Tuesday, July 08, 2008

Instantáneas de Querétaro [crónica]





SANTIAGO DE QUERÉTARO, Querétaro.— Inmortalizado en una estatua ecuestre, Ignacio Pérez Álvarez (1786-1846) adorna el punto donde convergen las avenidas Corregidora y Universidad. La placa a sus pies señala que se le conoce como “el jinete del destino”, puesto que Josefa Ortiz de Domínguez le encomendó avisar a los insurgentes que la conspiración independentista había sido descubierta, “y gracias a su oportuna diligencia se hizo realidad el inicio de la lucha para lograr la independencia nacional, el 15 de septiembre de 1810”.
Este y otros monumentos repartidos por toda la ciudad recuerdan la historia tanto de la Nueva España como de la conformación de México. Iglesias, palacios de gobierno, el impresionante acueducto sobre calzada de Los Arcos, la Fuente del Marqués, el obelisco de la corregidora y la escultura de Miguel Hidalgo justo a la mitad de la Alameda, entre otras obras, explican, por un lado, por qué la capital de este pequeño estado con algo más de millón y medio de habitantes fue declarada por la UNESCO patrimonio de la humanidad en 1996 y, por el otro, por qué el turismo es una de sus principales actividades económicas.
Un recorrido por los andadores del centro histórico confirma la afluencia de visitantes. Recién comenzadas las vacaciones de verano, sin embargo, una vendedora de artesanías comenta que el negocio “ha estado medio tristón” y atribuye esa circunstancia a que las lluvias han ahuyentado a los paseantes. Asimismo, aunque optimista espera que para el siguiente fin de semana el movimiento aumente, aclara que esta temporada no es la de mayor auge para el sector, sino las de Semana Santa y diciembre.
Más adelante un cuadro trae a la memoria noticias de hace sólo unos meses. En la Plaza de Armas, cerca de las familias que caminan, se divierten en la fuente o conviven en alguno de los restaurantes, dos o tres grupos de emos empiezan a reunirse. El más numeroso se acomoda a lo largo de una barda, ríe y juega inquieto ante a una cámara de video. Una de las niñas viene corriendo hacia su madre que, como para no apenarla frente a sus amigos, aguarda por ella a unos metros de distancia. “¡Nos van a hacer una entrevista!”, dice entusiasmada. Luego, pide un beso, le pone la mejilla a mamá, lo recibe y regresa presurosa al escenario.
Estos adolescentes en jeans entubados, tenis, chamarras negras o de colores brillantes, el cabello cuidadosamente desaliñado o alaciado cubriéndoles parte del rostro, algunos con los ojos delineados, disfrutan tranquilos su tertulia callejera. No obstante, apenas a finales del año pasado y principios de éste, los medios nacionales daban cuenta no sólo de la convocatoria a golpear emos que en esta ciudad algunos intolerantes difundieron por internet, sino de las agresiones que sufrió dicho grupo. Al episodio de Querétaro habría de sumarse, poco después, el del DF.
Pero esta tarde, al menos en apariencia, la reacción hacia estos jóvenes no trascenderá de las miradas entre curiosas y extrañadas que les dirigen algunas personas, las mismas miradas que, por cierto, obtienen los darks que por la noche se congregan en el jardín Francisco I. Madero.
También en la Plaza de Armas, a la entrada del Palacio de Justicia, un conjunto de muchachos reparte volantes. Pertenecen al Movimiento Antorchista. La hoja en cuestión lleva por título: “El PAN pretende que Antorcha sea el chivo expiatorio de su guerra sucia”. En ella acusan que las autoridades estatales y municipales, ambas de Acción Nacional, distribuyen panfletos sin firma pretendiéndolos hacer pasar como de su organización.
“Aunque estamos en desacuerdo con las políticas públicas de los gobiernos panistas —argumenta el texto—, no tenemos ninguna necesidad de cuestionarlas de manera anónima pues siempre lo hemos hecho de cara a la sociedad; además, para qué cuestionar cosas que los propios panistas reconocen como ciertas, como son los altos sueldos en el ayuntamiento de Querétaro”. El 6 de julio —concluye el mensaje— cumplen cuatro años de plantón frente a las oficinas del gobernador, Francisco Garrido Patrón, en demanda de servicios públicos para colonias marginadas; de la devolución del pozo de agua potable a los pobladores de La Piedad, en el municipio de El Marqués; y de apoyo a la Casa del Estudiante José María Arteaga.
Respecto de esto último, Evodio, uno de los encargados de la manifestación, relata que alrededor de 60 jóvenes vivían en ese hogar del que el gobierno los despojó hace tres años. Algunos decidieron protestar, pero la mayoría, temerosa de la represión oficial, optó por quedarse callada. Antes —continúa— recibían la ayuda del PRI, mientras la actual administración ha respondido a sus exigencias con la fuerza o, en todo caso, ignorándolos. De los visitantes que pasan por este sitio, unos parecen prestarles atención; otros, los más, no.
El movimiento, reitera Evodio, seguirá expresándose hasta lograr ser escuchado por las autoridades. Y hablando del futuro, de 2009, cuando en el estado se llevarán a cabo elecciones para la gubernatura, muy a su pesar admite la alta probabilidad de que el blanquiazul vuelva a ganar. Sentencia: “Aquí el PAN es el partido más fuerte, y el más represor”.
Llega el final del fugaz viaje y, con él, las últimas imágenes de Santiago de Querétaro. Bajo el sol veraniego, familias, parejas y amigos pasean por la Alameda. Calles arriba, rumbo a la terminal de autobuses, el estadio Corregidora —casa de los Pumas de la UNAM durante la huelga de 1999 a 2000— se incrusta en el paisaje rocoso. Más allá, hacia el sur, el DF. No bastan dos días para conocer una ciudad, pero aunque esa insatisfacción es inevitable, el agradecimiento por lo que este lugar mostró de sí —historia, sociedad, visitantes, política— es aún más grande.

5 comments:

Itxaro said...

Órale, yo no podría haberlo descrito mejor!!! jajaja, me encantó.
Qué bueno que te gustó mi pueblo, luego me platicas a dónde más fuiste. :D

Necio Hutopo said...

mmm... Cuadernos de viaje?... México desconocido?... Turissste?...

Lo siento Don Mau, no soy muy amigo de las guías de viaje, aún si están tan bien escritas como ésta; me llegan a aburrir temiblemente...

Elizabeth García said...

La verdad es que yo no conozco querétaro, pero están lindas tus fotos, además no sé si era el propósito, pero definitivamente eso del periodismo lo llevas en las venas y en las maletas jaja!!
Un beso.

KIKA said...

Hola señor!!!!! Me da gusto volver después de este largo viaje, siento que me fui por mucho más tiempo. Sin embargo, por aca estoy. Cuando fuiste? Me encantó lo que escribiste. Bueno, pocas palabras pero sabes que te quiero, que te quiero mucho mucjo. Un beso

Ald0rad0 said...

sólo fui a qro una vez. Me gustó pero no lo recuerdo. Tu crónica me motiva a ir a pasear por ahí en alguna ocasión.

Buen blog, Mauricio.

Saludos.

Aldo