Gabriela Cuevas, titular de la delegación Miguel Hidalgo, una de las 16 que integran la ciudad de México, es enfática: se opone por completo a la construcción de la llamada Torre Bicentenario en Pedregal 24, en la colonia Molino del Rey, “porque viola muchísimas normas, desde la protección al patrimonio cultural, al Programa de Desarrollo Urbano, al Reglamento de Construcciones y a la Ley de Desarrollo Urbano para el DF, pero también por la manera en que se pretende regalar el Bosque de Chapultepec, que es patrimonio de los mexicanos”.
Este proyecto, dado a conocer por el Gobierno del Distrito Federal (GDF) en julio pasado y a cargo del grupo inmobiliario Danhos —que invertiría alrededor de 300 millones de dólares—, plantea levantar un edificio de 70 niveles. Con una altura aproximada de 300 metros, la Torre Bicentenario, pensada para ser concluida el 16 de septiembre de 2010 —fecha en que se celebrarán 200 años del inicio de la guerra de Independencia de México—, se convertiría así en la más alta de América Latina.
Sin embargo, desde su anuncio ha despertado numerosas protestas. El Instituto Nacional de Bellas Artes, por ejemplo, considera que el inmueble sobre el que se pretende construir tiene un valor artístico relevante y no debe ser afectado. Igualmente, residentes de las colonias Polanco, Lomas de Chapultepec, Lomas de Virreyes y Molino del Rey han manifestado su rechazo al proyecto pues aseguran que agravará los problemas de vialidad de la zona y dañará la reserva ecológica del Bosque de Chapultepec. E incluso la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores ha advertido que este edificio obligaría a modificar las rutas de aterrizaje hacia el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Asimismo, como delegada de la demarcación donde quedaría ubicada la construcción, Gabriela Cuevas, de 28 años de edad y militante del Partido Acción Nacional (PAN) desde los 15, ha sido una de sus principales detractoras.
—En resumen, ¿por qué oponerse a la edificación de la Torre Bicentenario?
—Más que si la torre es buena o mala, el problema es la manera en que se quiere llevar a cabo, ya que cuando un grupo de empresarios quiere realizar una inversión se le debe solicitar como mínimo que cumpla con la ley, pero me parece más lamentable que este grupo no sólo viole preceptos legales, sino que además el jefe de Gobierno —Marcelo Ebrard, del Partido de la Revolución Democrática (PRD)— se convierta en su gestor y principal promotor diciendo que, bueno, si no cumplen es para que se cambie la ley.
En opinión de Cuevas, “esto sienta un precedente terrible, en el que se quiere dejar a la ley como una carta de negociación con el gremio de los constructores, y ni siquiera con todos sino con los consentidos del jefe de Gobierno. Y no sólo se les regalarían cambios legales, sino que además se les pretenden regalar tres hectáreas del Bosque de Chapultepec”. Añade: “No vamos a permitir en ningún momento este tipo de arbitrariedades e ilegalidades con un tinte claramente de pago de facturas para el PRD”.
La delegada admite que su administración no ha tenido “una relación muy buena con el Gobierno de la ciudad”; no obstante, atribuye esta situación “a un asunto de convicciones”, no de partidos. “Soy una mujer de convicciones muy fuertes, creo en la ley, creo que tenemos que gobernar con transparencia y creo que tenemos que ser congruentes, y no veo este tipo de valores en el Gobierno de la ciudad”, sentencia.
En otro momento, al criticar los argumentos del GDF a favor de la torre, entre ellos fomento a la inversión y al empleo, Cuevas señala que, en efecto, ambos le urgen a la ciudad, pero, matiza, “no en la zona más cara”. Asevera que en el área donde se busca erigir el inmueble “existe una sobreoferta de renta de oficinas”, por lo que “queda claro que es un asunto de millones de dólares y no de legalidad. Yo creo que la obligación del jefe de Gobierno es solucionar los problemas de los capitalinos y no los problemas de inversión de sus cuates”.
A su juicio, la administración de Marcelo Ebrard se ha dedicado a promover una torre de oficinas en lugar de solucionar las necesidades del DF relativas a la protección civil, al abasto de agua, al transporte o a la seguridad pública.
Posibilidades, escenarios
Cuevas, cuya gestión al frente de Miguel Hidalgo finaliza en 2009, dice “no tener tiempo” para imaginar el futuro de su carrera política. “Suficiente tenemos hoy con pensar en la coyuntura de cada día”, asegura. Acerca de la Torre Bicentenario, reflexiona sobre lo que podría suceder.
—¿Qué pasaría si el GDF planteara otra zona para construir la torre?
—Decían que ocho delegados querían que ésta se hiciera en sus delegaciones. Nosotros no tendríamos inconveniente. Insisto: creo que a la ciudad le hacen falta inversiones, empleo; me voy para atrás: le hace falta planeación. Si queremos que haya rascacielos en la ciudad u otro tipo de desarrollos, para eso existen los instrumentos en la ley, como los programas de Desarrollo Urbano delegacionales y parciales. Ahí es donde se tiene que hacer. Si los otros jefes delegacionales creen que construir esta torre en sus delegaciones es viable y legal, no hay problema.
—¿Se atrevería ahora a hacer una predicción de lo que va a ocurrir con la torre?
Breve, otra vez enfática, al parecer confiada, Cuevas responde:
—No va a haber torre.
Este proyecto, dado a conocer por el Gobierno del Distrito Federal (GDF) en julio pasado y a cargo del grupo inmobiliario Danhos —que invertiría alrededor de 300 millones de dólares—, plantea levantar un edificio de 70 niveles. Con una altura aproximada de 300 metros, la Torre Bicentenario, pensada para ser concluida el 16 de septiembre de 2010 —fecha en que se celebrarán 200 años del inicio de la guerra de Independencia de México—, se convertiría así en la más alta de América Latina.
Sin embargo, desde su anuncio ha despertado numerosas protestas. El Instituto Nacional de Bellas Artes, por ejemplo, considera que el inmueble sobre el que se pretende construir tiene un valor artístico relevante y no debe ser afectado. Igualmente, residentes de las colonias Polanco, Lomas de Chapultepec, Lomas de Virreyes y Molino del Rey han manifestado su rechazo al proyecto pues aseguran que agravará los problemas de vialidad de la zona y dañará la reserva ecológica del Bosque de Chapultepec. E incluso la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores ha advertido que este edificio obligaría a modificar las rutas de aterrizaje hacia el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Asimismo, como delegada de la demarcación donde quedaría ubicada la construcción, Gabriela Cuevas, de 28 años de edad y militante del Partido Acción Nacional (PAN) desde los 15, ha sido una de sus principales detractoras.
—En resumen, ¿por qué oponerse a la edificación de la Torre Bicentenario?
—Más que si la torre es buena o mala, el problema es la manera en que se quiere llevar a cabo, ya que cuando un grupo de empresarios quiere realizar una inversión se le debe solicitar como mínimo que cumpla con la ley, pero me parece más lamentable que este grupo no sólo viole preceptos legales, sino que además el jefe de Gobierno —Marcelo Ebrard, del Partido de la Revolución Democrática (PRD)— se convierta en su gestor y principal promotor diciendo que, bueno, si no cumplen es para que se cambie la ley.
En opinión de Cuevas, “esto sienta un precedente terrible, en el que se quiere dejar a la ley como una carta de negociación con el gremio de los constructores, y ni siquiera con todos sino con los consentidos del jefe de Gobierno. Y no sólo se les regalarían cambios legales, sino que además se les pretenden regalar tres hectáreas del Bosque de Chapultepec”. Añade: “No vamos a permitir en ningún momento este tipo de arbitrariedades e ilegalidades con un tinte claramente de pago de facturas para el PRD”.
La delegada admite que su administración no ha tenido “una relación muy buena con el Gobierno de la ciudad”; no obstante, atribuye esta situación “a un asunto de convicciones”, no de partidos. “Soy una mujer de convicciones muy fuertes, creo en la ley, creo que tenemos que gobernar con transparencia y creo que tenemos que ser congruentes, y no veo este tipo de valores en el Gobierno de la ciudad”, sentencia.
En otro momento, al criticar los argumentos del GDF a favor de la torre, entre ellos fomento a la inversión y al empleo, Cuevas señala que, en efecto, ambos le urgen a la ciudad, pero, matiza, “no en la zona más cara”. Asevera que en el área donde se busca erigir el inmueble “existe una sobreoferta de renta de oficinas”, por lo que “queda claro que es un asunto de millones de dólares y no de legalidad. Yo creo que la obligación del jefe de Gobierno es solucionar los problemas de los capitalinos y no los problemas de inversión de sus cuates”.
A su juicio, la administración de Marcelo Ebrard se ha dedicado a promover una torre de oficinas en lugar de solucionar las necesidades del DF relativas a la protección civil, al abasto de agua, al transporte o a la seguridad pública.
Posibilidades, escenarios
Cuevas, cuya gestión al frente de Miguel Hidalgo finaliza en 2009, dice “no tener tiempo” para imaginar el futuro de su carrera política. “Suficiente tenemos hoy con pensar en la coyuntura de cada día”, asegura. Acerca de la Torre Bicentenario, reflexiona sobre lo que podría suceder.
—¿Qué pasaría si el GDF planteara otra zona para construir la torre?
—Decían que ocho delegados querían que ésta se hiciera en sus delegaciones. Nosotros no tendríamos inconveniente. Insisto: creo que a la ciudad le hacen falta inversiones, empleo; me voy para atrás: le hace falta planeación. Si queremos que haya rascacielos en la ciudad u otro tipo de desarrollos, para eso existen los instrumentos en la ley, como los programas de Desarrollo Urbano delegacionales y parciales. Ahí es donde se tiene que hacer. Si los otros jefes delegacionales creen que construir esta torre en sus delegaciones es viable y legal, no hay problema.
—¿Se atrevería ahora a hacer una predicción de lo que va a ocurrir con la torre?
Breve, otra vez enfática, al parecer confiada, Cuevas responde:
—No va a haber torre.
Nota: Una versión editada de esta entrevista fue publicada en la revista electrónica Terra Magazine.
2 comments:
El asunto de la torre tiene, como resulta obvio al menos letrado, más de una cara... Yo, que no me quiero meter en líos, omito mi opinión al respecto...
Sólo una cosa. "El Instituto Nacional de Bellas Artes, por ejemplo, considera que el inmueble sobre el que se pretende construir tiene un valor artístico relevante y no debe ser afectado"... habría que matizar, porque el edificio en sí se encuentra prácticamente abandonado y cayéndose en pedazos... Por la escuela arquitectónica que dicen representa tiene diversas ejemplificaciones a todo lo ancho y largo de la ciudad y algunas de ellas, incluso, aún funcionan para lo que fueron creadas... Y porque la declaratoria de patrimonio se hizo al vapor y sin presentar pruebas que la justifiquen.
Presentar los argumentos de quienes se oponen a la torre está bien, pero que muy bien... Presentarlos sin las voces que los contradicen, casi es propaganda
Muchísimas felicidades. Que te puedo decir, eres increíble y sabes hacerle frente y aprovechar las oportunidades que se te presentan. Sigue así, me siento muy orgullosa de poder estar contigo, ser pare y compartir cada paso que das. Estoy completamente segura que esto solo es el principio. Gracias por todo.
Es muy buena entrevista, comienzas con el pie derecho, que sean muchas más.
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