Pese a desacuerdos, “Asamblea estudiantil” toma instalaciones
Una “Asamblea estudiantil” tomó en paro las instalaciones de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM “en repudio a la represión a los pueblos de Oaxaca”, a pesar de que la mayor parte del alumnado que llegó a clases hoy por la mañana manifestó su desacuerdo con esa acción.
Desde antes de las 7:00 horas, los integrantes de la “Asamblea” bloquearon el acceso a los edificios que albergan las aulas, a la biblioteca y a los estacionamientos de alumnos y profesores. Sólo era posible entrar al inmueble B con el fin de utilizar los baños.
El grupo que organizó el paro se instaló con micrófono y bocina en la explanada principal. Desde ahí, sus miembros recordaron que la decisión fue tomada tras dos asambleas celebradas el lunes. Sin embargo, muchos de los cientos de estudiantes que acudieron al plantel este martes a clases dijeron no estar enterados de esas reuniones o no haber participado.
Entre las 8:00 y las 9:00 horas más alumnos se fueron congregando alrededor de los integrantes de la “Asamblea estudiantil”. Algunos de ellos comenzaron a exigir la reapertura de los salones para poder tener clases. Conforme transcurrió el tiempo el reclamo se hizo más fuerte. “¡Váyanse a Oaxaca, queremos estudiar!” y “¡No al paro!”, gritaron.
No obstante, aproximadamente a las 9:30 horas y al no recibir respuesta a sus peticiones, los detractores del cese de actividades se separaron de la comitiva y se dirigieron a la explanada baja con el propósito de organizar su propia asamblea.
En respuesta, el grupo en pro de la suspensión de labores también se trasladó allá y empleó como tarima las escaleras de la entrada sur del edificio A, frente a las ventanillas de Servicios Escolares.
Desde ese lugar continuó la asamblea, y durante más de una hora, en el transcurso de la cual muchos opositores al cese comenzaron a retirarse, se puso a discusión el plan a seguir: continuar con el paro total, reabrir los salones o dar paso a un “paro activo”.
A lo largo de esta discusión quedó de manifiesto la división entre el estudiantado. Mientras aún muchos alumnos exigían el regreso a las aulas y otros estaban expectantes, cada vez más partidarios del paro fueron llegando. Una de ellas arguyó que quienes se oponían a ese tipo de expresiones lo hacían porque “no tienen conciencia”.
Al final, cerca de las 11:00 horas, cuando los promotores del cese superaban en número a sus opositores, la votación ratificó la medida, a la que se añadían una movilización a la torre de Rectoría a las 13:00 horas y, a las 16:00 horas, la participación en la marcha del Hemiciclo a Juárez a la Secretaría de Gobernación en apoyo a la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO).
Para Quetzalcóatl Espinal Cortés, alumno en favor del paro, su ratificación se explica porque los miembros del grupo que lo promueven “ya se la saben: después de cuatro horas se esperan a que la gente se canse y se vaya”. En ello coincidió Juan José Cué, detractor del cese, quien sentenció: “Lo de siempre: le apuestan al desgaste”.
Una “Asamblea estudiantil” tomó en paro las instalaciones de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM “en repudio a la represión a los pueblos de Oaxaca”, a pesar de que la mayor parte del alumnado que llegó a clases hoy por la mañana manifestó su desacuerdo con esa acción.
Desde antes de las 7:00 horas, los integrantes de la “Asamblea” bloquearon el acceso a los edificios que albergan las aulas, a la biblioteca y a los estacionamientos de alumnos y profesores. Sólo era posible entrar al inmueble B con el fin de utilizar los baños.
El grupo que organizó el paro se instaló con micrófono y bocina en la explanada principal. Desde ahí, sus miembros recordaron que la decisión fue tomada tras dos asambleas celebradas el lunes. Sin embargo, muchos de los cientos de estudiantes que acudieron al plantel este martes a clases dijeron no estar enterados de esas reuniones o no haber participado.
Entre las 8:00 y las 9:00 horas más alumnos se fueron congregando alrededor de los integrantes de la “Asamblea estudiantil”. Algunos de ellos comenzaron a exigir la reapertura de los salones para poder tener clases. Conforme transcurrió el tiempo el reclamo se hizo más fuerte. “¡Váyanse a Oaxaca, queremos estudiar!” y “¡No al paro!”, gritaron.
No obstante, aproximadamente a las 9:30 horas y al no recibir respuesta a sus peticiones, los detractores del cese de actividades se separaron de la comitiva y se dirigieron a la explanada baja con el propósito de organizar su propia asamblea.
En respuesta, el grupo en pro de la suspensión de labores también se trasladó allá y empleó como tarima las escaleras de la entrada sur del edificio A, frente a las ventanillas de Servicios Escolares.
Desde ese lugar continuó la asamblea, y durante más de una hora, en el transcurso de la cual muchos opositores al cese comenzaron a retirarse, se puso a discusión el plan a seguir: continuar con el paro total, reabrir los salones o dar paso a un “paro activo”.
A lo largo de esta discusión quedó de manifiesto la división entre el estudiantado. Mientras aún muchos alumnos exigían el regreso a las aulas y otros estaban expectantes, cada vez más partidarios del paro fueron llegando. Una de ellas arguyó que quienes se oponían a ese tipo de expresiones lo hacían porque “no tienen conciencia”.
Al final, cerca de las 11:00 horas, cuando los promotores del cese superaban en número a sus opositores, la votación ratificó la medida, a la que se añadían una movilización a la torre de Rectoría a las 13:00 horas y, a las 16:00 horas, la participación en la marcha del Hemiciclo a Juárez a la Secretaría de Gobernación en apoyo a la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO).
Para Quetzalcóatl Espinal Cortés, alumno en favor del paro, su ratificación se explica porque los miembros del grupo que lo promueven “ya se la saben: después de cuatro horas se esperan a que la gente se canse y se vaya”. En ello coincidió Juan José Cué, detractor del cese, quien sentenció: “Lo de siempre: le apuestan al desgaste”.
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