Thursday, May 28, 2009

Messi, la magia en los pies


Argentino, zurdo, de baja estatura, habilidoso, el emblemático número 10 sobre la espalda. Elementos como los anteriores han dado pie a que en el ambiente futbolístico se compare a Lionel Andrés Messi, delantero del Barcelona y desde ayer actual campeón de Europa, con el astro Diego Armando Maradona. El propio Pelusa, incluso —según el weblog lionelmessi.org—, ha señalado: “Ya conozco al jugador que ocupará mi lugar”.
Para unos exagerada, para otros precisa, para algunos todavía prematura, la semejanza adquirió fuerza luego del gol que el joven atacante blaugrana marcó frente al Getafe en un partido de la Copa del Rey el 24 de abril de 2007. Durante aquel encuentro, Messi,
como lo hiciera Maradona contra Inglaterra en el Mundial de México 1986, recibió el balón atrás de media cancha, y desde ahí partió driblando rivales hasta eludir al guardameta y anotar para su equipo.
Como esa estampa, otras genialidades del jugador nacido en la provincia de Santa Fe el 24 de junio de 1987 han dado la vuelta al mundo. Una de ellas, dolorosa para la Selección Mexicana, ocurrió en la Copa América de 2007 celebrada en Venezuela, cuando el argentino
bombeó la pelota sobre el portero Oswaldo Sánchez para decretar el segundo de tres tantos que eliminaron al Tri.
Asimismo, otra acción suya contribuyó a que el Barcelona llegara a la final de la Liga de Campeones de Europa en la que ayer vencieron al Manchester United. El pasado 6 de mayo, en la semifinal contra otra escuadra inglesa, el Chelsea, ya sobre el tiempo de compensación, La Pulga controló el balón en el área y retrasó el esférico
para que Andrés Iniesta rematara de primera intención y con ese gol diera a su club el ansiado pase al juego por el trofeo de la Champions.
Integrante de los cuadros infantiles de Newell’s Old Boys y de distintas categorías del equipo catalán —con el que debutó en la primera división del circuito español en octubre de 2004, contando sólo 17 años de edad—, Lionel Messi estaba llamado a ser un protagonista en el encuentro frente a los Red Devils.
Así lo había hecho notar su compatriota, compañero en el seleccionado albiceleste y rival anoche en el Estadio Olímpico de Roma, Carlos Tévez: “El Barcelona es una cosa con Messi y otra sin él. Todos lo saben, los técnicos, los jugadores, los aficionados… Todos sabemos que Messi es una referencia”.
Otras opiniones también habían calentado el partido. Aunque el francés Thierry Henry o el ex técnico argentino Alfio Basile decían no querer cargar a La Pulga de presión, el defensa blaugrana Gerard Piqué se mostraba confiado y aseguraba que Leo sería “más determinante” que el portugués Cristiano Rolando, delantero del Manchester United, “porque él solo te puede crear una ocasión, un partido y una final”. Y Piqué acertó.
Ayer, en el minuto 70, cuando el marcador se encontraba 1-0 a favor de los catalanes, Messi, un futbolista de 1.69 metros de estatura, remató con la cabeza un centro de Xavi para imponer el 2-0 definitivo.
En cinco años de carrera ya ha conquistado con su selección un Mundial Sub-20 (2004-2005) y una medalla de oro en las Olimpiadas de Beijing 2008. Con el Barça, por su parte, ha ganado dos Supercopas de España (2005-2006 y 2006-2007), una Copa del Rey (2008-2009), tres torneos de Liga (2004-2005, 2005-2006 y 2008-2009) y, con la “orejona” de anoche, dos Ligas de Campeones (2005-2006 y 2008-2009).
“Messi es el jugador más desequilibrante del mundo. Es un duro rival, pero hay que estar contento de que salgan jugadores con su humildad”, ha expresado Raúl, ariete de los galácticos del Real Madrid. El aludido, por su parte —de acuerdo con la prensa española—, se limita a poner en palabras lo que su desempeño en la cancha torna evidente: “Adoro tener el balón en los pies”.
Estrella de uno de los clubes con mayor prestigio y presupuesto del orbe, heredero del legado de atletas históricos como Mario Alberto Kempes, Gabriel Batistuta y el citado Diego Armando Maradona, joven de apenas 21 años, un crack, considerado el mejor hombre en el campo, Lionel Messi cumplió con su cita en el Estadio Olímpico de Roma. Es, de nueva cuenta, campeón de Europa.

Nota: Este perfil, junto con uno de Cristiano Ronaldo escrito por Mario Andrés Landeros, aparece hoy en e-joven bajo el título "El duelo de la Champions". Mi estimado colega me cuenta que en su blog (linkeado a la derecha de sus pantallas) será posible encontrar la crónica de la peculiar apuesta de la que surgieron ambos textos.

Sunday, May 24, 2009

Acciones colectivas: un "avance" limitado [reportaje]

Mientras diputados consideran ya un logro que esta figura jurídica se incluya en la Constitución, organizaciones sociales advierten que el dictamen aprobado implica limitaciones e incluso un retroceso para los derechos ciudadanos


Asociaciones civiles promotoras de las acciones colectivas, figura jurídica conocida en países anglosajones como class action, alertan de que la iniciativa en la materia aprobada en la Cámara de Diputados el 23 de abril se aleja de la propuesta original, al grado de ser un retroceso en el derecho ciudadano de acceso a la justicia.
Daniel Gershenson, presidente de Alconsumidor, una de las impulsoras del primer documento, relata que éste fue presentado en el Congreso a inicios de 2008. Planteaba una reforma al artículo 17 constitucional a fin de instaurar este mecanismo, mediante el cual organizaciones o grupos de personas podrían unirse para demandar a instituciones públicas o privadas que cometieran fraudes o abusos contra una colectividad, como cobros indebidos en telefonía, televisión por cable, tarjetas crédito o energía eléctrica, viajes en avión no reembolsables, promociones engañosas o mercancías con defectos.
El objetivo era que los ciudadanos afectados por el consumo de algún producto o servicio pudieran exigir en conjunto la reparación del daño y, de esa forma, evitar que sigan ocurriendo arbitrariedades.
Sin embargo, el dictamen aprobado por unanimidad señala que los derechos colectivos “solamente podrán establecerse en materia de protección al consumidor, usuarios de servicios financieros y protección al ambiente”, y “podrán ser ejercidos por los órganos del Estado competentes, por sí o a petición de los interesados”. También estipula: “Los jueces federales conocerán de manera exclusiva sobre estos juicios”.
Así, únicamente tres dependencias estarían facultadas para promover acciones colectivas: la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
Para Gershenson, tal limitación es preocupante puesto que las personas que recurrieran a este mecanismo se verían obligadas a actuar a través de instituciones que no se han caracterizado por sancionar abusos, y sólo podrían hacerlo en ciertos temas, mas no en otros como salud, educación o patrimonio cultural. La federalización del proceso, además, “no solamente es una reivindicación del statu quo sino que es un retroceso muy grave, porque cualquier esfuerzo estatal o municipal queda anulado”.

El camino de la iniciativa
En noviembre de 2007, explica Gershenson, luego de un seminario en el Instituto Tecnológico Autónomo de México, el senador Jesús Murillo Karam, del PRI, y el diputado Juan N. Guerra, del PRD, mostraron interés en promover las acciones colectivas. Desde entonces se buscó revisar la experiencia de países como Estados Unidos, Brasil, Colombia, Chile o Costa Rica.
A principios de 2008 la iniciativa llegó al Congreso. Documentos similares fueron presentados en sus respectivas cámaras por ambos legisladores, con el propósito de alcanzar una reforma constitucional y después leyes secundarias.
Gershenson enfatiza que con esto también se favorecería a los empresarios escrupulosos: “Los únicos que pueden oponerse son los que han hecho del abuso su estrategia de negocios”. Pero el texto, como se esperaba, encontró resistencia.
La cúpula del Consejo Coordinador Empresarial y una parte del gobierno federal, asegura, mostraron su rechazo a las acciones colectivas con el argumento de que darían pie a demandas exageradas que golpearían la economía. No obstante, revira, compañías con filiales en América Latina han enfrentado grupos de consumidores en otros países y saben que esta figura “no se traduce en un colapso para sus empresas”.
Juan N. Guerra confirma que empresarios de la banca y la telefonía, así como legisladores del PAN, expresaron su preocupación por que este instrumento se convirtiera en un negocio para los abogados, por lo que se decidió que el Estado mantuviera la tutela sobre los derechos colectivos. Así, hacia finales de 2008 la iniciativa original quedó atorada en el Senado, mientras un dictamen alterno avanzó en la Cámara Baja hasta su aprobación en abril.
Diputados del PRD refutan que lo avalado constituya un retroceso. “Las asociaciones tienen razón en cuanto a que no se aprobó lo que querían, pero en la Constitución no había nada, la figura no existía y ahora sí, cada paso es un avance”, afirma Raymundo Cárdenas. El propio Guerra señala: “Retroceso es que no tengamos derechos colectivos”. Asimismo, sostiene que el dictamen aprobado “es mejor que nada”, e invita a las organizaciones tanto a precisar qué aspectos consideran que son ignorados como a impulsarlos dentro del Poder Legislativo.

“A tiempo de reconsiderar”
Ahora que el documento ha pasado al Senado, más de 50 organizaciones civiles firman un manifiesto en el que exigen frenar “una iniciativa fast-track que atenta contra los derechos colectivos de los mexicanos”. Suscriben también personajes como Sergio Aguayo, Denise Dresser, Lorenzo Meyer, Carlos Monsiváis, Patricia Mercado, Raúl Trejo Delarbre y Roberto Rock.
Gershenson reconoce que las acciones colectivas “no son la panacea”, pero asegura que para que la gente recobre la confianza en sus instituciones hay que “invitarla a la mesa”. Añade: “México no puede seguir siendo el paraíso de los monopolios y de los oligopolios, empresas que se han cebado de millones de personas. Estamos a tiempo de reconsiderar”.
Por su parte, Francisco Valdés Ugalde, académico del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, advierte que el documento aprobado en la Cámara de Diputados exhibe un acuerdo entre los tres principales partidos para que la vía de acceso a la justicia permanezca en poder de los órganos del Estado, lo cual deja a nuestra legislación retrasada respecto de otros países.
La mayor consecuencia de impedir el avance de las acciones colectivas, concluye, sería “detener el proceso de construcción de una democracia constitucional en la que todos podamos defender nuestros derechos”. Esto, dice, perpetuaría la “ciudadanía de segunda clase” a la que nos han condenado los partidos y sus líderes.

Nota: Una versión editada de este texto aparece hoy en la página A9 de la primera sección de El Universal. Actualización: Este material también se publica, completo, en el blog e-joven de este martes.

Friday, May 22, 2009

El habla y la utopía

Bien sé que llego tarde a las exequias con motivo de la muerte de Mario Benedetti. A estas alturas, numerosos actos se han efectuado para recordar al escritor tanto en su natal Uruguay como en el resto del mundo. También han sido publicadas notas, necrologías y opiniones sobre su vida y obra. Y, del mismo modo, decenas, cientos, tal vez miles de lectores han rendido —cada uno a su manera— algún homenaje al poeta y narrador.
Son estas últimas manifestaciones las que llaman mi atención. Cito algunos ejemplos —claro, sin revelar nombres— tomados de mis contactos en el Messenger.
El lunes por la tarde, un día después del fallecimiento del autor, una conocida apuntaba en su nick: “Gracias, Benedetti”. Otra escribía resignada: “Se nos fue”. Algunos reproducían sus versos: “Porque te tengo y no... porque tú siempre existes dondequiera”, “No sé cómo ni sé con qué pretexto”, así como el clásico “Mi táctica es quedarme en vos”. Aunque quizá la frase que más me conmovió fue la confesión de una de mis mejores amigas: “Con tus poemas me enamoraron”.
Ese solo botón de muestra me lleva a pensar en el impacto que alcanzó el trabajo del uruguayo durante la segunda mitad del siglo XX y todavía en los primeros años del XXI. En una época en la que incluso los poetas reconocen que se lee poca poesía, ¿qué hace que la lírica de una persona trascienda?
Para el caso del aclamado Benedetti (1920-2009), la periodista Yanet Aguilar Sosa aventura una respuesta: “Sabía que sus poemas eran sencillos y claros”. Asimismo, es probable que los temas del amor y la cotidianidad presentes en su obra sirvieran de puente, de elemento de identificación entre escritor y lector.
Algo ha encontrado la gente en las palabras del autor de Montevideanos y de Gracias por el fuego que la ha conducido a cargar sus libros, a recitar y dedicar sus versos, a evocarlo ahora que se ha ido. Y para no romper con esa línea, un servidor, que conoce apenas una parte de su vasto repertorio, comparte algunos fragmentos que le resultan significativos.
El primero, extraído de su novela La tregua (1960), encierra una bella descripción de la complicidad entre un hombre y una mujer. Martín, el protagonista, escribe acerca de Isabel, su difunta esposa: “(con ella) había una especie de comunión y, cuando hacíamos el amor, parecía que cada duro hueso mío se correspondía con un blando hueco de ella, que cada impulso mío se hallaba matemáticamente con su eco receptor. Tal para cual. Igual que cuando uno se acostumbra a bailar con la misma pareja. Al principio, a cada movimiento corresponde una réplica; después, la réplica corresponde a cada pensamiento. Uno solo es el que piensa, pero son los dos cuerpos los que hacen la figura”.
El segundo pertenece a su poema “Qué les queda a los jóvenes”. Reza la primera estrofa: “¿Qué les queda por probar a los jóvenes/ en este mundo de paciencia y asco?/ ¿Sólo grafitti? ¿Rock? ¿Escepticismo?/ También les queda no decir amén/ no dejar que les maten el amor/ recuperar el habla y la utopía/ ser jóvenes sin prisa y con memoria/ situarse en una historia que es la suya/ no convertirse en viejos prematuros”.
Recuperar el habla y la utopía, o sea, la comunicación entre seres humanos y el anhelo por lo imposible. Quizá esa idea refleje otras de las razones de la popularidad de Benedetti: su romanticismo, su congruencia, su oposición a las dictaduras, a la represión, su lucha por la libertad, por la justicia social. Valores que intentan dar esperanza en un mundo que con frecuencia parece irremediablemente caerse a pedazos. Valores que, a pesar de todo, invitan a perseguir el ideal de una realidad mejor.


Nota: Este texto aparece hoy en los Dardos de diasiete.com.

Friday, May 15, 2009

La educación que tenemos… ¿cuál queremos?

Me hubiera gustado escribir sobre el Día del Maestro en un tono estrictamente optimista. Reflexionar, digamos, en torno a la figura del mentor; ofrecer un pequeño homenaje a quienes me han dado clase; recordar a las mujeres y a los hombres que, con su persona y con su quehacer académico, me han enseñado mucho acerca de la vida.
Sin embargo, casi cualquier ánimo positivo se viene abajo tan sólo de echar una mirada el estado que guarda el Sistema Educativo Nacional, en particular en su nivel básico. El grado de deterioro físico de planteles públicos de primaria y secundaria, por ejemplo, parece una metáfora de la educación mexicana: descuidada, reparada únicamente en la superficie y, por lo tanto, condenada al atraso.
Las carencias en la infraestructura son las partes más visibles del problema. No obstante, a los pupitres sin paleta, los pizarrones inservibles, las bibliotecas rezagadas o los baños inutilizables hay que agregar la falta de una reforma consciente a los planes y programas de estudio, así como la revisión del papel de los profesores, una tarea de suyo complicada debido al poder político que, gracias a cuestionables alianzas, ha adquirido la cúpula del sindicato magisterial encabezado por Elba Esther Gordillo.
Acerca de los contenidos impartidos es pertinente rememorar las críticas que desde hace tiempo dirigen los pedagogos a los enfoques enciclopédico y memorístico. En el afán de querer enseñarlo todo vía dictados, transcripciones y repeticiones se pierde la posibilidad de profundizar, de hacer lúdico el conocimiento y, lo más importante, de motivar en los alumnos la acción, la curiosidad y el razonamiento.
En cuanto a los maestros, es injusto satanizar a todo el gremio en función de la escasa credibilidad de quien ha sido su lideresa durante 20 años. Todos hemos tenido contacto con mentores verdaderamente comprometidos con su vocación y con los estudiantes, y precisamente por ellos al igual que por los niños y jóvenes de quienes están a cargo, resulta indispensable acabar con prácticas corporativas como la venta de plazas o como premiar la lealtad sindical por encima del desempeño profesional.
También es imprescindible que tanto dirigentes magisteriales como políticos y gobernantes dejen de ver al ramo educativo como una moneda que puede cambiarse —como se hizo en 2006 y seguramente se hará en julio próximo— por favores, privilegios y apoyos electorales.
Uno de esos pactos, la Alianza por la Calidad de la Educación, cumple hoy un año. Ahora bien, pese a todo el oropel oficial, este acuerdo entre la SEP y el SNTE reúne numerosos elementos como para convertirse en un proyecto fracasado.
Entre otros, el experto Olac Fuentes Molinar destaca: “La ACE fue lanzada sin un argumento articulador. De ahí su apariencia miscelánea”, en la que se incluye “lo que no tiene fundamentos, como suponer que la tecnología por sí misma puede mejorar el aprendizaje al margen de una pedagogía renovada (…); lo riesgoso, como anunciar reformas curriculares sin definir sus rasgos centrales; y lo dañino, como etiquetar a alumnos, escuelas y maestros con un examen único, anticuado y en buena parte banal”.
Así las cosas, es evidente la urgencia de atender los problemas de la educación mexicana. Y esto va mucho más allá de dejar de salir reprobados en pruebas propias como las de Enlace o internacionales como las de PISA.
Apunta, aunque pueda sonar cursi, a darle su merecido peso como derecho constitucional e, igualmente, al país que queremos ser. No sólo porque para afrontar los retos económicos, laborales, académicos y de salud globales requerimos una población cada vez mejor preparada, sino porque las aulas deben ser el primer frente para formar ciudadanos, mujeres y hombres reflexivos, activos y dispuestos a colaborar libremente en pro del interés general. En verdad espero que sepamos asumir ese reto.

Nota: Este texto aparece hoy en los Dardos de diasiete.com. Y porque no está de sobra, mis felicitaciones, en especial, para quienes me han acompañado en la docencia, como la profesora Toibe Shoijet, el maestro Luis Carrasco y mis colegas Lizbeth Hernández, Paola Wong, Mario Andrés Landeros y Jesús Serrano. Del mismo modo, agradezco en serio a las generaciones de alumnos de la FCPyS de la UNAM que me han ayudado a crecer.

Tuesday, May 12, 2009

Gobierno debe aumentar gasto público ante crisis: investigador

El Ejecutivo es la única instancia que de momento puede incentivar el consumo y el crecimiento; sin embargo, es poco probable que lo haga dado su objetivo de mantener bajo déficit fiscal


Autoridades apuestan a la recuperación de Estados Unidos, pero deberían hacerlo al mercado interno en busca de la autosuficiencia del país


Ante la recesión que enfrenta México —reconocida oficialmente el pasado jueves 7 de mayo—, el gobierno federal debe aumentar el gasto público con la finalidad de estimular la economía, consideró Moritz Cruz, académico del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.
Dadas las condiciones de la crisis actual, explicó, el Ejecutivo es la única instancia que puede incentivar el consumo y con ello el crecimiento, y para hacerlo necesita recurrir a deuda pública y gastar. Sin embargo, estimó poco probable que las autoridades tomen esta medida, pues “están metidas en su camisa de fuerza” de querer mantener un bajo déficit fiscal.
En ese sentido, Cruz señaló que los apoyos anunciados por el gobierno federal a través de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público —como
la reducción de impuestos, los descuentos en las cuotas patronales al IMSS y los programas de financiamiento a las empresas por 14 mil millones de pesos— “son bienvenidos pero insuficientes”.
A su juicio, estas acciones no bastan para impulsar la economía porque desde finales de 2008 ya se experimentaba “una tendencia marcadamente a la baja en la demanda agregada”. Ese colapso del consumo, además, se ha visto recrudecido por el impacto de la contingencia sanitaria puesta en marcha en todo el país para prevenir el contagio de la influenza humana.
Por ello, concluyó, la ayuda oficial únicamente servirá a las empresas para saldar sus deudas, mas no para revertir el atraso que ya traían en sus niveles de venta. De acuerdo con el investigador, la reacción gubernamental evidencia “la incapacidad de las autoridades para afrontar la situación que se vive”, en la que la República Mexicana podría llegar a decrecer hasta 6% o 7% en 2009.
Este lunes, asociaciones de la industria automotriz reportaron
un derrumbe de 35% en las ventas de automóviles durante el mes de abril, mientras el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informó que la Inversión Fija Bruta descendió en febrero 12.1% en comparación al año anterior.
Respecto del pronóstico del secretario de Hacienda, Agustín Carstens, de que el país comenzará a reponerse en 2010, Cruz comentó que dicha proyección podría cumplirse “si y sólo si la economía de Estados Unidos y con ello la economía mundial se recuperan”. En su opinión, el Ejecutivo apuesta a esa posibilidad, pero tal estrategia exhibe, por un lado, que México carece de un mercado interno sólido que le permita crecer, y por el otro, la vulnerabilidad que representa la dependencia del exterior.
Expuso que naciones como Alemania o Japón ahora padecen la caída en sus exportaciones, en tanto que China, pese a observar una contracción similar, ha logrado conservar altas tasas de crecimiento gracias a la fortaleza de su mercado doméstico. Por ende, México no sólo debe dinamizar el comercio fuera de sus fronteras sino, sobre todo, buscar la autosuficiencia interna.
La crisis actual, advirtió, no será tan profunda como la de 1995 pero “va a durar mucho más”. Recordó que la debacle de la década de los 90 se debió al colapso del sistema financiero mexicano y pudo superarse por el empuje de la economía estadounidense. Ahora, en cambio, el problema es global, no se sabe cuánto durará ni hay certeza acerca de si serán eficaces las acciones instrumentadas por la Unión Americana para afrontarlo.
México, resumió Cruz, encara el peor de los escenarios posibles con disminución del Producto Interno Bruto (PIB), una tasa de desempleo que puede llegar a 6% o 7%, y bajas en las remesas, en el turismo y en la Inversión Extranjera Directa (IED), elementos que ponen de manifiesto deficiencias estructurales de la economía nacional.


Nota: Este texto aparece hoy en e-joven.

Sunday, May 10, 2009

A las mamás

Pienso, como muchas otras personas, que el Día de las Madres es utilizado por empresas, comercios y medios de comunicación para elevar el consumo explotando el amor o el remordimiento de conciencia de los hijos. Coincido también en que no deberíamos limitar a una sola fecha nuestra oportunidad para reconocer el valor de la maternidad y a quienes le hacen honor.
Creo, por otra parte, que la festividad en sí misma no es el problema, sino la forma en la que la vivimos, más preocupados porque la cantidad de dinero desembolsada en un regalo o en una comida compensen nuestras desatenciones o fallas, en vez de ocupados en agradecer con sinceridad y con hechos lo que hemos recibido de nuestras mamás: vida, cariño, enseñanzas, regaños, alegrías.
Muy significativo resulta que incluso la fundadora de esta celebración en su versión moderna, la estadounidense Anna Jarvis (1864-1948), advirtiera de su excesiva comercialización.
De acuerdo con el apartado “Women’s history” del sitio About.com, Jarvis, que en 1914 logró que esta fiesta fuera considerada oficial en toda la Unión Americana y quien nunca tuvo sus propios hijos, llegó a declarar: “Yo quería que fuera un día de sentimiento, no de ganancia”. Se oponía igualmente a las tarjetas de felicitación pues, sostenía, “no significan otra cosa sino que eres muy flojo como para escribirle a la mujer que ha hecho por ti más que nadie en el mundo”.
Tal como ocurre con otras fechas, a lo largo de décadas se han impuesto las reglas del mercantilismo y las de la tradición vacua, es decir, aquellas que dictan que ciertas acciones deben realizarse, que debe imperar determinada actitud o que algunos colores deben inundar las calles sin mayor motivo que el de cumplir con el calendario.
No obstante, lejos de resignarme a que el 10 de mayo sea de esa manera o de pretender arruinar el genuino ánimo festivo de quienes lo tengan, veo el momento para promover la revalorización no sólo de esta festividad sino, sobre todo, de la maternidad y de quienes la ejercen.
En pleno siglo XXI, a pesar de avances jurídicos y de la realidad misma, prevalecen numerosos estereotipos culturales alimentados por el machismo y por la misoginia. Uno de ellos es la creencia de que aquella mujer que por circunstancia o por convicción decide no ser madre importa menos que aquella que sí lo es. Otro, estrechamente ligado con el anterior, radica en la idea de que la maternidad equivale a una suerte imposición o destino, cuando es o debería ser una elección libre y apoyada socialmente. Y uno más reside en la suposición de que “las señoras” deben dedicarse abnegada y exclusivamente al hogar y al cuidado de los hijos, cuando a diario nos topamos con historias de mujeres que, por aspiraciones profesionales o por necesidad económica, trabajan fuera de casa esforzándose al mismo tiempo para desempeñar su rol materno.
El Consejo Nacional de Población (Conapo), por ejemplo, registra que entre 1992 y 2005 el porcentaje de viviendas en las que la aportación monetaria femenina es la única aumentó en 30%. Asimismo, datos del INEGI reportan que, de casi 25 millones de hogares en el país, 5 millones 717 mil 659 son dirigidos por una mujer.
A partir de esas cifras, de nuestras experiencias personales como hijas e hijos o de los casos que habremos observado de quienes dignifican la maternidad como una labor de protección y de guía, pues, se revela que justo es reconocer la relevancia social de las madres mexicanas. Buena ocasión para hacerlo tenemos hoy con aquellas que nos son más cercanas, aunque, insisto, la gratitud no debe reducirse a este día ni a la entrega de obsequios, sino que debe apuntar a la construcción de verdaderos lazos de fraternidad, de respeto, de colaboración.
Para finalizar, a las mamás, con sinceridad, muchas felicidades.

Nota: Este texto, con un par de pequeños cambios en la redacción, aparece hoy en los Dardos de diasiete.com.

Thursday, May 07, 2009

La tan ansiada normalidad

Fueron 13 los días que México vivió en alerta debido al brote de un nuevo virus de la influenza. Entre el viernes 24 de abril y este miércoles 6 de mayo, el país entero suspendió o modificó sus actividades ante el temor de que una epidemia letal por A (H1N1) pudiera propagarse. Primero se detuvieron las clases en todos los niveles educativos; luego los actos públicos; por último, las tareas gubernamentales “no indispensables” y numerosas labores tanto industriales como de servicios.
La República se presentó frente a los ojos del planeta como el posible foco de una desconocida e implacable enfermedad. Apareció como uno de los temas principales en los portales de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de los diarios El País y The New York Times. Provocó evocaciones de la llamada gripe española de 1918-1919 lo mismo que de los casos recientes del Síndrome Agudo Respiratorio Severo (SARS) y de la gripe aviar en Asia. También, por presunta negligencia, despertó desconfianza de parte de los gobiernos de Francia, China, Cuba, Argentina.
Y en nuestro territorio, al ras de la gente, la nación fue escenario de variedad de fenómenos: desde el pánico y la paranoia de quienes veían en la influenza un signo del apocalipsis, hasta la incredulidad de quienes consideraban toda la situación una “cortina de humo” de la administración de Felipe Calderón para encubrir o justificar acciones contrarias al interés popular (intervenciones militares de Estados Unidos, préstamos del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, despidos).
Igualmente, hubo otros que, sin apreciar el fin de la humanidad ni un montaje oficial, se quedaron en la incertidumbre y anonadados por el exceso de información, así como algunos más que, en cambio, sólo se resignaron a ver momentáneamente trastocados sus hábitos: saludar con afecto a los demás, salir a la calle, ir a comer, al cine, al estadio, al bar.
Durante los días pasados la vida pública y privada resultó alterada. En mayor o menor medida, la influenza nos despojó de aquello que genéricamente denominamos “normalidad”, es decir, del conjunto de condiciones en el que llevamos a cabo nuestras actividades cotidianas sin sorpresas desagradables.
Por casi dos semanas, pues, aguardamos el retorno de cierto orden, el suficiente como para pensarnos fuera de riesgo epidemiológico y capaces de afrontar nuestros ya titánicos retos sin más dificultades, para poder regresar a clases o al trabajo, para acudir sin reservas a sitios concurridos o, simplemente, para olvidarnos con tranquilidad del uso del tapabocas. Pero en esa espera, asimismo, recordamos dolorosas inercias, situaciones que son reflejo del deterioro nacional y que, a fuerza de permanecer a través de los años, llegan a disfrazarse de “normales”.
Así sucede, por ejemplo, con la impotencia de nuestro sistema de salud para otorgar cobertura médica oportuna a toda la población o con las limitaciones de nuestro aparato científico-tecnológico producto de décadas de escasa inversión. Y así también con la desconfianza de los mexicanos hacia autoridades e instituciones, una actitud constructiva cuando se traduce en cuestionamientos, críticas y propuestas a la gestión del Estado, pero preocupante por cuanto se deriva de años de malas administraciones y del nulo interés de los políticos por la ciudadanía.
Por eso, ahora que poco a poco empiezan a reactivarse las actividades, debemos primero evaluar todo este episodio y asumir las lecciones que de él se desprenden.
Quedan numerosas interrogantes: ¿actuaron a tiempo los gobiernos federal y locales? ¿Tuvieron indicios para haber reaccionado antes? ¿Era el virus tan mortífero como para tal emergencia o ésta se sobredimensionó? ¿Por qué han muerto al menos 42 personas aquí, sólo dos en Estados Unidos y ninguna en el resto del mundo? ¿Habremos aprendido qué requerimos como país para saber enfrentar alertas sanitarias? ¿Seremos tan maduros para no bajar los brazos ante un hipotético nuevo brote, como ha instado la OMS? ¿Cómo haremos para recuperarnos del golpe económico interno y externo? ¿Cumplimos los medios con el servicio informativo u optamos por el amarillismo?
En segundo término, aun con el gusto de retomar nuestras labores cotidianas, valdría la pena que nos preguntáramos a qué estado de cosas queremos arribar.
A la luz de las lecciones de esta coyuntura y de las inercias que venimos arrastrando, cabría reparar en el absurdo de salir de un periodo en el que convergieron algunas de las más dramáticas adversidades —crisis, narcotráfico, una epidemia e incluso un temblor— para seguir en las mismas y postergando las soluciones de fondo a nuestros problemas: una economía que no genera empleos y que agrava la desigualdad, sistemas educativos y de salud atrasados, conocimiento científico desperdiciado, una clase política insensible y una ciudadanía inactiva. Así, según veo, lo peor que podríamos hacer sería regresar a la normalidad que veníamos viviendo.


Nota: Este texto aparece hoy en e-joven.

Tuesday, May 05, 2009

Organizaciones civiles denuncian “embestida conservadora” contra derechos de las mujeres

Alianza entre la jerarquía de la Iglesia, el PAN y el PRI impulsa en los estados leyes que restringen las libertades en materia sexual y reproductiva; agrupaciones buscan medios para impugar esas disposiciones pues, argumentan, violan el artículo cuarto constitucional


Una “embestida conservadora” a nivel nacional pretende imponer una moral religiosa en las políticas públicas relativas a los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, advirtió Aidé García, integrante de la organización Católicas por el Derecho a Decidir.
Ese movimiento, expuso, se conforma por la jerarquía de la Iglesia así como por miembros de los partidos Acción Nacional (PAN) y Revolucionario Institucional (PRI).
A partir de abril de 2007, cuando se despenalizó la interrupción del embarazo en el Distrito Federal, y de agosto de 2008, cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación avaló las reformas aprobadas en la capital del país y determinó que la Constitución no protege la vida desde el momento de la concepción, sino que corresponde a los congresos de cada entidad federativa legislar en la materia, esta alianza inició una campaña para impulsar legislaciones locales contra el aborto.
Durante los últimos dos años, 10 estados han dado luz verde a leyes antiabortistas: Baja California, Sonora, Durango, Nayarit, Jalisco, Colima, Morelos, Puebla, Campeche y Quintana Roo. A ellos se suma Chihuahua, que desde 1994 cuenta con un marco jurídico en el mismo sentido.
De acuerdo con García, la intervención del conservadurismo no sólo busca prohibir la interrupción del embarazo, sino también restringir otros aspectos de la salud sexual y reproductiva como el acceso a la anticoncepción de emergencia, la promoción del uso del uso del condón y la educación. Estas medidas, señaló, tienen la finalidad de “controlar las decisiones y los cuerpos de las mujeres”, obligándolas a ser madres aun contra su voluntad, y representan un riesgo para la laicidad del Estado.
Explicó que para hacer frente a esa embestida agrupaciones como
Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE), Equidad de Género y Católicas por el Derecho a Decidir realizan análisis jurídicos con el propósito de impugnar las legislaciones antiabortistas locales. Uno de sus argumentos es que tales ordenamientos violan el artículo cuarto constitucional, según el cual: “Toda persona tiene derecho a decidir de manera libre, responsable e informada sobre el número y el espaciamiento de sus hijos”.
No obstante, García reconoció que en este caso existe dificultad para promover acciones de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte.
A nivel federal, este procedimiento puede ser puesto en marcha por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y por la Procuraduría General de la República (PGR), pero ambas instituciones se han manifestado a favor de proteger la vida desde la concepción e incluso buscaron —sin conseguirlo— detener la despenalización del aborto en el Distrito Federal.
Por otro lado, dentro de las entidades federativas ese recurso puede ser promovido por los congresos y por las comisiones locales de derechos humanos. Sin embargo, abundó, mientras que los primeros fueron justo los que aprobaron esas leyes antiabortistas, las segundas, alineadas con gobernadores y legisladores, también defienden una visión conservadora y niegan que tales legislaciones violen las garantías de las mujeres.
En lo inmediato, señaló García, las agrupaciones progresistas planean llevar a cabo acciones públicas para difundir el carácter laico del Estado. Asimismo, contemplan acudir a instancias internacionales, como la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) de la Organización de las Naciones Unidas, con el propósito de respaldar su causa.


Nota: Este texto aparece hoy en e-joven.

Saturday, May 02, 2009

Los “voceros” de Dios

“Hermanos, hoy les vengo a hablar de la palabra de Dios”, exclamó, tras levantarse de su asiento, la mujer que viajaba hasta el frente del microbús. Su llamado sólo logró captar la atención de los pasajeros por un instante; aunque la mayoría guardó silencio, optó también por simplemente ignorar el mensaje o, de plano, por hacer un esfuerzo a fin de contener su incomodidad con el evangelio no solicitado.
De complexión delgada y tez blanca, vestida de gris, el cabello negro cuidadosamente recogido, la señora afirmó que la sociedad está corrompida. Dijo después que Jesucristo pagó con su vida por los pecados de la humanidad, a pesar de que ésta siempre olvida ese sacrificio.
Por último, y en este punto alzó el dedo inquisidor, advirtió que “la soberbia” es la que mantiene alejada a la gente de Dios y que por eso ella, que ya había recibido la enseñanza, acudía a los pecadores para conducirlos al buen camino.
Más allá de que el creyente que catequiza frente a una multitud, cara a cara o de puerta en puerta ejerce la libertad de religión consagrada en el artículo 24 de la Constitución, me resulta cuando menos cuestionable la presunta superioridad moral de la que se revisten muchos de estos predicadores.
Sean practicantes católicos, cristianos o testigos de Jehová, en los discursos que pronuncian en público o en privado —frecuentemente contra la voluntad de quien escucha— se percibe no poca prepotencia y como mínimo una contradicción: acusan de soberbios a los otros pero, a la vez, se asumen lo suficientemente ejemplares como para conocer la verdad universal y, además, poder transmitirla al mundo. Se ven a sí mismos como depositarios y únicos traductores autorizados de una revelación; se ostentan, en resumen, como voceros de la divinidad.
Atrapados en su propia devoción, estos hombres y mujeres pasan por alto que en el país existen, según datos de la Secretaría de Gobernación, 7 mil 74 asociaciones religiosas. Al soslayar ese hecho no sólo omiten que México es una República diversa sino que, en automático, descalifican la fe o el ateísmo de otros así como la libertad esencial de creer o no creer.
Porque quizá nos ahorraríamos muchas incomodidades, discusiones innecesarias e incluso confrontaciones si todos de veras entendiéramos que la decisión de profesar un credo o no es absolutamente personal, que pertenece al ámbito de lo privado, y que por tanto cualquier intento de imponer un dogma a otro representa una transgresión de su individualidad.
Y dicho esto valga una precisión: aquellos insistentes predicadores con quienes nos topamos en la calle o que llegan hasta nuestras casas constituyen acaso el tipo más inofensivo de estos portavoces de Dios.
El más peligroso, por el contrario, actúa con sigilo pero goza de mayor poder. Es aquel que se mueve entre gobiernos, congresos e instituciones judiciales; es aquel compuesto por el alto clero, políticos y dirigentes de organizaciones civiles; es aquel que busca diseñar políticas públicas desde su cosmovisión y de su moral particulares; es aquel que quiso prohibir el beso en Guanajuato, que únicamente considera “aceptable” a la familia tradicional y que, al llevar a las leyes su oposición al aborto —como ya lo ha conseguido en 11 entidades del país—, niega a las mujeres el derecho a decidir sobre su propio cuerpo.
Esa variedad de voceros celestiales es la que esgrime argumentos oscurantistas y la que constantemente amenaza al Estado laico al igual que a las libertades que de él se derivan. Es, pues, la misma a la que no podemos dejar definir nuestras vidas a partir de sus creencias.

Nota: Este texto aparece hoy en los Dardos de diasiete.com. En El Universal, María Teresa Priego se refiere a otra arista del mismo tema.