Friday, August 20, 2010

¿Sabemos tomar?

Tenía 13 o 14 años cuando viví mi primera borrachera. Unos amigos y yo bebimos unas cervezas y quizá algo de brandy, bromeamos, reímos, caímos dormidos pronto y, al día siguiente, conocimos la sensación de estar crudos.
Aun con lo ridículo que debí haberme visto, recuerdo con gusto aquella ocasión. Fue una noche divertida, sin mayores consecuencias que el malestar físico que habrán aliviado mucha agua y un picante consomé de barbacoa. Pero, a diferencia de esa vez, mi inexperiencia con el alcohol me hizo pasar episodios desagradables, penosos, muchos de los cuales me molesta rememorar, aunque de ellos aprendí.
Considero que salí bien librado de aquel tiempo de mis primeros tragos y, para decirlo con la jerga común, no suelo andar de “mala copa” ni de “borracho impertinente”. Sin embargo, pensar que era muy joven cuando empecé a tomar, y que muchos otros adolescentes lo hacen ahora a menor edad, me causa pesar.
No quiero sonar moralista ni imponer límites a la libertad individual, pero me parece que como sociedad debemos revisar con urgencia cuál es nuestra relación con las bebidas alcohólicas.
Sara Arellano difundió algunos datos en un reportaje publicado en El Universal en junio de 2009: : de acuerdo con la Encuesta Nacional de Adicciones de 2008, la edad promedio para iniciar el consumo de alcohol fue de 12 años, tres menos que en 2001, cuando era de 15; 57% de las estudiantes de secundaria dijeron consumir alcohol, por 26% de los hombres, y en el Distrito Federal, una encuesta de consumo de drogas entre estudiantes reveló que 45% de los adolescentes bebe y 17% abusa del alcohol.
Las cifras, de por sí significativas, no deben leerse de forma aislada. Un joven que consume alcohol en exceso no sólo daña su cuerpo sino que crea situaciones de riesgo. Muchos comenzamos a tomar en compañía de nuestros amigos, de gente que nos cuidó si nos poníamos mal, e hicimos lo mismo con otros. Decenas de adolescentes, sin embargo, se emborrachan con desconocidos, entre los cuales puede haber personas que se aprovechen de su embriaguez. Y en ese contexto, el número de accidentes automovilísticos derivados de conducir en estado de ebriedad nos muestra otro problema.
¿Qué factores nos han llevado a donde estamos? Tal vez no sean los más importantes, pero pienso en dos de mucho peso. Por un lado, la manera en la que sobrevaluamos el alcohol: en la publicidad, en las industrias culturales de los medios de comunicación y en las conversaciones cara a cara, la bebida aparece como un signo de estatus o como requisito para divertirse. Por el otro, los mayores de edad minimizamos el efecto que nuestra forma de beber puede tener en los más jóvenes, cuando un elemento que induce el consumo del alcohol es el ejemplo cotidiano.
Como decía líneas arriba, tratar este tema no implica adoptar actitudes moralistas o prohibicionistas que satanicen y restrinjan el alcohol sin más. Requiere que entendamos que no es sano que los adolescentes beban como lo hacen; que las normas para regular la compra-venta de bebidas no se cumplen; que no hay razón para mitificar el alcohol o verlo como única vía de diversión. Y exige que comprendamos y transmitamos que decidir levantar una copa es un acto tanto de libertad como de responsabilidad.
Los tragos se disfrutan más con calma, en la medida exacta, que tomados al aventón.


Nota: Este texto fue publicado en el blog A vuelo de pluma, de la revista electrónica Kaja Negra.

2 comments:

Necio Hutopo said...
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Necio Hutopo said...

Debo reconocer que mi primera borrachera fue joven… MUY JOVEN y de ella, la verdad, guardo bastante buen recuerdo... Aunque reconozco que sí, que el alcohol es malo, MUY malo, más si hay una lavadora cerca (yo me entiendo), también reconozco que el problema de éste es mucho más profundo que la sola mitificación del alcohol como "divertimento" o "enaltecedor" y que tienen también que ver con situaciones sociales y de escapismos al alcance de todos..: Situaciones que , me temo, no toma en cuenta en su nota... No me malentienda, creo que es buena, que está bien escrita e incluso que es necesaria... pero creo que se queda demasiado en la superficie.

2:06 AM