Saturday, June 19, 2010

Saramago, el gran defensor de las causas difíciles, opinan intelectuales

Foto: Cuartoscuro


Intelectuales afirman que el escritor portugués, fallecido el viernes, fue uno de los grandes autores del siglo XX


En sus más de 30 obras invitó a reflexionar sobre la condición humana


Defendió abiertamente causas como el indigenismo, la Revolución Cubana y la lucha de Palestina


Tania L. Montalvo y Mauricio Torres


Con la muerte de José de Sousa, conocido como José Saramago, el mundo perdió al primer escritor portugués en recibir un Premio Nobel de Literatura y a uno de los más grandes autores del siglo XX, dijeron escritores y editores que estuvieron cerca de él y de su obra.
Saramago, quien falleció el viernes a los 87 años en su casa Lanzarote, España, fue “un hombre que encontró una prosa original, que supo decir políticamente lo que tenía que decir, sin merma de la calidad literaria; que supo crear grandes fábulas”, comentó Sealtiel Alatriste, coordinador de Difusión Cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Alatriste editó los libros de Saramago con el sello Alfaguara, una obra compuesta por más de 30 títulos entre los que están El evangelio según Jesucristo, Todos los nombres y Ensayo sobre la ceguera. El autor no tuvo acceso a estudios superiores por falta de recursos económicos, comenzó a escribir en la cuarta década de su vida, ganó el Nobel en 1998 y fue militante comunista desde 1960.
“En todas sus obras hizo que reflexionáramos sobre la condición humana y sobre lo que el hombre destruye, tanto por su comportamiento en sociedad como por su afán de poder o por la religión”, dijo Marisol Schultz, otra editora de los textos de Saramago en Alfaguara.
“El mundo pierde a uno de sus máximos exponentes literarios, a una voz comprometida, íntegra, a un hombre de su tiempo, preocupado siempre por todos los desprotegidos y comprometido con las causas más nobles”, dijo Schultz.
Escuchar a Saramago o interactuar con él era como estar leyendo una de sus novelas, describió Enrique Tamés, director de la División de Humanidades y Ciencias Sociales del Tec de Monterrey, Campus Ciudad de México.
“Su manera de aproximarse a la vida era como estar con uno de sus personajes. Todos los temas que vemos presentes en su obra literaria, José Saramago los vivía con mucha intensidad, autenticidad y sensibilidad”, contó.


Visitante y amigo


Tamés acompañó a Saramago en sus cuatro viajes a México y asegura que el escritor estaba enamorado del país, de la vitalidad y el lado humano de la sociedad.
Una de esas visitas ocurrió en 1998, dos meses después de la matanza de decenas de indígenas en Acteal, en el estado sureño de Chipas. Alatriste aseguró que la masacre indignó a Saramago, mientras Schultz dijo que a partir de entonces el escritor siguió las causas de los indígenas y de los zapatistas.
Durante sus viajes a México también cultivó amistades, como la de la escritora Elena Poniatowska.
“Venía con frecuencia a México y siempre lo veíamos, fue asiduo visitante de la Feria del Libro de Guadalajara con su mujer y su traductora, Pilar del Río”, dijo Poniatowska, para quien Saramago fue “uno de los grandes escritores de la izquierda en el mundo”, que “estuvo con las causas de los más débiles”.
Alatriste, otro de sus amigos, señaló que el portugués se caracterizaba “por su honestidad, su manera de ser directo, su cariño, su fidelidad, su entrega, que si yo le pedía algo, invariablemente lo hizo, era un hombre que sabía comprender, que sabía qué era dar y recibir”.


Saramago activista


Los intelectuales consultados coincidieron en que Saramago defendió abiertamente causas como el indigenismo, la Revolución Cubana y la lucha de Palestina contra Israel, así como su crítica a la religión.
“Era más un ideólogo en ciertos momentos, fue un crítico de las religiones, para él toda religión es el origen de la mezquindad entre los seres y la fe es el pretexto para desatar a los demonios que se escudan detrás de la creencia de un Dios personal”, dijo la escritora Rosa Beltrán.
Xavier Velasco, escritor mexicano Premio Alfaguara de Novela 2003, señaló que Saramago “como narrador nos dejó una obra envidiable y monumental, es un escritor de una prosa muy trabajada, es un perfeccionista tremendo de la escritura”.
Sin embargo, dijo Velasco, “lo que menos me gusta de Saramago es que haya tomado esa actitud de predicador, en sus últimos años fue más predicador que escritor y abrazó muchas causas muy cuestionables; lo que menos rescato y lo que quisiera enterrar de Saramago es la simpatía que llegó a mostrar por los tiranos por un dogmatismo bastante parcial”.
Sus seguidores defienden su toma de postura. Tamés, por ejemplo, afirmó que la participación de Saramago en temas políticos tenía que ver con su compromiso de “llevar la agenda de las cosas que son dignamente humanas”.
“José veía el lado humano de una sociedad como la nuestra, era un hombre preocupado por el fenómeno humano en el sentido más profundo”, dijo Tamés.
Para Alatriste, el legado que Saramago deja a la humanidad es “su vocación de honestidad, la vocación de que uno puede ser lo que es (…) puede ser honesto, y lo que el mundo necesita para ser mejor es personas honestas”.


Nota: Este texto fue publicado en CNN México.

1 comment:

Necio Hutopo said...

Muy buena nota Don Mau... AUnque personalmente creo que la inclusión de la opinión de Velasco es más que gratuita