Wednesday, October 31, 2007

“La transparencia es una línea esperanzadora para México”: Jacqueline Peschard

México, según el Índice de Percepción de la Corrupción 2007 de Transparencia Internacional, ocupa el sitio 72 entre 180 países. En una escala de cero a 10, su calificación es de 3.5. Para Jacqueline Peschard, comisionada del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública (IFAI), que esta percepción sea tan generalizada se debe a que el fenómeno “se da en el día a día”.
“En el caso mexicano, la corrupción más extendida tiene que ver con la relación entre el ciudadano y la autoridad de manera más inmediata, en trámites o con la policía de tránsito, que no necesariamente son los ámbitos más sustantivos donde puede darse, como el financiero o la administración pública”.
Peschard considera que se requieren más estudios para determinar el impacto de la corrupción, y que la transparencia es un principio válido para combatirla. “Es un elemento que incentiva a los servidores públicos a apegase a la norma en sus decisiones, pero los resultados no los veremos en uno o dos años, sino en más tiempo”.
Acerca del IFAI, explica que éste “nace (en 2003) con la idea de que el ciudadano que quiera obtener información pueda hacerlo por la vía de un escrito libre, llenando un formato o desde una computadora, independientemente de donde esté”.
—¿Es México un país más transparente que antes?
—Sí, aunque dicho rápidamente. Esto se ve en el proceso de socialización del derecho a la información. No hay un mayor número de ciudadanos que crecientemente haga solicitudes de información, pero cada vez más la sociedad está enterada de ese derecho y de que puede ejercerlo o no dependiendo de sus trabajos o esferas de influencia. En el gobierno federal, donde es competente el IFAI, encuentro un mayor conocimiento y compromiso de las dependencias para con la transparencia, pero también un conjunto de resistencias. Hay una base, pero quizá justo en función de la socialización del derecho existen ciertas respuestas de algunas dependencias muy celosas con su información.
—La transparencia como valor o como principio, ¿qué obstáculos enfrenta?
—Los principales retos tienen que ver con una cultura del secreto, con muchos años en los que el manejo de la información entre sólo quienes elaboraban los documentos fue parte de la lógica del autoritarismo mexicano. Remover esa cultura no es tan fácil como tener una ley o una institución, sino que necesita irse asentando casi como una rutina institucional. Otro obstáculo tiene que ver con estructuras históricas muy afincadas en una forma de tener y resguardar la información, como las de finanzas o seguridad.
—¿Cómo acabar con la cultura del secreto y generar una cultura de la transparencia?
—Por la vía de prácticas efectivas amparadas en una norma adecuada. La reforma constitucional (al artículo sexto constitucional), que fue aprobada en el ámbito federal y estatal prácticamente por unanimidad, significa un acuerdo básico en la materia, pero es insuficiente. Hay que ver que abrir la información del gobierno no amenaza la capacidad de ejercicio y de toma de decisiones, sino lo contrario. Más allá del acuerdo con la norma, ejercer la práctica permitirá eliminar resistencias entre servidores públicos y población.
—En ese concepto de las prácticas efectivas, ¿cómo explicar al ciudadano para qué le serviría la información?
—Una obligación del IFAI tiene que ver con estudios y campañas que puedan no sólo ser genéricas sino atender a públicos específicos. Reporteros e investigadores utilizan de manera casi natural el acceso a la información, o quienes están en los negocios para allegarse ciertos documentos públicos que regulan el área de sus intereses comerciales, pero ciertos sectores no han traducido el derecho en estas prácticas que puedan serles útiles para, por ejemplo, aprovechar políticas de gobierno en becas para sus hijos o recursos para los grupos más pobres. En la medida en que el IFAI pueda tener campañas más focalizadas podremos ir ayudando a que estas prácticas sean socialmente extendidas.
—Ernesto Villanueva, investigador, menciona que en esta materia ha habido avances pero quedan muchos problemas por resolver: que las dependencias declaren la información como inexistente, que los documentos sean abundantes pero no estén ordenados o que, cuando una persona interpone un recurso de revisión, deba trasladarse hasta la sede del IFAI, de suerte que si no vive en el DF tiene una desventaja comparativa...
—Ese último problema se resuelve por la vía de internet. Sobre las inexistencias y los archivos creo que tiene razón. Es parte de la cultura del secreto: si todo está desordenado, la información no se encontrará fácilmente. Ese es un pendiente, pero al ver solicitudes y recursos de revisión uno dice a las dependencias "Debes tener esta información aquí, así que la buscas". Se requiere que a la par de esto vaya habiendo iniciativas sobre ley de archivos y así se reduzcan los niveles de respuesta de inexistencia, que es una salida fácil: nadie tiene que esforzarse por fundamentar que la información es clasificada; simplemente dice "no la encuentro". Gente como Villanueva puede señalar los grandes retos.
—¿Cuáles son las metas del IFAI?
—En el largo plazo, extender la cultura de la transparencia, que el ciudadano se apropie de su derecho, sepa para qué sirve, cómo potenciarlo, cómo se procesa el ejercicio, cuándo puede recurrir a él. Y esto pasa por que sea una cultura de los servidores públicos, no sólo de los ciudadanos. En lo inmediato, que la reforma constitucional se traduzca en una regulación con la que todas las leyes correspondan a disposiciones generales. También, agilizar nuestros procedimientos de atención a los recursos de revisión. En la transparencia hay un potencial, una esperanza; es una línea esperanzadora muy fuerte para el país y, por ello, algo con lo que podemos hacer más claro el compromiso del gobierno federal, con el que estamos empeñados para hacer de la transparencia no sólo una herramienta de menor corrupción, sino de mayor eficacia gubernamental.

Nota: Una versión editada de esta entrevista (con una cabeza que, me parece, no es la más acertada) fue publicada en la revista electrónica Terra Magazine. En otros asuntos más importantes, dedico este texto, con agradecimiento, admiración y todo mi apoyo, a Rossana Fuentes-Berain.

4 comments:

Elizabeth García said...
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Elizabeth García said...

Mmmm....
Mucho de estos temas los he visto en mi clase de Regulación de medios electrónicos, y la verdad es que crear una cultura de información es muy comlicado, pero por muchas cosas creo que vale la pena intentarlo... En verdad no tengo idea de cómo consigues las entrevistas, pero eso me confirma una vez más que tendrás mucho éxito, no te deseo suerte porque sé que no la necesitas tu talento será suficiente para llegar a donde tú quieras...

KIKA said...

¡Una más! Muy bien Mau. Me da mucho gusto que en medio de los cambios que se están presentando te sigan reconociendo el buen trabajo que haces.
Felicidades por la entrevista, por la selección del tema y de la persona ya que por lo que me cuentas es alguien a quien respetas profesionalmente.
Y ahora quién será la siguiente víctima a entrevistar, ya espero con ansia poder leer la próxima.
Te amo.

Necio Hutopo said...

Puestos a entrevistar a un Comisionado del IFAI... Mejor lo hubiera intentado con Guerrero, mucho más divertido... (te lo digo yo que ahora sí sé de lo que hablo... más o menos)