitirán controlar flujos migratorios: cónsul de Guatemala

Organizaciones humanitarias como la Casa del Migrante denunciaron que el pasado 31 de marzo, en la comunidad de Las Palmas, municipio de Niltepec, en el estado de Oaxaca, alrededor de 100 indocumentados centroamericanos que viajaban en un tren de carga con rumbo a la frontera norte de México fueron sometidos violentamente por 50 agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) y de la Secretaría de Marina.
Algunas versiones señalan que los migrantes no sólo fueron perseguidos y golpeados, sino que el personal federal ingresó al poblado, inspeccionó casas e incluso cometió abusos sexuales. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos ya investiga el caso e informó que cuenta con evidencia fotográfica.
Los sucesos también despertaron la queja de Honduras y de El Salvador, que enviaron notas diplomáticas al gobierno mexicano pidiendo que se aclare lo ocurrido. Guatemala, de acuerdo con su primer secretario y cónsul, Jorge Alberto Figueroa, procedió de la misma forma, aunque hasta el momento ningún guatemalteco se ha dirigido a la embajada para realizar declaraciones sobre el asunto.
En entrevista, Figueroa explicó que Oaxaca es, después de Chiapas, la entidad donde son asegurados más centroamericanos. Además, como “paso obligado para ir al norte”, ha resultado “el lugar más crítico” porque ahí los indocumentados han sufrido accidentes y se han presentado situaciones como la que se dio en Ixtepec a principios de 2007. En aquella ocasión —relató—, un grupo de migrantes, la mayoría guatemaltecos, fue secuestrado por delincuentes vinculados con policías municipales.
El diplomático señaló que debe controlarse la seguridad en la frontera entre Guatemala y México. Sin embargo, admitió que ésta es porosa y afirmó que a través del intercambio comercial y laboral debe impulsarse que se convierta en una frontera “de oportunidades” que permita prestar mayor atención al flujo migratorio y fomente “el desarrollo que ambos países necesitan”.
—¿Históricamente cuál ha sido la actitud de México hacia la migración guatemalteca? ¿Ha habido diálogo o confrontación?
—No ha sido de confrontación, sino de procesos de repatriación que hemos esperado sean ordenados, ágiles y dignos para las personas que han sido detenidas. En este gobierno (de Felipe Calderón) se han dado mejoras en el trato a los guatemaltecos. Puede suceder algo como lo de Oaxaca u otra situación, porque las instituciones no son las malas, sino los malos funcionarios. Ha habido casos de abuso de autoridad o violación de derechos humanos, pero en muchos de ellos no están involucrados el INM o la Policía Federal Preventiva (PFP). En algunos sí, pero hemos tenido una respuesta. Nos han contestado, ha habido remoción de funcionarios. No creo que haya una política de confrontación, y debemos entender que la migración hay que verla desde distintos puntos de vista; uno es la seguridad. México tiene todo el derecho de proteger su territorio y sus ciudadanos. Cuando no estamos de acuerdo es cuando se cometen estos abusos de fuerza o estas violaciones a los derechos humanos, que han sido más por parte de autoridades estatales y municipales, que muchas veces desconocen los procedimientos o las leyes.
—¿Cuáles son esas malas prácticas que les han sido reportadas de parte de las autoridades estatales y municipales?
—Mencionamos el caso de Ixtepec porque es el que tenemos más documentado: hubo golpes, detención ilegal, privación de la libertad, secuestro, violaciones. Una detención es ilegal porque quizá no se aplica la fuerza ni se comete un abuso sexual o se pide un rescate, sólo se detiene a la persona, pero la propia Ley General de Población establece que las únicas autoridades capacitadas para detener migrantes son la PFP y el INM. Una policía municipal puede hacer una detención si la acompañan funcionarios del INM, que van porque deben velar por la seguridad, ya que dentro de un grupo de migrantes no todos van a ser buenas personas ni a reaccionar de forma tranquila; puede haber uno que se violente. Cuando es así, no nos oponemos, pero cuando se les detiene y no se les pone a disposición del INM, sino que todo se va complicando, ahí sí decimos que eso no debe ser. México es un país grande, pero debe capacitarse a estas personas para que sepan qué hacer cuando vienen migrantes: acudir al INM y notificar “mire, aquí tengo a estas personas de origen guatemalteco”. Ya Migración hará lo que le corresponda.
—¿Hay un doble discurso o un desfase entre las exigencias que México hace a Estados Unidos sobre el trato a los migrantes mexicanos en la frontera norte y el que no pueda garantizar un trato con apego a derechos humanos a los centroamericanos en su propio territorio?
—México solicita al gobierno de EU lo que nosotros pedimos al gobierno tanto mexicano como estadounidense. Voy a tomar las palabras del presidente (de Guatemala) Álvaro Colom en su visita aquí hace unos meses, cuando se le hizo esa misma pregunta. Él decía que lo que habría que ver es una solución integral, porque lo que nosotros pedimos a México, que es lo que México le pide a EU, también nos lo piden a nosotros otros países, porque Guatemala también es un país de tránsito, destino y expulsión. Entonces, no podríamos decir “México está incumpliendo esto” si no miramos nuestro interior. Y así son casi todos los países. Siempre va a haber un migrante en algún país. Yo diría, como el presidente, que tenemos que buscar esa solución integral.
—En mundo globalizado, en el que la migración aumenta y se hace más compleja, ¿qué camino deben tomar las naciones para que el flujo migratorio se dé dentro de cauces democráticos, que fomenten el desarrollo y combatan la pobreza?
—Corresponde a cada país ir mejorando su situación interna. En la medida que haya oportunidades de empleo, salud, educación, los flujos migratorios irán disminuyendo. Ahora se mira a EU como el punto donde se puede ganar mucho mejor. Lo que gana un campesino guatemalteco en un año lo puede ganar en uno o dos meses allá; sin embargo, a la larga el precio es mucho más alto por lo que cuesta a la persona emigrar, dejar familia, tierra, costumbres. Lo ideal es combatir la pobreza y tratar de establecer mecanismos con los países destino de esta gente. A EU, por ejemplo, se le ha pedido que exista un programa temporal de trabajadores, como Guatemala y México lo tienen con Canadá. La intención de muchos no es irse y quedarse a vivir en EU; para ellos sería mejor si fuera un trabajo de tantos meses y después regresar a su país. Hace falta establecer esas políticas. Guatemala y México vamos trabajando cada día más, y los problemas que se han suscitado tratamos de resolverlos por los canales establecidos. Hemos tenido esa respuesta de México de querer cambiar las cosas y quitar la imagen negativa que a veces sale de nuestros gobiernos.

Nota: Una versión editada de esta entrevista fue publicada en la revista electrónica Terra Magazine.

2 comments:

Elizabeth García said...

Muchas felicidades por la nota en Terra, me da gusto que sigas escribiendo con tanto gusto y talento... Saludos.
Ya tenía mucho que no entraba a tu blog.

Necio Hutopo said...

Yo voy a buscar un sombrero para quitarmelo...

Bueno, de cebollazos ya estuvo bueno... La entrevista muy bien, sólo un asegún: "Algunas versiones señalan que los migrantes no sólo fueron perseguidos y golpeados, sino que el personal federal ingresó al poblado, inspeccionó casas e incluso cometió abusos sexuales"... Algunas versiones? Como las de los directamente afectados? de dos de ellas, para ser precisos.