Hace tres años, el 11 de marzo de 2004, aproximadamente a las 8:00 AM en la hora local, 10 explosiones en cuatro trenes de la red de Madrid dejaron 191 muertos y más de mil 700 heridos (para corroborar los datos ver la página de Wikipedia. La enciclopedia libre: http://es.wikipedia.org/wiki/11-M).
De acuerdo con las investigaciones, el ataque, conocido también como el 11-M, el mayor atentado terrorista en la historia de España, fue cometido por extremistas islámicos que, presumiblemente, intentaron emular al grupo saudita Al-Qaeda y lanzar represalias al gobierno español, entonces presidido por José María Aznar, debido a su apoyo a Estados Unidos en la invasión a Irak.
En esa línea, algunos analistas han señalado que, desde el punto de vista político, una de las consecuencias más directas de lo ocurrido fue la derrota de Aznar, del Partido Popular (PP), en las elecciones de ese año frente al candidato del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y a la fecha presidente del gobierno José Luis Rodríguez Zapatero.
Actualmente, los principales sospechosos, entre ellos el presunto autor intelectual, Rabei Osman el Sayed Ahmed, Mohamed el Egipcio, están siendo juzgados en los tribunales ibéricos.
En otros asuntos menos serios —o de plano más banales—, hace exactamente un año, el 11 de marzo del intenso 2006, este aspirante a periodista se decidió a superar su pereza habitual y, más tarde que temprano, cumplió con una de las tareas de su clase de Taller de Diseño Editorial: crear un blog al cual subir sus trabajos.
Me parece que más de uno de los miembros del grupo fuimos contagiados por la euforia inicial de este nuevo medio derivado de la Sociedad de la Información y el Conocimiento: desde una óptica “integrada” en palabras de Umberto Eco, la internet vista como un espacio que permite romper con el esquema de la comunicación vertical (de arriba hacia abajo) y que da preeminencia a la comunicación horizontal (hacia los lados, entre iguales), con lo cual y particularmente a través de un weblog, además, quien navega en el ciberespacio es capaz de ir más allá de ser un mero receptor de contenidos para convertirse en productor de los mismos.
Elucubraciones aparte, creo que terminamos siendo los menos quienes, después de la primera y efímera emoción de subir los pensamientos propios a la red, decidimos dar algo o mucho de continuidad a nuestros portales. (Comercial no solicitado y disfrazado de breve paréntesis: para un par de ejemplos de bloggers que con su prosa irreverente aunque con ideas y propósitos en extremo opuestos sí han actualizado sus respectivos espacios ver “Aquí nomás: ¡Echándola!”, http://mariomanterola.blogspot.com/, o “Necio Hutopo”, http://hutoyuyos.blogspot.com/.) Todo lo anterior me conduce a una pregunta... o más bien a varias.
¿Por qué “mantener” un blog? ¿Qué es lo que nos lleva, o mejor dicho, me ha llevado a publicar aquí aquello que escribo? ¿Y, en principio, qué me hace escribir? ¿Por qué escribo?
Un ex compañero, cuyo blog, “Desde la puerta de la crónica” (http://desdelapuertadelacronica.blogspot.com/), lamentablemente no siguió trabajando, diría que quienes mostramos vocación por las letras poseemos —¿padecemos?— cierta propensión a la marginalidad, inclinación a estar solos, a volcarnos no frente a otras personas sino frente a una hoja de papel o, cada vez más, frente a un monitor de computadora.
Ahora, si bien comparto esa visión romántica del escritor-ermitaño recluido en un rincón apartado tras haber conocido el mundo para después reflexionar al respecto y transformarlo en, por ejemplo, una gran novela, creo que, habiendo pasado un tiempo, las razones para escribir cambian, aumentan.
Escribir, estoy seguro, es un estupendo medio desahogo, una forma de dialogar con uno mismo, de —como dicen— “enfrentar los propios demonios”; una actividad, en fin, que puede tornarse casi vital. Sin embargo, pienso que llega un punto en que sólo escribir no basta. Los textos y sus autores necesitan ser leídos; sea para crítica o elogio, requerimos comunicarnos, conseguir retroalimentación, interactuar. En esa lógica, me parece que sería correcto aceptar uno de los planteamientos del filósofo Emmanuel Levinas: necesitamos al otro para afirmarnos y reafirmarnos a nosotros mismos, para saber y recordar que existimos.
Escribir, entonces, sería una forma de ser, de vivir, mientras que subir lo que escribimos a un blog se constituiría en una manera fácil, accesible y, claro, gratuita de intentar difundirnos, darnos a conocer, en resumen, de buscar que nos lean. Asimismo, escribir y publicar también pueden considerarse un ejercicio para reflexionar sobre el complejo mundo en que vivimos, sobre hechos tan impactantes como el mencionado al principio de estas líneas.
En síntesis: ¿por qué invitarlos a este blog? Fácil: por motivos —debo reconocerlo— fundamentalmente egoístas, o sea, para que me lean; para que, si les interesa, sepan algo de mí, de lo que pienso, de lo que hago, de lo que ocurre en este planeta e intento comprender. Tal vez uno o dos textos puedan resultarles de utilidad, informativos, entretenidos, qué sé yo. En última instancia el lector, cada lector, decide.
Y ya para no aburrirlos —como seguramente ya lo hice—, agradezco sinceramente a quienes por una u otra razón han echado un vistazo a este espacio y con sus comentarios, plasmados aquí o no, me han impulsado a seguir escribiendo. De verdad mil gracias. A quienes se animen a dedicar un poco de su tiempo a revisar lo publicado, espero, cuando menos, dejarles una sensación distinta a un triste “Acabo de desperdiciar cinco minutos de mi vida”. Pues bien, ojalá este primer año bloggeando no sea ni el único ni el último. Ante las vivencias, libros, películas y acontecimientos que vendrán, sin duda habrá mucho sobre lo cual escribir.
De acuerdo con las investigaciones, el ataque, conocido también como el 11-M, el mayor atentado terrorista en la historia de España, fue cometido por extremistas islámicos que, presumiblemente, intentaron emular al grupo saudita Al-Qaeda y lanzar represalias al gobierno español, entonces presidido por José María Aznar, debido a su apoyo a Estados Unidos en la invasión a Irak.
En esa línea, algunos analistas han señalado que, desde el punto de vista político, una de las consecuencias más directas de lo ocurrido fue la derrota de Aznar, del Partido Popular (PP), en las elecciones de ese año frente al candidato del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y a la fecha presidente del gobierno José Luis Rodríguez Zapatero.
Actualmente, los principales sospechosos, entre ellos el presunto autor intelectual, Rabei Osman el Sayed Ahmed, Mohamed el Egipcio, están siendo juzgados en los tribunales ibéricos.
En otros asuntos menos serios —o de plano más banales—, hace exactamente un año, el 11 de marzo del intenso 2006, este aspirante a periodista se decidió a superar su pereza habitual y, más tarde que temprano, cumplió con una de las tareas de su clase de Taller de Diseño Editorial: crear un blog al cual subir sus trabajos.
Me parece que más de uno de los miembros del grupo fuimos contagiados por la euforia inicial de este nuevo medio derivado de la Sociedad de la Información y el Conocimiento: desde una óptica “integrada” en palabras de Umberto Eco, la internet vista como un espacio que permite romper con el esquema de la comunicación vertical (de arriba hacia abajo) y que da preeminencia a la comunicación horizontal (hacia los lados, entre iguales), con lo cual y particularmente a través de un weblog, además, quien navega en el ciberespacio es capaz de ir más allá de ser un mero receptor de contenidos para convertirse en productor de los mismos.
Elucubraciones aparte, creo que terminamos siendo los menos quienes, después de la primera y efímera emoción de subir los pensamientos propios a la red, decidimos dar algo o mucho de continuidad a nuestros portales. (Comercial no solicitado y disfrazado de breve paréntesis: para un par de ejemplos de bloggers que con su prosa irreverente aunque con ideas y propósitos en extremo opuestos sí han actualizado sus respectivos espacios ver “Aquí nomás: ¡Echándola!”, http://mariomanterola.blogspot.com/, o “Necio Hutopo”, http://hutoyuyos.blogspot.com/.) Todo lo anterior me conduce a una pregunta... o más bien a varias.
¿Por qué “mantener” un blog? ¿Qué es lo que nos lleva, o mejor dicho, me ha llevado a publicar aquí aquello que escribo? ¿Y, en principio, qué me hace escribir? ¿Por qué escribo?
Un ex compañero, cuyo blog, “Desde la puerta de la crónica” (http://desdelapuertadelacronica.blogspot.com/), lamentablemente no siguió trabajando, diría que quienes mostramos vocación por las letras poseemos —¿padecemos?— cierta propensión a la marginalidad, inclinación a estar solos, a volcarnos no frente a otras personas sino frente a una hoja de papel o, cada vez más, frente a un monitor de computadora.
Ahora, si bien comparto esa visión romántica del escritor-ermitaño recluido en un rincón apartado tras haber conocido el mundo para después reflexionar al respecto y transformarlo en, por ejemplo, una gran novela, creo que, habiendo pasado un tiempo, las razones para escribir cambian, aumentan.
Escribir, estoy seguro, es un estupendo medio desahogo, una forma de dialogar con uno mismo, de —como dicen— “enfrentar los propios demonios”; una actividad, en fin, que puede tornarse casi vital. Sin embargo, pienso que llega un punto en que sólo escribir no basta. Los textos y sus autores necesitan ser leídos; sea para crítica o elogio, requerimos comunicarnos, conseguir retroalimentación, interactuar. En esa lógica, me parece que sería correcto aceptar uno de los planteamientos del filósofo Emmanuel Levinas: necesitamos al otro para afirmarnos y reafirmarnos a nosotros mismos, para saber y recordar que existimos.
Escribir, entonces, sería una forma de ser, de vivir, mientras que subir lo que escribimos a un blog se constituiría en una manera fácil, accesible y, claro, gratuita de intentar difundirnos, darnos a conocer, en resumen, de buscar que nos lean. Asimismo, escribir y publicar también pueden considerarse un ejercicio para reflexionar sobre el complejo mundo en que vivimos, sobre hechos tan impactantes como el mencionado al principio de estas líneas.
En síntesis: ¿por qué invitarlos a este blog? Fácil: por motivos —debo reconocerlo— fundamentalmente egoístas, o sea, para que me lean; para que, si les interesa, sepan algo de mí, de lo que pienso, de lo que hago, de lo que ocurre en este planeta e intento comprender. Tal vez uno o dos textos puedan resultarles de utilidad, informativos, entretenidos, qué sé yo. En última instancia el lector, cada lector, decide.
Y ya para no aburrirlos —como seguramente ya lo hice—, agradezco sinceramente a quienes por una u otra razón han echado un vistazo a este espacio y con sus comentarios, plasmados aquí o no, me han impulsado a seguir escribiendo. De verdad mil gracias. A quienes se animen a dedicar un poco de su tiempo a revisar lo publicado, espero, cuando menos, dejarles una sensación distinta a un triste “Acabo de desperdiciar cinco minutos de mi vida”. Pues bien, ojalá este primer año bloggeando no sea ni el único ni el último. Ante las vivencias, libros, películas y acontecimientos que vendrán, sin duda habrá mucho sobre lo cual escribir.
4 comments:
Cómo empieza esto?
Obviamente: FELIZ CUMPLEBLOG (que dice Eva Luna que así se dice -http://evaylaluna.blogspot.com/-)
Fuera de eso; gracias por el comercial (y, haciendo eco a su correo... Nomás que tendrá que esperar hasta el Prox. Miércoles en la madrugada)
Saludos... Un plaser leerle
Pues bueno... Como lo prometido es deuda... Puede darse una vuelta por aca (http://hutoyuyos.blogspot.com/) y echarle un ojo a la ultima postdata del primer post o (si le da mucha flojera) repasar la lista de Links en la columna derecha... Encontrará alguno conocido...
Saludos... A ver si actualiza más seguido
Estoy completamente de acuerdo contigo: escribir es un proceso liberador.
Además de que al hacerlo anhelo mi grado de inmortalidad. Ja ja.
(http://pisaycorre.blogspot.com)
"escribir es un proceso liberador.
Además de que al hacerlo anhelo mi grado de inmortalidad."
Yo no quiero ser inmortal por mi obra, que dijo Wody Allen, yo quiero serlo NO MURIENDO
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