Sunday, April 29, 2007

Vecinos de Plateros poniente expresan sus quejas


Desatención a adultos mayores y local de la Conasupo abandonado generan descontento

“Debe haber vínculo entre gobierno y vecinos”: Julio Martínez Estrada, coordinador vecinal en AO


Habitantes de la unidad habitacional Lomas de Plateros poniente, en la delegación Álvaro Obregón, expresaron sus quejas ante representantes de instituciones del Gobierno del Distrito Federal (GDF) en el marco de una reunión vecinal informativa sobre los programas sociales y acciones que encabezará la administración de Marcelo Ebrard.
Los asistentes al acto, muchos de ellos adultos mayores, manifestaron su desacuerdo con lo que consideran desatención por parte de las autoridades hacia este sector de la población. Denunciaron que las vialidades carecen de pasos peatonales adecuados o de topes y vibradores que reduzcan la velocidad de los vehículos y permitan a la gente de la tercera edad atravesar las calles sin peligro.
Asimismo, expusieron su descontento con la existencia de un local abandonado que ocupaba una de las tiendas de la desaparecida Compañía Nacional de Subsistencia Popular (Conasupo). Este espacio, ubicado en la manzana “H” de la unidad Plateros, indicaron, se ha convertido en un tiradero de basura y cascajo, al igual que en un “nido de ratas” y un “foco de infección”.
Los vecinos advirtieron que el inmueble ha permanecido así “por años”, y que a pesar de sus peticiones las autoridades no han hecho nada por transformarlo en algo útil a la comunidad. Algunos de los asistentes mencionaron que podría ser rehabilitado y utilizado como un salón de sus múltiples, un centro cultural para los jóvenes o los adultos mayores, una biblioteca o una estancia infantil.
Durante la reunión —en la que participaron representantes de la Procuraduría Social del DF (Prosoc), de la Secretaría de Salud, de las Unidades de Atención a la Violencia Familiar (Uavif) y del Programa de Atención Integral a Jóvenes Desempleados, La Comuna—, Julio Martínez Estrada, coordinador vecinal en Álvaro Obregón, recalcó que la finalidad de la política social del GDF es “abatir la desigualdad que aún persiste en la ciudad”, y que para obtener resultados “debe haber un vínculo entre gobierno y vecinos, tenemos que hacer equipo”.
Por otra parte, en respuesta a los reclamos Martínez Estrada explicó que muchos de los problemas citados por los condóminos competen a la delegación. Sin embargo, el representante delegacional, a quien —dijo— se le invitó con anticipación, no se presentó. Igualmente, junto con la promotora vecinal María Cristina Hurtado exhortó a los vecinos a reportar todas sus quejas al módulo de seguridad que se inaugurará en mayo, ya sea en persona o al teléfono 5664-1705.

Thursday, April 26, 2007

Tragedia y moral

[Bitácora de una última clase]

Una obra literaria puede considerarse registro de una época. Es, ahora bien —y perdón por la obviedad—, registro parcial, subjetivo, en tanto que el autor construye su trabajo a partir de su particular punto de vista, en el que influye si quien escribe es mujer u hombre, de una nacionalidad o de otra, de determinado origen étnico, así como de su condición social, educación, creencias y afinidades ideológicas y estéticas.
En Santa (1903), Federico Gamboa, una persona que perteneció a la élite política del porfiriato como secretario de Relaciones Exteriores y diplomático en Estados Unidos, Guatemala y Bélgica, se da a la tarea de plasmar un fragmento del llamado “bajo mundo”.
Considerada una de las novelas más populares de las primeras décadas del siglo XX y llevada al cine en cuatro ocasiones, esta obra relata la trágica historia de Santa, una atractiva e inocente provinciana que, tras ser engatusada por un militar y perder la virginidad y el respeto de su familia, se ve obligada a huir a la ciudad de México y convertirse en prostituta.
En la capital Santa conoce el ambiente de una casa de citas, a sus habitantes, colaboradores y visitantes, muchos de los cuales habrán de codiciarla por su belleza y pagarán por obtenerla, mientras otros —como Rubio, un hombre que aparentemente podría darle todo lo que ella quisiera, o el Jarameño, un torero español con quien comparte una pasión fugaz— le ofrecerán huecas promesas de felicidad, o como la llama el propio Gamboa, la “quimera” del amor eterno.
Es también en este contexto que Santa conoce a Hipólito, el ciego que toca el piano para la concurrencia de cada noche. De ojos “de estatua de bronce sin pátina”, feo rostro carcomido por la viruela y acompañado siempre de Jenaro, un niño de diez años que hace las veces de su lazarillo, Hipólito será, primero, confidente de Santa; después, su más ferviente enamorado.
Inscrita en el naturalismo, del que fuera su principal exponente el francés Émile Zola y una de cuyas características es llevar al extremo las técnicas del realismo, Santa se relaciona con esta corriente en la descripción rigurosa —y a veces agobiante— de personas, hechos, situaciones, sentimientos. Entre los numerosos ejemplos que sería dable citar, por el detalle con que son presentados destaco episodios como el de los múltiples paseos nocturnos de Santa y sus colegas en compañía de sus alocados clientes, el del festejo del Grito de Independencia en el Zócalo y el del vistazo a La Guipuzcoana, la posada donde vive un excéntrico núcleo de la comunidad española.
Igualmente, el naturalismo repara en los rasgos biológicos del ser humano, y plantea que tanto éstos como las condiciones sociales de hombres y mujeres son los que determinan sus destinos. Dentro de esta visión casi cientificista, el autor habrá de acercarse como un observador neutro que buscará reconstruir la realidad estudiada en toda su crudeza, consignando todo lo que halle a su paso sin prejuicio alguno.
En ese sentido, Federico Gamboa (1864-1939), en efecto, presta atención a las circunstancias fisiológicas y de clase a las que están sujetos sus personajes: discapacidades, vicios, apetitos, costumbres. Sin embargo, al momento de establecer su postura con respecto a lo narrado es cuando se aleja del principio de neutralidad del naturalismo. El autor, como miembro del grupo hegemónico, trata la miseria desde su perspectiva, y si bien parece querer apartarse de actitudes moralistas, o en todo caso también criticar a los suyos, el esfuerzo resulta insuficiente.
Aunque Gamboa intenta señalar con el índice “las hipocresías sociales”, o compadecerse de las condiciones de explotación en que viven las clases trabajadoras, a mi juicio termina revelando su desdén hacia los estratos bajos; baste de ejemplo que llega a denominar a algunos integrantes de estos grupos como “lepra social”. De ese modo Gamboa se muestra partidario de la moral predominante en la época, que entre otras características tiene la de enarbolar al sufrimiento y a la religión católica como únicos caminos hacia la redención.
No obstante, ante el hecho de que es aventurado descalificar a toda una corriente por un autor, o a un autor por una sola de sus obras, y más allá de los “peros” que pueda ponerle a esta novela, pienso que el valor de Santa radica en que permite atisbar el México de los primeros años del siglo XX, a algunos de sus personajes y los convencionalismos en los cuales se movían. Así pues, este libro de Gamboa, como insinué desde las primeras líneas, puede tomarse como testimonio de su época; cierto, uno sesgado, escrito desde la óptica de un miembro de la élite, pero testimonio al fin y al cabo.

FICHA BIBLIOGRÁFICA:
GAMBOA, Federico. Santa [1903]. México, Océano, 2004.

Sunday, April 22, 2007

Exigen servicio gratuito del Metrobús para mayores de 60 años

La Setravi, según la Ley de las Personas Adultas Mayores en el DF, es responsable de conseguir descuentos o exenciones en el pago de tarifas de transporte público


La agrupación política local Avance Ciudadano realizó una "jornada cívica" en estaciones del Metrobús como Insurgentes y Chilpancingo para recabar firmas y exigir al Gobierno del Distrito Federal (GDF) el servicio gratuito para las personas mayores de 60 años.
Luis S. Figueroa Solano, presidente de la agrupación, señaló que durante 2005 —año en que fue inaugurado el Metrobús— y 2006 se permitió el acceso sin costo para los adultos mayores de 60 años en adelante, "porque así lo dijo el decreto del jefe de Gobierno, aunque después se modificó, hubo una fe de erratas".
En la página electrónica del Programa de Transporte Gratuito para Adultos Mayores del GDF (http://www.ste.df.gob.mx/programas/servicio_gratuito.html) se indica: "De conformidad con lo dispuesto por el artículo 104 de la Ley de Transporte y Vialidad del DF, se exenta del pago de tarifa a los niños menores de cinco años y a los adultos mayores de 60 años".
Sin embargo, agrega: "En el caso del Metrobús", la gratuidad "se otorga a los adultos mayores de 70 años, de conformidad con el ‘Acuerdo por el que se Autoriza la Exención del Pago de la Tarifa Establecida al Usuario del Corredor de Transporte Público de Pasajeros Metrobús Insurgentes’ publicado en la Gaceta Oficial del Distrito Federal de fecha 25 de septiembre de 2005, así como a su Fe de Erratas publicada el 30 de septiembre de ese mismo año".
Figueroa aseveró que desde el 1 de febrero de 2007 sólo los mayores de 70 años gozan del servicio gratuito, y recalcó que la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores en el DF, en sus artículos primero, segundo y tercero, establece que un individuo es considerado adulto mayor a partir de los 60 años, no de los 70, y que como tal debe contar con los beneficios que otorga el marco legal.
Entre ellos, de acuerdo con los artículos 37, 38 y 39 de la misma ley, agregó, está la obligación de la Secretaría de Transportes y Vialidad (Setravi) de conseguir descuentos o exenciones en el pago de las tarifas del transporte público.
Para Figueroa, "no se puede estar por encima de la ley, ésta es muy clara y se debe cumplir". Por ello, hacen un llamado al titular de la Setravi, Armando Quintero, "para que tome cartas en el asunto", y buscarán llevar esta petición a Marcelo Ebrard, jefe del GDF, "de manera respetuosa pero muy enfática".


"De cada 10, dos son groseros"
El presidente de la agrupación aseguró que hasta el momento han logrado recabar un aproximado de mil 500 firmas de habitantes de distintas colonias de la ciudad de México, y que procuran consultar al respecto tanto a usuarios del Metrobús como a no usuarios.
Sandra, quien pertenece a Avance Ciudadano desde hace un año, comentó que algunas personas a las que se les pide su firma son "muy groseras". "De cada 10, dos son groseros", mencionó, aunque por lo general las ocho personas restantes sí demuestran su apoyo.

Friday, April 20, 2007

“El escritor tiene un compromiso con la sociedad”: Eugenio Aguirre

[Bitácora de una última clase]
Por medio de la literatura es posible divulgar conocimientos acerca de la historia, considera

“Sabemos muy poco de nuestra historia. A pesar de que tenemos grandísimos historiadores, no se les lee”, declaró el escritor Eugenio Aguirre durante una charla con alumnos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
Para Aguirre, de ese desconocimiento derivan otros problemas, como “la falta de identidad hacia nuestra cultura” lo mismo que “la falta de pertenencia” hacia el mundo prehispánico, “una de las civilizaciones más asombrosas”.
Al respecto, en su novela Gonzalo Guerrero, dedicada al español que es considerado padre del mestizaje, Aguirre critica la idea surgida “de un error de interpretación historiográfica” según la cual los mexicanos somos “producto de una violación”. Tal prejuicio, aseguró, afecta la percepción que un pueblo tiene de sí mismo.
Durante la plática el autor relató que llamó su atención encontrar que ocho años antes de la llegada de Hernán Cortés a costas mexicanas, de acuerdo con los registros, ya viviera con los indígenas un peninsular que había formado un matrimonio legítimo con la hija de un cacique y engendrado descendencia.
Igualmente, al hablar de su novela Victoria, que versa sobre el primer presidente de México, Guadalupe Victoria, comentó que le sorprende “que seamos tan despreciativos respecto de los orígenes de nuestra República”, cuando el ideal tendría que ser “conozcámonos para poder estar orgullosos de lo que somos”.
Aguirre, quien también ha escrito biografías noveladas de otros personajes de la historia nacional como Valentín Gómez Farías y Leona Vicario, mencionó que para octubre o noviembre tiene previsto publicar una novela sobre Tecuichpotzin, después bautizada como Isabel Moctezuma, hija del emperador mexica Moctezuma Xocoyotzin. Con esta obra, aseguró, busca presentar la visión de una mujer acerca de la Conquista y los momentos que la precedieron.
Para Aguirre, el escritor tiene “un compromiso profundo con la sociedad”, mientras que la literatura es una fuente de conocimientos del pasado y del presente. En ese sentido, él, que no se ve a sí mismo como un autor “de torre de marfil, ni de nailon, ni vaca sagrada, ni nalgarito rozagante”, sino comprometido con la colectividad, afirmó que busca divulgar conocimientos sobre la historia de México a través de sus libros.

Sunday, April 15, 2007

La Tierra y sus ciudadanos

[Foro Internacional, columna]
A finales de marzo, Édgar Félix, periodista y ex director de Información del extinto diario La Razón, visitó la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. En aquella ocasión, a pregunta expresa de una alumna, mencionó que hoy en día uno de los temas de mayor relevancia es el cambio climático. Sus palabras hallaron eco en las declaraciones del representante permanente de México ante la ONU, Enrique Berruga Filloy, quien —como quedó consignado con anterioridad en este blog— recién declaró que éste se constituye en “el tema del futuro”.
Ambas opiniones, lo mismo que el comentario de un colega en el sentido de que habría que revisar los tiempos porque, más que algo para el porvenir, el cambio climático es un asunto de actualidad, me han conducido a varias reflexiones.
En primer lugar, sobre la temporalidad de la cuestión, creo que sí es un problema del presente pero que debe pensarse al corto, mediano y largo plazos. En esa línea, me parece que lo dicho por Berruga Filloy podría interpretarse así: debemos proyectar el futuro, todos los escenarios negativos —alarmantes aunque realistas muchos de ellos—, para saber cómo y con qué celeridad actuar ahora.
Por otro lado, a pesar de que salvo algunas excepciones aparentemente existe el consenso político y científico mundial acerca de que el cambio climático, el calentamiento global y sus consecuencias son algo real y que deben llamar la atención y a enfrentarlos, personalmente me preocupa que puedan terminar, como tantos otros, siendo temas recurrentes pero en torno de los cuales no pasa nada o, peor aún, asuntos de moda.
A ese respecto, durante el foro en el que participó, Berruga Filloy comentó que Al Gore, ex vicepresidente de Estados Unidos que se ha erigido como uno de los paladines de la lucha contra el cambio climático —y de quien el mexicano publicó un texto en la revista Día Siete (número 344, año 7)—, muy posiblemente decida contender por la presidencia de su país. A juicio del embajador, Gore “no va a aguantar la presión”, y “si es congruente con lo que ha venido diciendo”, se dará cuenta de que una forma importante de impulsar la causa sería convertirse en el presidente de EU.
Lo confieso: no he visto Una verdad inconveniente, el multisonado documental de Al Gore acerca del cambio climático —ganador del Oscar en su categoría durante la pasada entrega—, ni cuento con los elementos para valorar sus intenciones. Sin embargo, sin el propósito de descalificar a priori su trabajo político, ecológico o fílmico, pienso que sería prudente guardar reservas antes de encomiar o adherirse así como así a su plataforma. Si Gore está genuinamente preocupado por los problemas medioambientales y busca contribuir a resolverlos, o si es sólo un personaje más de los que pretenderán adueñarse de una lucha en su beneficio, el tiempo lo dirá.
¿Y qué hacer, entonces, para dar la cara al cambio climático, a un fenómeno derivado de la actividad humana, tan palpable que muchos de nosotros habremos escuchado hasta el hartazgo el pronóstico de que 2007 será el año más caluroso jamás registrado, o con mayor cercanía, que día con día podemos vivir las alteraciones de ese “clima loco”: del espantoso sol del mediodía a las heladas ráfagas de viento al anochecer, pasando por la lluvia vespertina?
A escala macro, la de las negociaciones y acciones internacionales, debe primar el estudio científico serio lo mismo que la conciencia de las posibles consecuencias del cambio climático: aumento de la temperatura promedio global, derretimiento de los polos, subida del nivel del mar, modificaciones en la composición química del agua de los océanos, riesgo de desequilibrio ecológico y extinción de especies animales y vegetales, sin contar el impacto geográfico, político y social de la desaparición de zonas costeras, de las migraciones masivas, los refugiados climáticos, la carencia de agua potable o las dificultades para mantener una producción alimentaria suficiente.
Además, de las cumbres locales y mundiales sobre medio ambiente deben surgir acciones concretas como, tal vez, la sustitución del Protocolo de Kioto por un mecanismo más vinculante, sólido y eficaz que obligue a todas las naciones a cumplir con el compromiso de reducir las emisiones de gases de invernadero. Y si no se desarrolla un nuevo acuerdo, al menos sí deben incrementarse las presiones diplomáticas sobre los países reacios a adoptar el protocolo, léase Estados Unidos.
Pero, evocando el “Llamado de París”, en el espíritu del citoyen de la Terre, del “ciudadano del mundo”, las acciones para enfrentar el cambio climático, la contaminación y sus implicaciones no deben quedarse en la abstracta esfera de la globalidad sino traducirse al comportamiento cotidiano de cada individuo.
Exigir esta especie de “civilidad ecológica” suena utópico o incluso ingenuo cuando, al menos en la ciudad de México, es de lo más común observar transportes que arrojan al aire inmensas nubes de humo, al inconsciente que lanza la basura por la ventanilla del autobús, al pretendido receptor multicanal que a un tiempo mantiene encendida la computadora, la tv, la radio y puede que hasta esté usando sus audífonos, o a quien desperdicia el agua en cualquier labor doméstica.
Que se me tilde de idealista, pero estoy convencido de que hacer algo por el medio ambiente debe comenzar en cada uno de nosotros. Está en la sociedad, en quienes la integramos, lograr que hablar del uso moderado del automóvil, del ahorro de agua o energía, de separar la basura o del reciclaje —si se quiere, con todo lo exagerado de la frase, de “salvar al planeta”— sea algo más que buenas intenciones.

Friday, April 13, 2007

Cambio climático, "el tema del futuro":Berruga Filloy

Las generaciones jóvenes comenzarán a reclamar a sus mayores por el planeta que les están dejando, afirma
El cambio climático es “el tema del futuro”, aseguró Enrique Berruga Filloy, representante permanente de México ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
En un foro organizado por el diario El Universal, el diplomático comentó que el del medio ambiente es un problema que las nuevas generaciones están tomando como suyo y que adquirirá un matiz político. “Llegará un momento en que los jóvenes comiencen a reclamar a sus mayores ‘¿qué clase de mundo me estás dejando?’”, añadió.
Berruga Filloy, quien a principios de febrero de este año participó en el “Llamado de París” —en el que 46 naciones y científicos como el premio Nobel Mario Molina se pronunciaron por la creación de una agencia de la ONU dedicada al medio ambiente—, mencionó que respecto del cambio climático deben considerarse dos grandes aspectos.
Uno de ellos es qué ocurrirá con el Protocolo de Kioto, el compromiso internacional adquirido en 1997 por los países industrializados con el propósito de reducir las emisiones de gases causantes del efecto de invernadero. En 2001 Estados Unidos se retiró del protocolo con el argumento de que su aplicación podría afectar su economía.
El otro aspecto es qué hacer con los denominados “bonos del carbono”, es decir, los incentivos económicos propuestos por el protocolo para que las empresas privadas contribuyan a regular la contaminación derivada de la industria y con ello a mejorar la calidad ambiental. “Sin el incentivo económico, esto (los esfuerzos para enfrentar el cambio climático) no va a jalar”, sentenció.

Acciones por venir

Berruga Filloy relató que dentro de la Asamblea General de la ONU, después de la reforma del organismo y de la estructura del Consejo de Seguridad, el tema del cambio climático es uno de los más importantes.
Explicó que junto con el embajador de Suiza, Peter Maurer, prepara para junio o julio un documento sobre la reforma medioambiental de Naciones Unidas. En éste tendrá que contemplarse si habrá una resolución o si iniciarán negociaciones en la materia, las posibilidades de crear un nuevo organismo internacional, un sistema de sanciones o uno de cooperación global.
En días pasados, el secretario general de la ONU, el sudcoreano Ban Ki-Moon, declaró se está pensando realizar en septiembre una “reunión de alto nivel” para tratar el tema del cambio climático, como previo al encuentro de ministros de Medio Ambiente en Bali, Indonesia, previsto para diciembre, y a una posible cumbre mundial en 2008 o 2009.

Sunday, April 01, 2007

¿El "Grito de Ajetreo" o el ajetreo de un "Grito"?

[Bitácora de una última clase]

¿Es el caos, el desorden, un estado de cosas inherente a México, tanto que desde antes de la creación de este país se hizo presente en cada uno de los momentos que conformaron la conspiración independentista? Tal pudiera ser una de las preguntas que se desprenderían de la lectura de Los pasos de López de Jorge Ibargüengoitia (y, por lo demás, esa idea serviría para explicar varios episodios de la historia nacional y de los zafarranchos que observamos y vivimos día con día).
Autor de una vasta obra novelística, teatral y periodística, Ibargüengoitia parodia con inteligencia y humor la génesis del movimiento que buscaba liberar a este territorio de la corona española. Para hacerlo recurre a referentes históricos como el del cura Miguel Hidalgo, los corregidores, el “Grito” o el estandarte con la Virgen de Guadalupe, pero en el camino los reviste no sólo de nombres distintos sino de un halo encantador, de una especie de jocosa naturalidad.
Es así como nace el cura Periñón, carismático como quizá todos los revolucionarios pero, a la vez, descuidado, soñador en extremo, un poco ingenuo y, al fin y al cabo, humano. Por otra parte, para narrar la historia el escritor se vale de Matías Chandón, un militar que acaba de llegar a la región para competir por el mando de un pelotón y que, sin saberlo, terminará convirtiéndose en parte de esa conspiración libertadora.
“Al recordar este acto a la luz de los treinta años pasados —comenta Chandón a manera de introducción, cuando la historia apenas va cobrando vuelo—, me asombra la variedad de suertes que el destino nos reservaba a los que estábamos allí. La mayoría están muertos, pero mientras unos descansan en el altar de la Patria, los huesos de otros yacen en tierra bruta porque en ningún cementerio quisieron recibirlos”.
A lo largo del relato, tejido con una prosa directa, ligera, Ibargüengoitia emplea diferentes recursos como el uso de los paréntesis para insertar saltos o aclaraciones en la narración, meramente explicativas en algunos casos, divertidas o reveladoras en otros. Asimismo, en el pasaje donde se cuenta cómo fue descubierta la rebelión a raíz de traiciones y desafortunadas coincidencias, el autor construye una mini puesta en escena quizá para tomar prestado su efecto tragicómico al teatro.
Pero más allá de aspectos técnicos, el mérito de Los pasos de López, en mi opinión, reside en su crítica hacia las versión ritual tipo monografía de papelería del inicio de la guerra de independencia y del perfil de quienes participaron en él.
En esta novela hallamos lo que a mi juicio representa el hartazgo del autor con respecto de los lugares comunes que constituyen la mitología nacional. Es posible ubicar algunos ejemplos de lo anterior en el mote del “Grito de Ajetreo”, en la forma en la que presenta a un pueblo que festeja cualquier acción de sus líderes con un efusivo “¡Viva la independencia! ¡Viva la Virgen Prieta! ¡Viva el señor cura Periñón!”, y más todavía en cómo, a fin de ahorrarse el esfuerzo de tener que contar de qué manera sucedieron hechos de sobra conocidos, opta por escribir un simple y lapidario “etcétera”.
Jorge Ibargüengoitia, igualmente, se burla, aunque siempre con elegancia, de la cobardía de los supuestos héroes, es decir, de la actitud que lleva a los falsos conjurados a delatar las causas que dicen respaldar sólo por salvar el pellejo. También se ríe del absurdo, de la desorganización, de la total falta de idea, de la inocencia, candidez o de plano ingenuidad de quienes pretendían fraguar la gesta por la independencia, de cómo llegaron a creer que podrían alcanzar la libertad sin siquiera tener que usar la fuerza, con sólo firmar un papel —como si fuera, como se dice, de “enchílame otra”—, o de su afán de cargar con un cañón que les gana más problemas que triunfos.
Si tuviera que elegir entre las dos obras que he leído de Ibargüengoitia, Los pasos de López y antes Maten al león — aunque al admitir que únicamente he leído un par de sus libros me echo la soga al cuello y me descalifico como pleno conocedor de su trabajo para dar un juicio del todo sustentado—, me quedaría con la segunda. Creo que ambas están adecuadamente construidas y narradas con soltura, y si bien reconozco que el final de Los pasos de López es, por decir lo menos, ingenioso, Maten al león me parece una novela más redonda, más acabada en el sentido de que no deja cabos sueltos, no posee fisuras.
En Los pasos..., en particular en lo que toca a Matías Chandón, aunque gracias a él y porque lo menciona en más de una ocasión sabemos que sobrevivió y terminó casándose con Cecilia Parada, hija de uno de los hombres que apoyó el levantamiento insurgente, nunca nos enteramos de qué le sucedió entre la última vez que vio a sus compañeros al separarse de ellos y el momento en que decide empezar a contar su historia.
No obstante, preferencias y opiniones con poco fundamento aparte, lo cierto es que, al menos para conocer una de las novelas de Ibargüengoitia, para divertirse un rato con las peripecias Periñón así como de las del resto de estos improvisados e inexpertos independentistas, o para descubrir con una sonrisa de complicidad en los labios por qué el libro se titula como se titula, vale la pena seguir Los pasos de López.
FICHA BIBLIOGRÁFICA:
IBARGÜENGOITIA, Jorge. Los pasos de López [1987]. México, Joaquín Mortiz, 2006.